Para AMLO, Morena y sus aliados del PVEM y del PT, el gobierno es como una muralla que sirve para garantizar la impunidad, la avaricia y la corrupción, donde las instituciones encargadas de aplicar la ley y el derecho se vuelven un instrumento del que se sirven.

El presidente protege de cada denuncia que se hace pública a funcionarios, amigos, allegados, familia y compadres de la 4T. Siempre ante los hechos, por irrefutables que sean, dice que son los conservadores o sus adversarios que quieren perjudicar a su gobierno y pide que denuncien si tienen las pruebas.

Lo cierto es que los mexicanos no merecemos que la propaganda sea superior a la realidad.

El sello

Cuando AMLO llegó a gobernar la CDMX su administración tuvo tres principales características: la opacidad en las obras, como la construcción del segundo piso del periférico a cargo de Claudia Sheinbaum y del contratista y ahora asesor, José María Riobóo, cuya esposa, la magistrada que plagió su título, Yasmín Esquivel, se encargó de que la información de la obra quede en resguardo por 25 años.

El “cochinito” para sus campañas. En 2006, sus colaboradores René Bejarano el señor de las ligas, y Carlos Imaz fueron captados por el propio contratista Carlos Ahumada, recibiendo dinero en efectivo, sin embargo no es el único caso en el partido.

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Y la inseguridad, con AMLO la CDMX se convirtió en una de las ciudades más inseguras del país.

Alianzas perversas

Con tal de conseguir sus objetivos, AMLO no ocultó sus vínculos con lo más corrupto y nefasto del PRI, con los que se negaron al desarrollo democrático y se habían opuesto a la reforma político electoral de la que él fue beneficiario. Atrajo a su movimiento a personajes como Bartlett, Dante Delgado recién salido de la cárcel y se alió con el PT y el PVEM, los partidos que creó Salinas para detener la reforma política y mantener el poder con los mismos corruptos.

También hizo alianza con buena parte del gabinete de Fox, e incluso, conformaron su gabinete, Alfonso Durazo, Alejandro Gertz, y tuvo una alianza importante con Santiago Creel y Manuel Espino ex dirigente del PAN, ampliamente conocido por su corrupción y sus vínculos con el crimen organizado. Por cierto, AMLO y Fox tienen al mismo super enemigo, Felipe Calderón.

Los intocables

Están bajo el manto protector de Andrés y no se les toca ni con el pétalo de una rosa. De entrada, el dirigente de Morena y sus vínculos con el crimen organizado, su relación con el huachicol y las transferencias de dinero producto de actividades ilegales a las campañas de Morena en Sinaloa, Tamaulipas y para la presidencial de Claudia Sheinbaum.

La candidata de Morena al gobierno de Veracruz, Rocío Nahle, con casas en Veracruz, Ciudad de México, Nuevo León, departamentos en el extranjero y cuentas en paraísos fiscales.

La candidata de Morena a la CDMX, Clara Brugada, a quien le destaparon cuentas por casi tres millones de dólares en paraísos fiscales.

Ignacio Ovalle y su multimillonario fraude en Segalmex, muchísimo peor que la “Gran Estafa”, pero AMLO dijo que fue engañado por los ex priistas y lo premió con un cargo en Segob.

Las casas y la fortuna de Manuel Bartlett que rebasan los mil millones de pesos y los contratos otorgados a sus hijos de forma directa.

Los contratos de Pemex a la prima Felipa Obrador Olán (¿Será pariente de Amílcar Olán?).

Los grandes negocios que hizo -y que el propio AMLO reconoció- cuando el periodista Ramón Alberto Garza llevó pruebas de las negociaciones con empresas como TC-Energy y Grupo Carso de Carlos Slim en relación con los gaseoductos.

La corrupción en la FGR de Gertz Manero, dependencia que usa como instrumento de coacción y venganza política.

Las acusaciones de la corrupción, conflicto de interés, compadrazgo y amiguismo de los hijos de AMLO, de las que se han presentado grabaciones, contratos y todo tipo de pruebas de sus negocios en las obras del Tren Maya, Dos Bocas, AIFA; en las compras de medicamentos y vacunas y en el mantenimiento de hospitales, donde la estrella es Almicar Olán, quien de acuerdo con la última entrega de Lantinus, llegó a reunirse con AMLO y altos funcionarios en Palacio.

Por esas y muchas otras razones, AMLO y su pandilla han tratado de destruir todo el andamiaje institucional y de rendición de cuentas. Si gana Sheinbaum, la destrucción se consolidará con la desaparición del INAI, la FGR nunca verála luz de la autonomía, la Secretaría de la Función Pública será la Santa Inquisición que irá contra los que no se sujeten a los mandatos de presidencia y lo más preocupante, la SCJN pronto tendrá que renovar a tres ministros, y de ganar, serían impuestos por Claudia.

Si no queremos que en México continúen las terribles prácticas populistas y autoritarias, hoy por hoy, la opción es Xóchitl Gálvez y su propuesta de un gobierno de coalición con un proyecto de nación que pondere la rendición de cuentas y la cero tolerancia a la impunidad.

X: @diaz_manuel