La propia Claudia Sheinbaum, una semana después de haber ganado la elección presidencial, confirmó que se entrevistaría con el presidente en Palacio Nacional. Y así fue: hace un par de días el mandatario federal recibió en las puertas de su residencia oficial a la ganadora de los comicios electorales del pasado 2 de junio. Fue, además de un momento histórico, la postal de un retrato conmovedor, después de la bienvenida cálida del jefe del ejecutivo federal. De hecho, a López Obrador se le notaba la alegría por el triunfo aplastante que, por cierto, superó la misma marca con la que él ganó en 2018.
No soy especialista en leer el lenguaje corporal, pero el presidente López Obrador tenía un brillo en sus ojos que, en definitiva, fue la manifestación más clara de que habrá continuidad del proyecto de la 4T que él, con un puñado de precursores del movimiento por la lucha democrática del país, encabezaron a lo largo de muchos años, especialmente en los momentos más complicados. Desde luego, era cuestión de tiempo para que la justicia social sacudiera el tablero electoral. Fue el mismo AMLO, con la lucha pacífica, quien jamás se rindió ante la adversidad. Ahora, queda claro, el lopezobradorismo luce fuerte y vigoroso, y con una estructura en su máximo apogeo.
Más allá de los temas que se hablaron en Palacio Nacional, seguramente predominó la franqueza del triunfo contundente que obtuvo Morena y, desde luego, el motor de impulso que significa la proporción que se ganó en las urnas, específicamente en ambas cámaras legislativas. En San Lázaro, sabemos, habrá mayoría calificada para ir apuntalando las prioridades., que dicho sea de paso, son los pendientes antes de que finalice la administración de López Obrador. Él, de hecho, tiene toda la razón al exponer la importancia que tendrán los ajustes necesarios al poder judicial. Aunque, más allá de ello, son propuestas de campaña para acabar con las excentricidades de los ministros de la Suprema Corte de Justicia.
Desde luego, los rubros que aterricen en la legislatura que iniciará en septiembre tendrán una particularidad que la propia Claudia Sheinbaum ha ido abordando a lo largo de estos días. Habrá parlamento abierto. Después de ello, claro está, se estima que la iniciativa se apruebe con la mayoría calificada que Morena tiene en su poder. Así hemos comprendido la narrativa que fluyó desde Palacio Nacional. De hecho, las mismas circunstancias permitirán que el proceso democrático se fortalezca con los ajustes al marco constitucional. Inclusive, no visualizo que la propuesta del poder judicial se prolongue. Está claro: septiembre es el momento perfecto para coronar el término del sexenio del presidente López Obrador.
Ante ello, se espera un gran respaldo ciudadano, de hecho, no existe una simpatía con el poder judicial, especialmente por las atribuciones que no le corresponden y ha tomado. Siendo así, la ciudadanía, después de tantos excesos observados apoyará la iniciativa. Un ejemplo es la ministra presidenta de la SCJN, que no solamente ha rebasado sus facultades, sino que ha llamado la atención su intromisión en la autonomía del legislativo. Por esa y por muchas razones, urge corregir y modificar el cúmulo de anomalías que existen en el poder judicial. Esa razón, evidentemente, obedece al llamado que ha realizado la sociedad para que exista un auténtico equilibrio, pasando por sujetarse a cada una de las funciones que tienen.
Es muy evidente el mensaje que hizo Claudia Sheinbaum desde Palacio Nacional. Aunque muchos han especulado, lo cierto es que, lo que aconteció, podemos llamarlo un acto de congruencia y empatía por una causa común: el proceso de transformación de la vida pública del país. Sheinbaum, con su estilo propio, manejará el país, demostrando que tendrá autonomía en la toma de decisiones. Pero, más allá de eso, Claudia es la heredera del bastón de mando. Es decir, continuará con el legado que inició el presidente López Obrador para instaurar una república más democrática, humanista y plural. Los cambios que se han propuesto de modificación al marco constitucional, por cierto, son elementos que abonarán en el desarrollo de México.
Y para ello, claro está, Morena hará valer su condición de mayoría calificada. Por un lado, Ricardo Monreal comandará los trabajos en San Lázaro. Él será el coordinador y líder de la fracción. Con esa misma lógica, la llegada de Adán Augusto López a la coordinación del Senado es prácticamente un hecho, pues Marcelo Ebrard, otro de los perfiles que suenan para encabezar esa encomienda, lo más probable es que integre al gabinete de Sheinbaum en una secretaría clave.
Mientras eso suceda, qué momento histórico vivimos con la visita de Claudia Sheinbaum a Palacio Nacional. Muchas veces Sheinbaum ha visitado la sede presidencial, sin embargo, esta vez lo hizo en calidad de presidenta electa de México, por eso la felicidad de López Obrador.
Notas finales
En Zacatecas, una de las entidades federativas que ha ido apuntalando los buenos resultados con David Monreal, igualmente vivió momentos de mucha efervescencia el pasado 2 de junio. Destaca, por supuesto, la victoria contundente de Saúl Monreal al Senado de la República. Además de ganar con amplio margen, llegará a la Cámara Alta con grandes expectativas. Él, de hecho, ha dicho que empujará los temas prioritarios de la futura presidenta de México y, con ello, también saldrán propuestas e iniciativas para fortalecer la agenda común de la 4T. Tratándose de un gran liderazgo, podemos augurar resultados positivos, tal y como sucede en aquella entidad del norte del país. Inclusive, parte de esa gran confianza que ha dado la sociedad en las urnas, se debe al gran trabajo que han hecho sus funcionarios públicos. Es el caso de Rodrigo Reyes, secretario de gobierno en Zacatecas. Esto, a su vez, ha permitido un sustancial avance en temas fundamentales para la gobernabilidad como educación, salud y seguridad. Este último rubro, por cierto, es el tema que más ha tenido progreso con la propuesta de pacificación que puso sobre la mesa el gobernador, David Monreal.