La multitud clama por justicia restaurativa, refiriéndonos a los saqueos que del erario hicieran los anteriores y algunos actuales gobiernos, otros llaman venganza del ejecutivo a las investigaciones sobre quienes pesan pesadas sospechas no solo de los mencionados saqueos, y conflictos de intereses, también del manejo del dinero público para callar conciencias o sucumbir a chantajes ejercidos con plantones; hace tiempo una importante persona me hablaba de la caja fuerte que sus ojos vieron al interior de las oficinas en la Secretaría de Gobernación, donde literalmente carretadas de dinero fueron y vinieron.

Sí., es de esta manera como se entienden los plantones y la llegada de los líderes charros en sendas camionetas a cobrar lo que ellos creen merecer para desalojar a sus acarreadas huestes. Que obviamente se llevan un mísero porcentaje de las grandes tajadas; tan socorrido era Bucareli, que muchos se cambiaron de vivienda por culpa de los desórdenes, basta recordar el paso de “Kors”, Miguel Ángel Osorio Chong, donde se efectuaban cada cierto tiempo, cerrando calles con los templetes, carpas y fiestas nocturnas terminadas en francachelas y meaderos de calles, me tocó presenciar varios, por razones que no vienen al caso, y vi llegar a líderes en sendas camionetas rodeados de guaruras.

¡Ay, qué tiempos! Ofrezco disculpas a los que les tocó el corazón y el bolsillo mi remembranza, deben extrañar mucho esos momentos donde los fajos de billetes salían por costales, los anhelados y nostálgicos recuerdos para muchos, tiempos blanquiazules y tricolores, aunque ahora le achacan toda manifestación popular a los “morenistas”, y tal vez no anden tan perdidos, muchos “primores” quieren seguir con los hábitos aprendidos.

Lo anterior me viene a la memoria al ver el enojo de los que suelen trastocar a las más importantes arterias de la Ciudad de México, con la finalidad única de restablecer ese vicio pagado… El cruce entre Insurgentes y Reforma parece peleado a cada día por quienes gustan de manifestarse olvidando por completo a sus congéneres que desesperados tratan de llegar a sus trabajos o a sus hogares, la agenda de movilizaciones diarias que nos hace llegar SSC nos indica que con antelación saben perfectamente quiénes y por cuánto tiempo “marcharan” importando muy poco a quienes desestabilicen.

También los estragos causados en el edificio de la Fiscalía General de la República, edificio cuya renta era “carísima”, por cierto, donde ni papel higiénico hay en los baños designados al público visitante, y donde ahora parece adorno, un cubículo hecho de lámina galvanizada en plena entrada, así como cartones protegiendo algunas ventanas, producto de los varios ataques registrados frente al inmueble, o las amenazas de bomba como lo vimos el día de hoy quienes tuvimos la mala fortuna de quedarnos varados por esa zona.

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La Glorieta de los Insurgentes se ha convertido en el punto de retorno del Metrobús cuando se les ocurre cerrar arterias importantes y también en el receptáculo de mentadas de madre de los usuarios que tendrán que caminar hasta Plaza de la República, si quieren seguir el viaje para llegar a Indios Verdes o al Fórum Buenavista, o en su defecto tomar el metro, que por cierto también presenta varias fallas por los sismos recientes, como vimos en la mañana que sucedió a la estación San Lázaro, pero las fallas en San Lázaro ya tiene vario tiempo, aquí sí estoy hablando del Palacio, (perdonará usted el inevitable chascarrillo) y en la estación Balderas, tienes que salir y buscar cómo llegar a Pantitlán, o buscar el transborde a Indios Verdes, los que les toca el viacrucis no me dejarán mentir, o ya si eres muy valiente y tienes tiempo de sobra, ¡A caminar recordando progenitoras!, ¡No hay derecho!

Estoy de acuerdo con los que mencionan que ya somos muchos en la Ciudad, pero vaya que los “marchantes” diarios —y no lo digo por marchar, sino porque venden el paso vial— no cooperan y ayudan al final al perjuicio que no solo es para el usuario de las vías, es una ficha de dominó que a la postre perjudica a todos, vaya trabajo para quienes ya casi comienzan a pelear la plaza de la Ciudad de México, ¡Ups!, ¿Dije plaza? Perdón, la jefatura de Gobierno en la Ciudad de México…

Apenas hoy por la mañana platicaba con importante director institucional sobre la inflación, la crisis monetaria, la mala administración pública y consecuente la pobreza en México, él siempre me tacha de “Amloista”, y no lo niego, le estuve rebatiendo varios puntos hablando de la situación en comparación con otros países en estos momentos, —diría mi Abue: “Mal de muchos consuelo de pendejos.”— Pero ahora que me doy a la tarea de transcribir lo vivido y lo visto, creo que si hay que poner los puntos sobre las íes, la infraestructura de la Ciudad de México requiere urgentemente una mano de tigre, espero y confió que en aras de esperar las elecciones 2024 no vayan a maquillar fachadas y pintar céspedes verdes para las fotografías, los ciudadanos merecemos mucho más que los caos viales diarios para poder ganar unos pocos centavos.