Tengo la sensación de un Deja Vú, de que esta columna ya la he escrito otras veces, aunque en una búsqueda en Google -qué ya no sirve para nada- no encuentro el artículo previo en este portal digital.
Decir que el New York Times miente no es una exageración, es ser simplemente preciso. Al menos en este siglo, llevan dos grandes fiascos en cuanto a su cobertura de las guerras interminables en el medio oriente del ejército estadounidense y el complejo militar industrial.
El primero, cuando se tragaron completamente las mentiras del ya fallecido secretario de Estado de la administración Bush, Colin Powell, sobre las inexistentes “armas de destrucción”. Las armas no existían y un par de años después, en 2004, publicaron un “mea culpa” cuando la guerra que costó la vida de más de un millón de civiles irakíes ya estaba en marcha.
Más recientemente, el New York Times difundió una grotesca mentira difundida por propagandistas sionistas que “reportean” para su diario: los inexistentes “40 bebés masacrados” en Israel.
La realidad es que no han sido decenas, sino cientos de bebés masacrados por misiles, drones y explosivos en las decenas de hospitales que ya han sido destruido por el gobierno de criminales de guerra de Israel en territorio palestino.
Tampoco olvidamos que el “prestigioso” NYT tuvo que retractar un fantasioso e islamofóbico podcast “periodístico” “Caliphate”, (Califato) ya que su fuente ¡igual que con su falso “reportaje” sobre AMLO! no era confiable.
En fin. En el contexto de la destrucción del poder blando de EU y sus aliados, la caída en la credibilidad de la “dama de gris”, devenida en “pasquín inmundo” es, ahora sí que, “una raya más al tigre”. Al tigre de papel.