Dicen que la justicia tarda pero llega, sin embargo para Mónica Taibo, a quien su esposo obligó a marcarse la piel con un fierro de ganado, no consigue que su agresor, el notario público número 1 en Cosamaloapan, sea castigado por lo que le hizo.

Mientras los días transcurren, el caso de Mónica se empantana y al parecer este sujeto está muy bien protegido, no solo por el Colegio de Notarios de Veracruz, sino por quienes deben aplicar la ley y dictar sentencia.

En noviembre del año pasado Sergio Hernández habló con algunos medios de comunicación donde obviamente negó todo e incluso dijo que estaba siendo “víctima de una extorsión” por parte de su aún esposa, quien solo quería sacarle dinero.

Sin embargo, fuentes cercanas al Colegio de Notarios aseguran que el violentador ha comprado testigos y que incluso la jueza que lleva el caso, la polémica Alma Aleida Sosa Jiménez, conocida por tener mano dura durante el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares contra todo lo que tuviera tufo duartista, se ha hecho la occisa en este caso que ha dado la vuelta al mundo y no ha procedido conforme a derecho para sancionar al agresor, sobre quien pesan dos denuncias más de ex parejas de este sujeto que también fueron violentadas.

¿Por qué al notario no se le ha tocado ni un pelo?

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Más grave todavía me parece la próxima reunión de la fiscal Verónica Hernández con notarios veracruzanos, que tendrá lugar el próximo día once del mes que corre.

Sin anticiparnos, esperemos a ver si aborda el tema de la señora Taibo, quien en todos los medios digitales donde ha dado entrevistas asegura tener miedo de que este feminicida en potencia esté libre y cumpla su amenaza de matarla.

¿Se tendrá que esperar a que lo logre para actuar?

Dos ediles violentadas

Parece que nos acostumbraron a la violencia contra la mujer y algunos hasta la celebran o la ven como exageración.

En días pasados una regidora del municipio de Boca del Río, Ana Cristina Morales y otra de Veracruz, Lissethe Martínez Echeverría, denunciaron ante la Fiscalía del Estado ser víctimas de violencia política por un sujeto que grita y reconoce sentir odio hacia una de ellas.

La denuncia pública y ante las instancias pertinentes ha causado ruido entre los opinólogos y sabelotodos de café, quienes dicen que las mujeres acusan sin motivo a un personaje sobre el cual, por cierto, también pesan testimonios de ex alumnas que aseguran que varias veces las “ninguneó” o les levantó la voz, y por ello fue despedido del colegio privado donde laboraba.

Ayer el “ex profe” se pitorreó de las ediles en sus redes sociales y dijo que él “era así”, “chistosito” y que su denuncia no le haría nada y solo le causa risa.

¿Alguien protege también a este personaje o solo fanfarronea?

Las jarochas (y mexicanas en general) necesitamos sentir que las autoridades ponen un alto a la violencia que se ejerce contra nosotras, pues la denuncia en redes sociales de machistas como los dos aquí mencionados, más allá del impacto mediático que llegue a tener, necesita sí o sí de acciones legales antes que los gritos, expresiones de odio o cualquier forma de violencia pase a mayores y tengamos algo grave que lamentar.

Por cierto...

No puedo irme sin hablar de la entrevista que hizo la periodista Adela Micha al diputado minatitleco Sergio Gutiérrez Luna, a quien alabó diciendo públicamente que era “Team Sergio”.

Demostrar su simpatía o su admiración no está mal, claro que no, pero editorializar haciendo comparativos entre Gutiérrez y la senadora con licencia, Rocío Nahle, me parece desatinado, pues aunque Sergio Gutiérrez es muy mediático y un día sí y el otro también anda movido en sus redes sociales, para gobernar un estado tan emproblemado como el nuestro se necesita más que un “showman”.

Entiendo que Adela solo ve los toros desde la barrera y no sabe que los jarochos vivimos con el Jesús en la boca ante los niveles horrorosos de inseguridad que vivimos, y las mujeres tantito peor.

Los tiempos corren y los plazos se acercan y me tomo unos instantes para contarle a Adela que estamos hasta la madre de la política ficción y nos urgen acciones de fondo para frenar la violencia feminicida que azota nuestra entidad y que, por lo mismo, sería no bueno, extraordinario, que tengamos un gobierno con aroma de mujer.