En su primera gira internacional la presidenta de México, Claudia Sheinbaum viajó a Brasil para asistir a la Cumbre de las 20 economías más importantes del mundo en la ciudad de Río de Janeiro.

Su participación marca el regreso de México en este importante Foro, y no porque estuviera fuera, sino porque su antecesor prefería no acudir, quizá por falta de argumentos y capacidad para enfrentar las diversas posiciones internacionales o porque se hacía chiquito frente a sus contrapartes.

La decisión de la presidenta de acudir al Foro de manera presencial que busca posicionar a México en Latinoamérica, es de enorme relevancia, ya que junto con Brasil, son las dos economías más importantes del continente después de Estados Unidos y Canadá.

Esta edición del G20 se da en un contexto internacional sumamente complejo y convulso, precedida por la cumbre de los países del Brix realizada en Rusia para cambiar los equilibrios económicos; con el brutal ataque de Rusia a Ucrania y con Estados Unidos dando su anuencia a los ucranianos para utilizar misiles de largo alcance y que Putin respondiera con la amenaza de lanzar ataques nucleares; cuando la economía y comercio internacionales están en elumbral de una crisis de magnitudes insospechadas, quizá comparable con la crisis de 1929, en pocas palabras, el G20 se efectúa cuando en el mundo se cierne la posibilidad de lo que podría ser la Tercera Guerra Mundial.

El mensaje de México

En su primera intervención en la Cumbre la presidenta Sheinbaum propuso establecer un fondo para destinar un “uno por ciento del gasto militar de nuestros países para llevar a cabo el programa de reforestación más grande de la historia”, con Sembrando Vida. El problema es que ese programa es un verdadero fracaso, al grado de que el gobierno reservó la información y no existen estadísticas de su impacto real. En la deforestación que sufrió la Península de Yucatán por la construcción del Tren Maya no se ha restituido un solo árbol y hasta donde se sabe del programa sólo se han beneficiado las tierras de los hijos de AMLO con la siembra de variedades que explotan como materia prima en sus negocios.

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Resulta de una ingenuidad total, que ante un escenario muy complejo donde se necesitan verdaderos estadistas, Sheinbaum acudiera con el mensaje de que “reduciríamos la migración y el hambre, si tan solo elevamos la palabra amor por encima del odio, la generosidad de la persona humilde y desposeída, por encima de la avaricia y el deseo de dominación”.

En el regreso presencial de México, la presidenta salió con las mismas frases huecas y sin valor que manejaba AMLO, “por el bien de todos, primero los pobres”.

Al final, Sheinbaum, a pesar de su alta capacitación en los temas del primer foro pasó desapercibida con un discurso fuera de contexto y con propuestas que no han sido tomadas en cuenta para la declaración de la Cumbre.

El segundo foro en el que participará la presidenta es sumamente importante, el de la “Gobernanza Global”.  Esperemos que se concreten estructuras de gobernanza sólidas, que realmente combatan el cambio climático y la reducción de emisiones de CO2, y se generen energías adecuadas y confiables para la producción que a su vez genera empleo y mayores ingresos que con una buena distribución, genera mayor igualdad social y el ensanchamiento de la clase media.

Encuentros bilaterales

México tiene una posición envidiable geográficamente y es punto de referencia en la economía mundial, de ahí el interés del presidente de Francia de reunirse con la presidenta. En su primer encuentro bilateral, de acuerdo con lo informado por fuentes oficiales, ambos mandatarios acordaron cooperar en temas de agua, salud e infraestructura incluyendo temas de energía y algunos otros, así como impulsar juntos la igualdad de género.

Actualmente empresas francesas participan en México en diversos sectores como agua, salud y energías sostenibles lo que hace que el gobierno lo deba tomar muy en serio y mandar dar una buena señal al mundo entero sobre su posición, independencia, estabilidad y seguridad jurídica.

Francia está entre las cinco naciones con las que México tiene mayor relación económica y política. En este contexto, se considera la experiencia de Brasil con empresas de origen francés con amplia capacidad tecnológica y desarrollo de punta que contribuyen con grandes inversiones en infraestructura de generación y transmisión de energía, un modelo que bien podría replicarse en México.

Esperemos que en las reuniones bilaterales la presidenta se presente con mucho más que el rollo fatigado y sin sentido de AMLO. Aún tiene por delante una serie de encuentros de gran envergadura con los presidentes de los países más destacados para establecer relaciones comerciales y proyecciones de economía, Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, Yoon Suk-Yeol, presidente de Corea del Sur, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido, Narendra Modi, primer ministro de India, Shigeru Ishiba, primer ministro de Japón y Pham Minh Chinh, primer ministro de Vietnam.

Lo más trascendental que traerá la mandataria serán los acuerdos que alcance en las reuniones bilaterales que sostenga en el marco del G20.

Enhorabuena por el regreso a foros internacionales tan constructivos y trascendentes.

X: @diaz_manuel