“La indignación sin un cometido es una pérdida de tiempo.”
Josep María Pou
“-Yo recé, te esperé y nunca viniste
Ahora dame el beso que aguardé toda la vida.”
Ninella, ‘Io che amo solo te’ / película
México no va a ningún lado. El desinterés ha alcanzado nuevas cuotas. El primer escollo de la nueva oposición es la apatía. El reto será lograr que los ciudadanos participen cívicamente y sin pensar en un beneficio personal o monetario. Ese espíritu prácticamente ya no existe en nuestro país. Dentro del oficialismo tampoco.
Seguimos sin saber qué fue —y qué fue DE— la Marea Rosa. Sugiero no volver a hacer una sola marcha política hasta no saber qué busca la ciudadanía a largo plazo; y por ciudadanía me refiero a cada mexicano; a toda ella, no importando de qué segmento se trate. Pero sobre todo no antes de haber ocurrido una revolución de las conciencias.
Esta no partirá de ningún instituto político existente hoy en día en nuestro país, ni siquiera de Morena. Deberá ser espontánea y ocurrir no importando las restricciones a las que se enfrente.
A diferencia de la sociedades norteamericanas y el resto de la latinoamericana, en México hoy hay cansancio y hastío social. Y por ello el quehacer político en nuestra nación requiere de un cambio de paradigma total. Hacer lo mismo de siempre no generará algo distinto.
En ese sentido, la 4t no tiene futuro, como tampoco lo habría tenido un gobierno comandado por la oposición. Urge una amplia transformación generacional que Regeneración Nacional no va a satisfacer, como tampoco ningún llamado, frente o marea por muy numerosa que esta sea.
La decepción se puede medir igual tanto en la atadura de la gente hacia los programas clientelares, que en las movilizaciones críticas al régimen que ya no alcanzan a juntar ni mil individuos.
De un tiempo para acá, la indignación o el resentimiento ya no son ingredientes suficientes para construir futuro en ningún sector del espectro político social del país.
Quizá por eso nada hace la diferencia —ni es significativo para favorecer al régimen ni para derrumbarlo—. ¿La violencia, las miles de muertes, la falta de salud o de educación? No, eso no nos altera. Tampoco el que autoridades o líderes de oposición nos mientan. Ni los patéticos espectáculos que nos ofrece AMLO en sus mañaneras o Alejandro Moreno al frente de una reelección en el PRI…
La serie de indignaciones que permean ya todas las clase sociales no bastan para generar un cambio en México.
¿Qué se requiere y cuánto tiempo se necesitará para que esto deje de ser así? Estimo que los analistas políticos debiéramos abocarnos a responderlo en lugar de dedicar tiempo, recursos y esfuerzos en analizar lo que es y lo que ya fue...
Por lo pronto y mientras tanto, estimo habrá Cuarta Transformación para largo —sea lo que sea que esta signifique—. Todas las encuestas de opinión lo indican; las de MetricsMx, sin duda. El apoyo hacia el obradorismo es grande. El país NO anhelará un cambio… hasta que, de pronto, sí lo anhele.
Giros de la Perinola
Gustavo Madero, Guadalupe Acosta Naranjo, Xóchitl Gálvez, entre otros personajes, piensan en crear una nueva fuerza política nacional: “el Frente Cívico Nacional”. Es fundamental saber si esta sería una forma de no vivir fuera del erario o si en realidad aspiran a crear una nueva fuerza política que signifique algo que responda a inquietudes de un segmento cada día más grande de la población. ¿Qué están proponiendo? Sería importante lo detallen y establezcan por qué eso habría de ser atractivo y romper con la apatía de los unos y en vivir en su zona de confort de los otros.