Una vez más, la mediocridad futbolística de México en un Mundial. Por enésima vez, el estancamiento, es más, en esta ocasión no es sólo eso, sino un franco retroceso. De entrada, es demencial el no haber llevado delantero alguno con posibilidad de anotar un gol en un Mundial, pero bueno, Gerardo Martino así lo dispuso, y los directivos, ignorantes del futbol y solo enterados en formas de hacer dinero y más dinero, a costa del futbol, pero sin destinarlo a mejorías reales en lo deportivo, estuvieron por completo de acuerdo con el despropósito.
Pero veamos, según los hechos y las canaletas de los narradores y comentaristas de ya décadas (que bueno que ya desaparezca el “Perro” Bermudez y ojalá también se largara el equipo de TV Azteca, que aplauden tonterías irrelevantes y privilegian el desmadre por sobre la disciplina deportiva), México es campeón del mundo en:
- Hacer ridiculeces cada cuatro años, los aficionados ignorantes y de ocasión, con la connivencia de las televisoras.
- Cantar el Himno nacional “más bonito del planeta” más fuerte que ninguna otra selección.
- El mayor número de aficionados que empeñan en los Monte de Piedad hasta lo básico, de forma irresponsable, para gastarlo todo en asistir a los mundiales.
- En el consumo de cerveza (y otras bebidas alcohólicas) en las sedes mundialistas.
- En violar las normas, reglamentos y leyes de los países, que amablemente, les hacen el favor de acogerlos cada cuatro años.
- En decir albures, gritos y cánticos estúpidos, sumando los disfraces más ridículos de todas las naciones participantes.
- En tener comentaristas y narradores que, y esto ha venido en caída libre, echar desmadre en cada transmisión de los partidos, dónde hay dos personajes que parecen hablar dialectos ininteligibles y otro (muy preparado) que se ve obligado a estar lanzando albures todo el tiempo, para “no quedarse atrás” (el señor David Medrano Félix), y que sólo, los primeros citados, se puede entender, se carcajean sin parar.
- En decisiones suicidas en su Liga: hasta 10 extranjeros jugando por equipo, eliminación de descenso/ascenso, una liguilla a la que, por casi nada, califican todos los clubes.
- En tener el único estadio que albergará tres mundiales.
- En faltar el respeto a la afición de otros países, creyendo que en todo el resto del mundo todo gira alrededor del maldito desmadre.
- En jugadores con más copas mundiales jugados (de seis, tiene México la mitad, lo que no debe ser sino que un timbre de vergüenza, evidenciando la imposibilidad de renovar sus cuadros para Selección Nacional.
- En el malinchismo, trayendo DTs por el simple hecho de ser extranjeros, así no hayan ganado nada a nivel selección, como el sueco Sven Goran Erickson (que ni español hablaba), el charlatán Juan Carlos Osorio (colombiano), y ahora, el argentino Gerardo “el Tata” Martino, discriminando a todos los entrenadores nacionales, que algunos de plano se ven obligados a emigrar a Centroamérica (Roberto Hernández fue Campeón en Guatemala y Luis Fernando Tena dirije la selección de ese mismo país).
- En escándalos por indisciplina, donde lo normal es que a los seleccionados se les vea alcoholizados durante las concentraciónes, con (y esto está más que documentado) la costumbre de meter prostitutas (incluso hombres) a los hoteles de concentración.
- En hacer buen trabajo en canteras... ¡para que los jugadores que ahí se forman no puedan debutar!, por la abundancia de extranjeros, traídos, antes que nada, para repartirse las generosas comisione$ entre promotores y directivos.
- En tener futbolistas que se niegan a asistir con su selección a un mundial, porque “ya son superiores” (Vela y Montes) y otros que son especialistas en crear conflictos al interior del equipo (ejemplo, Chicharito Hernández).
- En decir comunicadores especializados en futbol, y lo dicen en serio, despropósitos cómo: “llevar a tal o cual jugador a reemplazar el Corcovado en Brasil, o el Ángel de la independencia en Ciudad de México”, o en solicitar con gritos con nula clase: “¡hazme un hijo, fulano o perengano!”, o “¡eres Dios, eres la Virgen de Guadalupe!”. Todo lo anterior, por hacer jugadas que no revisten la mayor relevancia, y son incluso, su obligación.
En todos los anteriores puntos es México campeón del mundo, es más, multicampeón del mundo, porque son taras que se repiten, como si fuéramos un país de imbéciles cada cuatro años, que festejan hasta las derrotas. Ya al presidente López Obrador (quien su fuerte es el beisbol) se le vió algo incómodo, por verse obligado a felicitar a sus connacionales ¡por un empate!
Así las cosas en México y su deporte más popular, y lo más preocupante: somos país sede (compartida) para la próxima Copa del Mundo, y solo Estados Unidos y Canadá han trabajado en lo futbolistico, con miras a ese año 2026. México, aún para esta edición de Qatar 2022 lleva a las famosas “vacas sagradas”, futbolistas ancianos ya para el futbol moderno, y deja fuera de la lista a jóvenes ya consolidados en sus clubes. ¿Así o más desolador el panorama? ¿Nos vamos a la glorieta del Ángel a festejar todo eso también?... y es que, en serio, no me extrañaría.
![Aficionados mexicanos en Qatar](https://www.sdpnoticias.com/resizer/v2/2P523MZSGVGSNNZA7WRLT4D6XQ.jpg?smart=true&auth=bb8eb87167adc7a37053787a4ee981a2532fdfa1e6049aa7da993b4dd79163ad&width=694&height=421)