El periódico Reforma otra vez publicó una nota sobre Mexicana de Aviación pero con mucha, muchísima mala leche, y lo peor, desinformación. Yo la verdad no creo que a quienes escriben las notas no les pueda quedar claro cómo está conformada la flota de la nueva aerolínea del Estado.
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) fue sumamente clara al decir que tres aviones pertenecientes a las Fuerzas Armadas, iban a pasar a ser parte del patrimonio de la nueva línea aérea. ¡No señores del Reforma!, no están en calidad de “préstamo” los tres B737-800NG.
Esa es la primera falacia. Tan es así que el medio especializado en aviación A21, en su nota del 12 de marzo de este año, titulada “Asigna Sedena ‘sin costo′ los tres Boeing de la FAM a Mexicana”, nos confirma que los aviones no están siendo “prestados” por la SEDENA, sino que estos se transfirieron a la nueva aerolínea.
Ahora vayamos con Transportes Aéreos Regionales (TAR). No creo que sea muy difícil ir a la página de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y cotejar lo que dice el contrato de “Concesión” que tiene TAR. En dicho portal está completamente actualizada la información, y me voy a permitir compartirles lo que dice el título de la concesión.
“CONCESIÓN PARA PRESTAR EL SERVICIO DE TRANSPORTE AÉREO NACIONAL REGULAR DE PASAJEROS, CARGA Y CORREO QUE OTORGA EL GOBIERNO FEDERAL POR EL CONDUCTO DE LA SECRETARÍA DE COMUNICACIONES Y TRANSPORTES, EN ADELANTE “LA SECRETARÍA”, A FAVOR DE LINK CONEXIÓN AÉREA S.A. DE C.V. EN ADELANTE “EL CONCESIONARIO”, AL TENOR DE LOS SIGUIENTES ANTECEDENTES Y CONDICIONES”
Díganme ustedes mis estimados lectores, ¿en qué parte del título se le otorga a TAR la facultad de rentar aviones? Obviamente en ningún lado, por lo tanto es una falacia descomunal aseverar que TAR “le renta aviones” a la nueva Mexicana de Aviación.
Los que conocemos desde las entrañas la industria aeronáutica sabemos de sobra cómo funcionan los arrendamientos. En este caso, SAT AERO HOLDINGS le prometió a la SEDENA conseguirle 10 aviones modelo B737-800NG. Sin embargo lo único que sí llevó a cabo fue el reclutamiento de las tripulaciones, pilotos y sobrecargos.
Y es que la oferta que le hicieron al gobierno fue que a través de una renta húmeda (wet leasing) sería mucho más cómodo y eficiente, sobre todo en el arranque de la nueva línea aérea, ya que este tipo de renta incluye a la tripulación de cabina. No obstante todo se complicó al no poder cumplir con la entrega de los equipos.
Es por esta razón que SAT AERO HOLDINGS asevera en su demanda en contra de la SEDENA, o más bien de la nueva aerolínea, que les “robaron” a las tripulaciones. Pues la renta de los equipos iban a ser con las tripulaciones incluidas, lo que evidentemente no sucedió.
Ahora, para que les quede más claro, diré que en el mundo hay empresas que tienen convenios firmados con las armadoras. Estas son las que a través de rentas secas (dry leasing) o húmedas van a colocar los aviones de las fabricantes. Desde hace muchos años, de hecho en el siglo pasado, se vio la desventaja de adquirir equipos, y por eso se cambió al modelo de rentar todo.
Incluso hay grandes empresas que no son dueñas de nada, ni de sus edificios corporativos, ni talleres de mantenimiento, mucho menos de sus aviones, porque todo lo rentan. Por eso, insistir en la afirmación de que TAR le renta aviones a Mexicana es un gravísimo error informativo. ¿Quién es el arrendador de esos aviones?, pues la misma arrendadora que le renta sus aviones a TAR, pero es una empresa totalmente diferente.
Muchas veces me tocó vivir en carne propia cómo las arrendadoras que ya habían prometido equipos a la antigua Mexicana, cambiaron de parecer, o de plano siguieron las instrucciones del gobierno federal y se llevaron los aviones que ya estaban contemplados para nosotros. Ese fue el caso de los aviones Diego y Frida.
Hablo de dos aviones B777 que en el año 2007 ya estaban destinados originalmente a la antigua Mexicana de Aviación; sin embargo, la mano peluda del gobierno federal, a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes con Juan Molinar Horcasitas al frente, determinó que estos equipos se fueran a Aeroméxico, donde terminarían siendo bautizados como “Diego Rivera y Frida Kahlo”.
Para lograrlo, platicaron con la empresa arrendadora, ya que las líneas aéreas no están facultadas para rentar ningún avión; no lo pueden hacer simple y sencillamente porque no está dentro de la concesión que el gobierno les otorga.
Perdón si soy cansina, pero es que me asombra que los medios de información no puedan, que sean incapaces de entender, que solamente las empresas arrendatarias rentan aviones. Lo dice uno, y los demás lo repiten sin ningún cuestionamiento.
Para concluir, la falaz nota del Reforma -publicada el martes 23 de abril- señala que a través de la SEDENA, la aerolínea pide al gobierno un presupuesto para “adquisición de aeronaves, equipo de apoyo en tierra y herramientas necesarias para la operación”, para ejercer dicho presupuesto durante el 2024 y hasta el 2027.
Veamos, otra vez: los equipos de apoyo en tierra se rentan, no pertenecen a las líneas aéreas; existen de hecho muchas compañías que brindan sus servicios terrestres a líneas aéreas como Aeroméxico, Volaris y VivaAerobus, por mencionar solo a las aerolíneas más grandes.
Sin embargo, los del reforma le preguntan a “Ejecutivos de aviación privada”, quienes externan por supuesto que lo solicitado por la SEDENA es un disparate. Sin que el medio impreso se cuestione que la aviación privada “juega” con reglas muy distintas a la aviación comercial. Hay que decirlo: un verdadero “faux pas” (paso en falso) informativo.
Dejamos a un lado sus sesudos análisis de “cifras alegres” de viabilidad financiera, porque los referidos expertos consultados por Reforma, siempre han estado en contra de la nueva Mexicana de Aviación, porque además sus cálculos no se basan en datos duros, sino en meras especulaciones.
Lo que aquí se debería estar hablando -y cuestionando- es el destino de las tripulaciones. Por un lado el reclutamiento sí lo llevo a cabo Petrus Aero, ahora denominada SAT AERO HOLDINGS, pero los tripulantes no saben quién les va a pagar, y han quedado en el limbo alrededor de 50 personas.
La SEDENA por su parte no ha sido clara en cuanto a su administración, quiénes son los encargados de los tripulantes y de sus salarios; no olvidemos que muchos de los compañeros contratados dejaron sus trabajos para irse a volar a la nueva Mexicana, porque confían en el éxito de la nueva línea aérea.
Es a ellos a los que debemos proteger, y verificar que sus derechos laborales estén siendo respetados. Aquí adquiere importancia hablar de la sindicación, y sobre todo en congruencia con el discurso gubernamental de la Reforma Laboral del 2019.
Hay mucha tela de dónde cortar; los temas pendientes son muchos y por supuesto, soy de las personas convencidas en que la nueva aerolínea del Estado debe estar bajo la lupa.
Pero no para destruirla, sino para afianzarla y que vaya dando pasos firmes hacia el éxito, porque si la empresa triunfa, el país gana, y todos nosotros con ella. Así es que, si vamos a hablar de Mexicana de Aviación, tiene que ser con toda la información correcta, no con falacias.