En un hecho que, para mi forma de ver, viviremos algo inédito. Estas elecciones serán de las más concurridas de que se tenga memoria.

Mi piel se eriza al ver largas, larguísimas, filas en los módulos del INE del estado de Querétaro, donde yo vivo. Pero, al parecer, leo en redes sociales que este fenómeno está sucediendo en todo el país.

Algunas personas comentan que estos escenarios se están dando debido a que el plazo para la renovación de la credencial vence el día 22 de este mes.

Pero yo jamás había visto un fenómeno así. Es decir, creo que no solo la gente busca renovar su INE, sino realmente quiere salir a votar y participar en esta contienda. Hay un ánimo participativo de la ciudadanía como pocas veces se había visto.

Y es que la gente está despertando. Sea quien sea por el que quieran votar, están decididos a salir de su zona de confort y de su inmovilidad para hacer algo por su país.

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Pero a la vez este panorama, que se ve muy bonito, se vuelve un poco aterrador pues serán las elecciones más cerradas de que se tenga memoria. El fraude puede ser una gran posibilidad.

Creo que estas elecciones de hecho, serán mucho más cerradas que las del 2006.

Aun cuando las encuestas consideren a Claudia Sheinbaum muy lejana de Xóchitl Gálvez, la verdad es que la gente va a salir votar, lo cual es muy bueno pues vuelve la contienda nutrida y competitiva.

Al final lo que queremos todos es paz. Incluso estoy segura que todos los políticos lo anhelan también.

Sin embargo, uno  de los grandes monstruos a vencer ya ni siquiera será el abstencionismo a mi parecer, sino  la existencia de los múltiples de cárteles del narco que ya imperan en el país.

Me encantaría, en mi mundo de ilusión, ver unidas a Xóchitl Gálvez y a Claudia Sheinbaum porque segura estoy ninguna de las dos quiere más muertes y más masacres. Es algo que nunca he entendido de la política: ¿Por qué hay competencia si buscan el mismo objetivo?

Pero bueno en otros términos algunos le llamarían democracia.

Yo francamente estoy cansada y desgastada de los discursos impregnados de odio y polarización.

Creo que el presidente nos llevó al límite y el borde a todos en ese sentido y por eso creo que no están funcionando los discursos agresivos de Claudia Sheinbaum ni tampoco funciona cuando Xóchitl Gálvez lo intenta ser.

Da emoción, por supuesto, que sea un hecho de que tengamos a una mujer como presidenta, pero esto no se trata de cuotas de género. Se trata de elegir la mejor opción que nos beneficie a todos.

El presidente, creo yo, ha pasado a perjudicar más que beneficiar a la candidata que él eligió. Nadie se traga ese sapo de que él no intervino en esa decisión.

Por eso,  le vendría bien a Claudia poner un margen de distancia con AMLO. El tema es que ella repite las mismas palabras, los mismos manoteos, el mismo discurso polarizador y es inevitable no acordarnos del presidente. Claudia Sheinbaum nos lo recuerda a cada instante.

Creo que ambas, Claudia y Xóchitl  a partir de ya, van a tener su cuarto de guerra o como en política se le conoce como “room war”  totalmente movido para elegir las mejores ideas y convencer a los que  aún están indecisos.

Personalmente, me alegra estar viviendo este hecho histórico y le pido a Dios me de vida para verlo y vivirlo hasta el final porque sí, el 2024 quedará como un año histórico para este hermoso país.

Somos un buen país, con buenos ciudadanos y nos merecemos cosas buenas. El tema es que estemos convencidos de ello.

Es cuanto.