La campaña de agresiones contra periodistas de medios independientes ha generado un nuevo y peligroso antecedente: la agresión del pseudo-comediante Héctor Suárez Gomís contra el conductor del noticiero en línea Sin Censura, ocurrida este viernes en la Plaza Artz, ubicada en la Ciudad de México.
En lo que parece ser un restaurante de comida asiática, Gomís agredió a Vicente Serrano, rompiéndole los lentes e insultándolo llamándolo “periodista domesticado”, nada más por atreverse a romper con la línea anti AMLO del 95% de los medios en México.
Poco le faltó al facho pseudocomediante para llamar al periodista “Lügenpresse”, como los fanáticos de la Alemania fascista llamaban a los pocos medios independientes que quedaban antes del golpe de estado que se concretó en dicho país antes de la Segunda Guerra Mundial.
Uno puede simpatizar o estar en desacuerdo con el trabajo de Vicente Serrano, pero siempre debemos condenar las agresiones como las de Gomís, quién apenas unas horas antes de la agresión participó en un “espacio” en Twitter de esos que acostumbran organizar los membretes de la “Sociedad Civil” en México para quejarse amargamente de la “falta de libertad de expresión” que plenamente disfrutan.
Lo interesante aquí es que, pese a todos los lloriqueos habidos y por haber por parte de algunos lectores de noticias y propagandistas, ningún representante de la derecha en medios ha recibido una agresión tan artera como esta. Es comprensible. La violencia siempre se desata desde ese polo ideológico.