Un inmenso porcentaje de morenistas y simpatizantes de la Cuarta Transformación están decepcionados por la forma en que se comportan algunos cuadros al interior del partido. De hecho, sus acciones no han sido las mejores ni mucho menos las más plurales y democráticas.
Muchos han tratado de adueñarse de la narrativa del presidente con un discurso que empieza a dar señales de desgaste. “Conservadurismo, neoliberales, fifís, politiquería” y otro tipo de calificativos se volvió un factor superfluo. Nada de eso es, hoy en día, políticamente atractivo.
Es posible que la narrativa haya llegado a un punto de exasperación de la población civil que se queja de lo banal de una lingüística feroz y agresiva.
Basta observar el comportamiento de Layda Sansores para darnos cuenta de cómo se las gastan algunos políticos que se hacen llamar defensores del pueblo. Sabemos que, el caso de la gobernadora, es la manifestación más nítida de la guerra sucia que no tengo ninguna duda, es avalada desde las más altas esferas del poder.
De otra forma no comprendo la ferocidad con la que ella actúa; lo peor de todo es qué parece que se lo permiten desde el poder porque lo hace, incluso, violando la propia ley.
Es un hecho que los planes son, sin duda, imponer en la candidatura a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y, paralelamente, intentar defenestrar a Ricardo Monreal quien, por cierto, es evidente que no se dejará manipular a pesar del trato cruel y punitivo en donde los ataques y las provocaciones no han cesado con menoscabo.
Pero él, durante más de un año, ha aguantado la metralla que se ha vuelto rutinaria. Pese a eso, le ha sacado todo el trabajo legislativo al presidente con reformas constitucionales que ha propuesto el mandatario federal, el propio secretario de Gobierno encontró- en el coordinador de la fracción de Morena- a su mejor aliado. Aun así, han menospreciado esa tarea siendo que, en los hechos, tiene un valor político mayúsculo.
Por ello el Senador Ricardo Monreal se ha ganado el respeto y respaldo de sus compañeros. Una vez preguntó una mesa de análisis: ¿cuántos senadores vale Monreal? No solo recibió el cobijo de 90 senadores y senadoras de todas las fracciones, sino 170 diputados federales también levantaron la mano en solidaridad para firmar un documento de apoyo.
A propósito, la comunidad universitaria de la máxima casa de estudios (UNAM) también firmó una carta de respaldo a través de más de 100 catedráticos que reprochan la actuación de Layda Sansores.
Por ello, no sé si en la mente de Ricardo Monreal esté abanderar un Frente Amplio Opositor con PRI, PAN, PRD y MC. Ese hecho ha trascendido, pero el Senador no ha fijado una postura de ello, lo que también es conveniente porque me imagino que estará evaluando cualquier posibilidad.
Lo que sí es un hecho es que, esa posibilidad, le abriría la puerta a la oposición para que triunfe una propuesta potencialmente atractiva y competitiva. Se habla, incluso, de que Movimiento Ciudadano estaría dispuesto a sumarse sí un perfil de esas características encabeza el bloque.
Si eso llega a pasar, no tengo duda que Monreal les puede ganar la presidencia. Hay muchos factores que influyen en ese hecho. El primero, sin duda, es que Ricardo jalaría un importante porcentaje de militantes y simpatizantes de Morena a su causa porque -con ese efecto de ruptura- provocaría un enorme boquete en el lopezobradorismo.
Asimismo, el Senador Ricardo Monreal sería el candidato idóneo de la oposición porque se volvería más llamativa e interesante, máxime sí el perfil que los representará viene de las filas de Morena.
Y, con cuatro estructuras a su favor, más el porcentaje que jale de la división que provocaría su salida, estamos hablando de una maquinaria poderosa capaz de doblegar a Morena. Además, políticamente, Ricardo Monreal tiene más experiencia y madurez que Claudia Sheinbaum.
Sí dudan, solo observen la forma de resistir y sobresalir de una guerra sucia y descarada contra él. Pocos, muy pocos logran librar batallas de esa intensidad. Y él, con firmeza, aprovecha su capacidad para salir a contrarrestar los ataques- ya desvergonzados y abiertos- que sin ningún escrúpulo lo realizan a través de Layda Sansores, y también desde la Cámara Alta con un súbdito del Antiguo Palacio de Ayuntamiento como César Cravioto, que se puso la camiseta de una de las corcholatas preferidas de Palacio Nacional.
Finalmente, de lo que estoy plenamente convencido es que, en 2024, el perfil que le puede ganar sin contratiempos al oficialismo es Ricardo Monreal. Dicen el viejo adagio qué “para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo”. En pocas palabras, Morena pagará muy caro el error de haber inclinado la balanza al favoritismo antidemocrático, aunque también, recurrir a las prácticas reaccionarias que tanto criticaron.
Notas finales
No es lanzar un desafío, sino ratificar que tiene que haber tolerancia y pluralidad. Así lo dejó ver el coordinador de los Senadores de Morena: “como coordinador de la mayoría en el Senado y como un hombre que cree en el diálogo, me reúno con mucha frecuencia con todos y lo hago abiertamente. No es de ninguna manera ni vergonzoso ni tampoco clandestino. Lo hago abiertamente, y tengo buena relación con toda la oposición y obviamente con los dirigentes de Morena, de donde provengo”.