Los partidos políticos en México están secuestrados, ya sea por sus dirigentes o “secuaces” o por cacicazgos locales que se niegan a la democracia. Quienes ostentan el poder político, son muy parecidos a Andrés Manuel López Obrador y con sus acciones, cierran la puerta a las expresiones de sus militantes y más a las de los ciudadanos.

En este contexto y de cara a la elección presidencial, se han abierto paso dos alternativas:

Unidos, conformado por diversas expresiones sociales, entre las que sobresalen el Frente Cívico Nacional y Sociedad Civil, Va x México etc. que han generado mecanismos de participación digital bastante exitosos.

Aunque Unidos se ha topado con importantes barreras en su intento por trabajar con los partidos políticos, han logrado dar pasos importantes. Un ejemplo es la propuesta de gobiernos de coalición, modelo que se plantea en el proceso electoral del Estado de México con Alejandra del Moral y que es el preludio de lo que se pretende construir para la elección federal en 2024. Un candidato o candidata de unidad.

La segunda opción, podría ser encabezada por otro partido político: Movimiento Ciudadano (MC), que más allá de su origen salinista y del monopolio que su dirigencia representa con Dante Delgado, podría recibir a los posibles damnificados de Morena: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, o bien a los priistas excluidos especialmente de los estados de la república que tienen liderazgos regionales o incluso nacionales como Murat y Claudia Ruiz Massieu. No se descarta por supuesto la suma de panistas (ya los han reclutado en las entidades federativas) o expanistas como el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, que bien podría llevarse consigo a muchos militantes del blanquiazul, que se sienten traicionados o excluidos.

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La respuesta vía tweet, a un panista de cúpula, Fernando Rodríguez Doval, causó revuelo: “a mí no me culpen, yo voté por Ricardo Anaya”, señalaba uno de los cercanos al ahora, radicado en Estados Unidos. “Claro que tienen culpa por la manera en la que dividieron y atropellaron la democracia interna”, apuntaba enfático Calderón.

Liderazgos tóxicos

A la oposición, le vendría bien sacudirse a personajes que mantienen “secuestrados” a los tres principales partidos que la integran, porque han sido incapaces, incluso de capitalizar, la fuerza ciudadana que se ha expresado públicamente contra el gobierno ante el ataque a las instituciones. Han usado esta ola para conservar sus privilegios sin permitir la democratización interna

Aunque se dicen oposición, la realidad es que ningún voto que dan es gratis, y al final, están ahí trabajando para el monopolio del poder de Andrés Manuel.

¿Democracia?

Basta ver la avalancha legislativa de la semana pasada, Morena y sus aliados del PVEM y PT, contando con la complicidad, por acción u omisión, de la línea trazada por Marko Cortés y Alejandro Moreno mejor conocido como Alito, arrasaron con todo, al aprobar 18 reformas en una sola sesión. El atropello se dio en ambas cámaras, llegando al absurdo en el caso del Senado de sesionar en el patio trasero, como delincuentes, sin discutir, analizar, consultar y menos leer lo que aprobaban. Una total falta de ética y de moral; los signos más claros de lo que representa este régimen.

Ninguna de estas reformas, salió de los partidos o agrupaciones políticas, sociales, empresariales o académicas, tristemente todas se originaron en el despacho presidencial y se aprobaron sin que les movieran una sola coma.

Lo lamentable es que los líderes de oposición juegan un rol similar al del partido del presidente y de sus aliados, dándole la espalda al pueblo de México y alentado, con absoluta irresponsabilidad el “monopolio del poder”.

Por eso, Felipe Calderón bien puede encabezar el éxodo panista y ciudadano al otrora criticado Movimiento Naranja, ya sea para fortalecer la unidad de Va por México, o tener el arrastre necesario para conjuntar a instituciones, organizaciones sociales, empresariales y académicas, y hacer que los partidos políticos, se liberen de dirigencias, que han alejado a la verdadera militancia, a sabiendas de que al interior de la 4T, están librando una guerra interna fratricida y que sin Andrés no tendrán nada que ofrecer.

En nombre de la unidad ¿será la opción y única salida “perdonar” a MC y sumarse a su opción a pesar de los coqueteos que ha mantenido con el poder?

No hemos sido suficientemente críticos con la oposición y les hemos dejado un cheque en blanco para sus intereses cupulares.

Alguien tiene que hacer el trabajo sucio con las menores consecuencias y los menores costos políticos.

Twitter: @diaz_manuel