Adán Augusto López y Marcelo Ebrard están de lleno en el “juego de las corchalatas” para la sucesión presidencial de 2024 y ahora han incorporado una nueva herramienta a su estrategia para conectar con los ciudadanos: su número de WhatsApp.
Fue el lunes pasado que Marcelo Ebrard publicó un mensaje en su cuenta de Twitter para avisar a sus seguidores que cualquier duda, comentario o sugerencia, estaría en condiciones de atenderlo con un mensaje de WhatsApp.
Ebrard se mostró entusiasta de abrir un nuevo canal de comunicación con sus simpatizantes, e incluso aseguró que estaría respondiendo cada mensaje directamente desde su oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
El gusto no le duró mucho al canciller y horas después informó su contagio de Covid-19, por lo que ahora se encuentra en casa bajo reposo.
Del otro lado, Adán Augusto fue cuestionado ese mismo lunes sobre si él también estaría dispuesto a pasar su WhatsApp, a lo que el secretario de Gobernación no tardó ni un minuto en responder con un dictado a reporteros de su número personal, en un video que fue difundido ampliamente por redes sociales.
El WhatsApp Challenge de “las corcholatas” de Morena
En Barruntos Políticos decidimos comprobar si es cierto el WhatsApp Challenge de “las corcholatas” de Morena, y si Adán Augusto López y Marcelo Ebrard son de aquellos que “dejan en visto”.
El mensaje fue el mismo para ambos: un saludo afectuoso, su opinión sobre las otras corcholatas de Morena y la pregunta de qué “gallo” les gustaría de la oposición para el 2024.
Los mensajes fueron enviados por la mañana y en las primeras horas no hubo respuesta alguna.
¿Quién respondió primero en WhatsApp, Adán Augusto López o Marcelo Ebrard?
Ante la inminente posibilidad del “visto”, por la noche insistimos con otro mensaje a ambos suspirantes. Fue entonces que, ahora sí, Adán Augusto respondió el saludo con un “Hola, buenas noches”.
Suponemos que el secretario Adán Augusto tiene días ajetreados y bastante ocupados, por lo que seguramente antes de irse a descansar se puso a leer su chat.
En el caso de Marcelo Ebrard, la respuesta no llegó sino hasta un día después. Eso sí, con un texto más elaborado y amplio, el canciller, o el equipo del canciller, nos dio los buenos días y agradeció el mensaje, para después precisar que se encuentra en proceso de recuperación y que espera reincorporarse pronto a sus actividades.
El juego de las “corcholatas” y el WhatsApp es la más reciente de las ocurrencias de los presidenciables de Morena, quienes a dos años del proceso ya se están echando a correr en sus posibilidades de relevar al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El WhatsApp de Marcelo Ebrard tiene la leyenda de “empresa”, así que es muy posible que el canciller haya delgado en su equipo de comunicación la atención y respuesta de los mensajes enviados.
En tanto, la respuesta de Adán Augusto nos hace creer que es el mismo secretario quien está respondiendo los saludos. Contrario a Ebrard, Adán Augusto compartió su número de manera improvisada y aunque su conversación no es la más nutrida del mundo, pareciera que realmente se está tomando el tiempo de responder de manera personal.
La “guerra por WhatsApp” podría ser una muestra de cómo están las aguas para el 2024 y la manera de trabajar de dos de las tres “corcholatas” de Morena.
Por un lado Marcelo Ebrard está urgido de atención y despliega toda una estrategia digital para buscar más conexión con los ciudadanos. Pero del bando de Adán Augusto, el plan parece ser tranquilidad absoluta y picardía, con un guiño de ojo a todo aquel que se deje convencer para el 2024.
Las corcholatas de Morena están pisando el acelerador rumbo al proceso de sucesión y tanto Marcelo Ebrard como Adán Augusto no quieren que se les escape la puntera Claudia Sheinbaum, quien si bien aún no le entra al WhatsApp, ya nos dejó dejó ver que las noches de bohemia y guitarra son lo suyo.
¿Y la oposición? Ni a beeper llegan.