Con un antecedente previo de una extraña quema de una camioneta en la carretera Tijuana-Ensenada durante los días cuando se llevaron a cabo las elecciones de consejeros de Morena, este fin de semana se difundieron en medios y en redes sociales imágenes “impactantes” de “actos terroristas” llevados a cabo por presuntos narcotraficantes, en el estado de Baja California.
Yo soy originario de estas tierras y aquí sobreviví a los peores días de la guerra fallida del espurio genocida, feminicida y pro-español Felipe Calderón, cuando eran cosa de todos los días balaceras cómo la de “La Cúpula” en donde los estudiantes de un jardín de niños estuvieron en peligro de muerte por un enfrentamiento entre grupos armados. Los habitantes del estado en aquellos días vivíamos bajo el constante miedo de secuestros, “levantones” y de terminar descuartizados o decapitados en algún barranco. Esos eran delitos de “alto impacto”, no chingaderas. Esos son los grandes “logros” en materia de seguridad que presume el presunto narcopolítico Felipe Calderón, cuya plana mayor en materia de seguridad está en la cárcel, acusada de narcotráfico, o tres metros bajo tierra.
Mediante la quema de dos docenas de camiones en un estado con 4 millones de habitantes y una campaña de desinformación en redes sociales, se intentó sembrar la percepción de un fin de semana de “terror”. Las mentiras difundidas en redes y en medios “tradicionales” fueron varias, pero me vienen a la mente dos por su importancia: el supuesto e inexistente “cierre” del cruce fronterizo entre California y Baja California, así cómo del “decreto” de un inexistente “toque de queda”, basado en una captura de pantalla borrosa difundida previamente en Ciudad Juárez, misma que “extrañamente” fue retomada por el canal PSN 45 de Tijuana propiedad del ex gobernador y ahora senador de la República, Jaime Bonilla, enfrentado políticamente con la actual gobernadora Marina del Pilar Ávila.
La realidad es que durante el inexistente fin de semana de “terror”, restaurantes, transportes, Uber y hasta un megaconcierto con la participación de Maluma y Daddy Yankee operaron sin contratiempos, derrumbando la “narrativa” de la derecha.
Lo interesante es que con el “inexistente” terrorismo en Baja California se dejaron de hablar, al menos momentáneamente, de los actos de verdadero terror que se viven día con día en las zonas más violentas del país: El Bajío y Chihuahua, estados gobernados por el PAN Azul y Naranja, la entidades más violentas del país, hecho que todos sabemos, pero que, curiosamente, nunca es mencionado en los principales pasquines de extrema derecha del país. ¿Coincidencia? No lo creo.