IRREVERENTE

Les platico:

Si gana, Donald Trump, devolverá la frontera... pero a Estados Unidos.

Por sorprendente que parezca, el camino para esto se lo “pavimentó” Marcelo Ebrard, secretario de Economía en el gobierno de Claudia Sheinbaum.

El ex titular de Relaciones Exteriores negó el 27 de enero de 2023 en “La Jornada”, haber ofrecido a Mike Pompeo -a la sazón ex secretario de Estado de EU- acoger en México a los migrantes centroamericanos y del Caribe, mediante el programa “Quédate en Casa”.

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Pero Pompeo asegura otra cosa

México envió a fuertes destacamentos de la Guardia Nacional a “sellar” la frontera con Centroamérica.

Así lo consigna el colaborador de Trump en su libro “Never give an inch” (Nunca cedas en nada), donde además narra que esto se concretó en una reunión que sostuvo con el ex Canciller cerca del Aeropuerto de Houston, el 15 de noviembre de 2018.

Ese día, Ebrard se reunió en secreto con Pompeo y ahí cedió a los intereses estadounidenses, sin ningún beneficio para México.

A cambio, el ahora secretario de Economía en el gobierno de Sheinbaum, pidió a Pompeo no oponerse a que AMLO expresara en público el desconocimiento de dicho acuerdo.

Preocupado por su imagen -pues desde 2018 ya se veía presidenciable- el plan de Ebrard era aceptar en privado a los centroamericanos devueltos por EU, pero no firmar ni anunciar acuerdo alguno.

Pero Pompeo se opuso y terminó por divulgar en su libro, el denigrante nivel de la “diplomacia” de Ebrard ejerció a su paso por la SRE.

Trump se montó en su macho -o en su burro- y ahora padecemos las consecuencias del entreguismo de Ebrard, que amenaza con mantener en el gobierno de Sheinbaum -ahora bajo la cachucha de Economía- donde ya comenzó a infiltrar a sus secuaces, como Moisés Poblanno Silva, de quien ya me ocupé en artículos anteriores.

El alivio

Biden ordenó la revisión del T-MEC, principalmente en competencias laborales, cadenas de suministros, presencia China en México, migración, tema ambiental y seguridad para los inversionistas norteamericanos.

Estas revisiones -que realizan las 17 secciones del Departamento de Estado -incluidas la DEA, la CIA y el Homeland Security- comenzaron en 2023, siguen este año y se intensificarán en 2025.

De tal suerte que en enero 2026, cuando se venza el plazo para evaluar dicho tratado, la lista de cuestionamientos será larga y áspera.

Incluso Kamala Harris se opuso a la firma del TMEC, porque consideró que deja en indefensión a las fuerzas laborales y económicas de EU y tolera que México siga coqueteando con los chinos.

Nuestro País no tiene negociadores internacionales en el gobierno entrante y como consecuencia, va muy tarde en ese aspecto.

De hecho, a los mexicanos que pueden encargarse de ello, AMLO los tildó de neoporfiristas, ya no solo neoliberales.

Ayer les mencioné los nombres de dos de ellos: Kenneth Smith Ramos e Ildefonso Guajardo.

Y como México no quiere echar mano de gente de ese nivel, facilita la solución del asunto a EU.

“Con una aspirina resolvemos esto”, me dijo ayer el congresista republicano de origen mexicano, más influyente en el Capitolio.

¿Y Sheinbaum?

Está mandando señales encontradas a inversionistas, sindicalistas, congresistas y votantes norteamericanos. Eso no ayuda.

Allende la frontera norte preocupa que tolere las reformas judiciales, porque deja manga ancha a la elección de jueces y magistrados y ello arriesga el Estado de Derecho, lo cual resta certidumbre a la relación bilateral.

Sin embargo, EU no puede quejarse de la “Respuesta Rápida” que incluye el TLCAN:

El desconocimiento y desaparición de los sindicatos “blancos” en México, es una petición expresa de EU y esto va viento en popa mediante la reforma laboral.

  • En EU hay 60 millones de hispanos.
  • De esos, 36 millones son mexicanos.
  • 12 millones, de primera generación viviendo en EU.
  • 5 millones indocumentados y de éstos, la amenaza de deportación pende sobre un millón.
  • Trump quiere echar a 400,000 por año, lo cual congestionaría la oferta laboral en México.
  • Y si se le suman los venezolanos deportados,  a los que Maduro no aceptaría, se anticipa un colapso en el ámbito laboral de nuestro País.

“Es la economía, estúpido”

Esta frase -acuñada por James Carville- le valió a Bill Clinton su victoria sobre George W. Bush padre, en las elecciones de 1992.

Y según el congresista de origen mexicano con quien platiqué, por ahí viene la “aspirina” que quitaría el dolor de cabeza al gobierno de EU:

Trump habla de aplicar un arancel del 200% a los productos chinos que lleguen a EU por la frontera mexicana.

Kamala no sería tan drástica, pero por ahí mismo teje su discurso al respecto.

El dolor de cabeza se aliviaría en EU, pero se volvería una severa migraña para México y específicamente para los inversionistas nacionales que le abren las puertas a los chinos.

Y en esto, Monterrey lleva la voz cantante, para desgracia de los dueños del parque industrial Hofusan y de los socios locales que están ayudando a los chinos a disfrazarse con nombres y marcas en inglés.

Cajón de Sartre:

  • “No soy Inés, pero por ahí mero la cosa es”, remata la Irreverente de mi Gaby.
  • Ahora sí -espero- mañana cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván.