El sexenio que encabeza el presidente López Obrador será, por sus resultados en crecimiento económico y pobreza, el peor de los últimos seis gobiernos, ello a pesar del comportamiento de la economía que aún no ha colapsado, lo anterior de acuerdo con datos del Banco de México y el INEGI.
Sin embargo, es posible que estemos en una burbuja que en cualquier momento puede reventar.
El optimismo en que se ha mantenido el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, alimenta la burbuja económica a la que me refiero. Se olvida de los fundamentos económicos que permiten el desarrollo y equilibrio de las finanzas públicas y se ha decidido a responder sin responsabilidad a la parte “ideológica” del manejo económico del país, tal como le ordenó su jefe. Esta semana pidió a estudiantes de la Facultad de Economía de la UNAM cambiar el “cassette” y ver los datos que muestran la recuperación autosustentable en México apoyada en el motor interno. Es voltear al pasado, al modelo de Echeverría y López Portillo que provocaron las peores crisis económicas de México en el siglo XX.
Es la macroeconomía
Ramírez de la O, basa el éxito de la política económica en el consumo interno y no en el desarrollo, un retroceso al modelo de “puertas cerradas”, donde, como base de la economía, se fomentan las importaciones financiadas con transferencias del gobierno. “Es un cambio muy fuerte” porque el consumo está afianzándose, la inversión privada aumenta llevando a mayores niveles de importaciones de bienes de capital que al mismo tiempo se reflejan en una producción que está mucho más autosustentable en la demanda interna y no tanto en la demanda externa.
La posición de Ramírez de la O contrasta con la que explicó la gobernadora del Banco de México en su comparecencia ante el Senado de la República donde, afortunadamente, reitera que en la política macroeconómica no ha habido un cambio.
Aseguró que México tiene un sólido fundamento macroeconómico que permite una mejor posición frente a coyunturas financieras. Es decir, se mantiene el andamiaje estructural de la economía mexicana que mantuvo por más de 25 años la estabilidad macroeconómica, gracias a la cual, desde Zedillo y hasta Enrique Peña Nieto, nos hemos olvidado de las brutales crisis de fin de sexenio.
La gobernadora del Banco de México afirmó que el sistema financiero mexicano está bien capitalizado y con amplias reservas de liquidez ante posibles eventos desfavorables, sin dejar de advertir fuertes nubarrones, como el nerviosismo en los mercados financieros, que afectarán a la economía nacional.
Tanto la gobernadora de Banxico como las autoridades financieras son conscientes de la importancia de estar preparados ante eventos que pudieran suscitarse y actuar con oportunidad y decisión para mitigar el impacto de las posibles contingencias.
El crecimiento
Al terminar este sexenio, el crecimiento promedio anual del PIB va a ser de apenas el 0.3% y esto si no pasa nada grave en los próximos dos años. De acuerdo con datos del FMI, el crecimiento anual por sexenio desde Miguel de la Madrid fue de 0.3%, quien recibió el país luego de la peor crisis que se habría registrado hasta entonces, cuando López Portillo dejó en quiebra a la nación y a punto de declarar la moratoria. En promedio, durante el sexenio de Carlos Salinas crecimos 4.1%.
Fue Ernesto Zedillo, a quien también le tocó sortear la crisis que le heredó Salinas, dejó las bases de la macroeconomía que hasta ahora rigen con un promedio de crecimiento anual del 3.4%. Vicente Fox lo tuvo de 2.0%. Felipe Calderón de 1.8%. Enrique Peña Nieto de 2.4%. La estimación que tienen para el cierre de la administración de AMLO es de entre -0.1 y 0.4%.
La pandemia y la guerra o los pretextos
Podrán decir que a AMLO le cayó “como anillo al dedo” la pandemia y los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania. Lo cierto es que le tocó a todo el mundo y hay países y regiones que han tenido un mucho mejor desempeño económico.
Con datos del FMI, en 2019, primer año de gobierno de AMLO, sin pandemia y sin guerra, México fue la economía número 169 en crecimiento. Solo 27 países decrecieron, México entre ellos.
En 2020, ya con pandemia, cuando el mundo prácticamente se paralizó, México fue la economía número 150, ese año 36 países crecieron, 158 decrecieron y México fue uno de los países que más cayó, con un -8.0%. De acuerdo con los datos, Norteamérica -3.4%, Centro América tuvo mejor comportamiento con una caída de -7.2% y los países emergentes donde está México, tuvieron en promedio -1.8%.
En 2021, mejoró un poco, fuimos la economía 101 en crecimiento, aún muy por debajo de lo requerido y esperado. Para 2022, México fue la economía número 113 en crecimiento. De acuerdo con la información del FMI de 192 países registrados, en promedio, actualmente México se encuentra en un patético lugar 161.
La actitud del Secretario de Hacienda es preocupante, insiste en la parte ideológica de la economía, al estilo de Trump, pretende que México es una isla autosuficiente que consume lo que produce, empoderando con ello a la oligarquía mexicana de siempre que, para sostener el consumo financiado con transferencias desde el gobierno, tiene que importar una gran cantidad de insumos y materias primas en su cadena de valor.
Regresar al chovinismo económico solo nos llevará a una grave crisis económica.
Lo que está claro es que mientras se mantenga la autonomía del Banco de México y no se toquen los fundamentos económicos, la economía mexicana podrá resistir un poco más.
Twitter: @diaz_manuel