Michoacán, como muchos otros estados, siempre está en la mente de la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Y ella, que dedicó gran parte de su formación como científica en tierras purépechas, regresó para devolver ese cariño depositado a la causa de la transformación. Entonces, todos los programas que están poniendo en marcha Claudia, especialmente en regiones que hay que tomar en cuenta por su desarrollo en el campo, son merecedores de un programa de asistencia que, a la par, potencializan la actividad agrícola, específicamente en aras de haber lanzado el Plan México, que, entre otros aspectos fundamentales, pondrá a nuestro territorio como un motor de impulso para la economía, lo que realmente exigía un cambio sustancial ante el giro preponderante de un mundo globalizado al que ha sabido adaptarse la política de la 4T.

Uno de los rasgos relevantes de la visita de Claudia Sheinbaum, precisamente por ello, fue guiar ese aprovechamiento de los recursos naturales como los que cuenta gran parte del territorio de Michoacán. Una de esas prioridades directas, evidentemente, fue la implementación de mecanismos para consolidar la productividad, pero también la autosuficiencia de insumos que no podemos dejar a un lado, especialmente en tierras purépechas donde tienen gran arraigo los usos y costumbres de la población. Eso, como una de las promesas de Sheinbaum en tiempos de campaña, se ha ido aterrizando en sus constantes recorridos que ha realizado la jefa de Estado. De hecho, desde la llegada de la cuarta transformación, con esos programas de asistencia que tanto ha criticado la oposición, se fue eliminando el rezago educativo y, de paso, se ha cerrado la brecha de la desigualdad. Ese crecimiento se ha notado con el mejoramiento de la calidad de vida, que fue uno de los aspectos prioritarios de esta plataforma de nación.

Esa razón tan poderosa es la que moviliza a miles y miles de michoacanos ante la presencia de Claudia Sheinbaum. Recuerdo que, en tiempos de campaña, una multitud se le entregó a la ahora jefa del ejecutivo federal. Más de 45 mil simpatizantes, militantes y pueblo en general abarrotaron el memorable estado Morelos, en la capital del estado. Quedamos impresionados con esa muchedumbre que se dio cita para ratificar, queda claro, el amor al movimiento que ha significado la esperanza. Y como Sheinbaum recientemente había recibido la estafeta o, mejor dicho, el bastón de mando que la hizo merecedora de esa inclinación de la inmensa mayoría, vivió su mayor apogeo en esos tiempos proselitistas que, con una postal el fin de semana pasado, me hicieron recordar la magnitud que mueve la imagen de una mujer que forma parte de esa lista de los liderazgos más influyentes del mundo.

Eso, por la magnitud, no deja de ser algo muy importante, máxime cuando el país avanza a pasos agigantados. De hecho, Michoacán ha sido, al igual que varias entidades, parte sustancial que formó este proceso de transformación. Este, por ser un punto crucial de la lucha democrática y estudiantil, tiene un significado muy especial. Por eso, el triunfo abrumador, tanto en 2018 como en 2021, se debió a esa naturaleza sociopolítica como la que hemos crecido los michoacanos. Somos hombres de trabajo y, para el caso, nos hemos forjado en esa cultura del esfuerzo. Hoy, en efecto, seguimos contribuyendo a través de esa participación, pero sobre todo el respaldo incondicional a la presidenta. Hay que ver únicamente las multitudes para darnos una idea de la movilización que provoca la imagen de Claudia. Por eso y por muchas razones, Morena o, mejor dicho, la coalición Seguimos Haciendo Historia repetirá la victoria en las elecciones intermedias del 2027. Y lo digo con esas palabras porque debemos reconocer la valiosa labor que aportan tanto el PVEM como el Partido del Trabajo.

Eso nos debe llevar, primero, a esa participación de todas las fuerzas que integran esa coalición. En Morena, por ejemplo, suenan nombres como el de Raúl Morón, Carlos Torres Piña, Gabriela Molina y Gladyz Butanda. En el caso del Partido Verde, que asumió una postura clara de inclinación, ha tomado la decisión de respaldar las aspiraciones de un senador de la república. Y como el abanico se abrirá sin ninguna restricción ni limitantes, también el PT, con esa fuerza que ha demostrado en las elecciones, tiene perfiles muy competitivos que, a la postre, bien pudiesen tomar las riendas del ejecutivo estatal. Uno de ellos, quien además ha respondido a las expectativas como coordinador de la fracción en San Lázaro, es Reginaldo Sandoval. A él, desde ahora, lo visualizo en la encuesta final que ponga en marcha la dirigencia nacional del lopezobradorismo. Siendo así, eso significa que habrá mucho nivel en la metodología que aplique la dirección nacional de encuestas que, exclusivamente, tendrá la decisión en sus manos de nombrar al ganador, pues los comités estatales, como tal, solo podrán proponer y mediar ese devenir que muy a menudo sucede en este tipo de contiendas.

Y ese pueblo de Michoacán que salió a cobijar a su presidenta constitucional, será el mejor juez para tomar decisiones sobre el futuro político de la entidad. Lo correcto, ya lo dijimos, es que Luisa María Alcalde, al igual que aconteció con las llamadas corcholatas presidenciales, de cabida a perfiles de Morena, PVEM y PT, pues recordemos que, a fin de lograr esa transformación desde el legislativo con un paquete de reformas constitucionales, fue sustancial la fuerza numérica del Partido del Trabajo. Por eso, téngalo por seguro, prevalecerá la negociación y el diálogo para seguir una coalición que, desde mi punto de vista, es indispensable, especialmente para no dividir el voto y, con ello, garantizar esa unidad que ha permitido hacer la diferencia para doblegar a la oposición.