Quisiera decir que sorprende el desacato del Gobierno Federal respecto a la orden judicial que el pasado lunes 18 de abril emitió un juez para frenar la obra del Tren Maya en su tramo 5, pero la verdad es que el actual régimen bajo la égida de Andrés Manuel López Obrador, se ha distinguido por su constante y sistemático quebranto de todo tipo de leyes en su afán por cumplir sus ocurrencias y caprichos, de manera que el que transgreda la Constitución o las leyes que incluso él mismo proclamó, ya no es motivo de asombro para nadie.
Este jueves, trascendió que los trabajos de desmonte de selva, aplanamiento y relleno con material de construcción siguieron el miércoles sin problema alguno en la ruta que el juzgado primero del Distrito de Yucatán ordenó suspender de manera provisional por no contar con una autorización en materia de impacto ambiental.
Antes, el lunes, un juez había dado la razón a un grupo de buzos que presentaron una demanda de amparo, tras denunciar falta de planeación, conocimiento, precaución y estudios relacionados con el suelo kárstico que impera en la zona, así como la falta de estudios de impacto ambiental.
Se quejaron además que el proyecto atravesará ríos subterráneos ya que el trazo es de norte a sur y los ríos subterráneos corren de oeste a este.
Igualmente, indicaron que hay una deforestación que se inició en Playa del Carmen, Río Secreto, Akumal y Tulum sin los estudios sobre el tipo de suelo, sin rescate de fauna y flora, y sin las manifestaciones de impacto ambiental.
Por ese motivo, Adrián Fernando Novelo Pérez, Juez Primero de Distrito en el Estado de Yucatán, determinó que la suspensión era procedente para evitar daños inminentes al medio ambiente de difícil o imposible reparación.
Agregó que, mientras no decidiera si concedía o no la suspensión definitiva, no podría seguir la ejecución de obras relacionadas con la construcción, infraestructura, remoción o destrucción de la biodiversidad del terreno o cualquier otra actividad que implicase la ejecución material de la obra.
Asimismo, advertía que la suspensión era obligatoria para las dependencias del gobierno federal, así como a cualquier empresa privada contratada por las mismas para realizar trabajos de construcción del tramo cinco, sector sur, del Tren Maya.
Pero en los hechos, el Tren Maya tiene una fecha de vencimiento para su puesta en marcha; “diciembre del próximo año”, según prometió el propio presidente López Obrador, y por ello la instrucción desde Palacio Nacional es no parar, sin importar que un juez así lo haya ordenado mediante una suspensión provisional, siendo que será hasta las 12:05 horas del 22 de abril próximo, después de celebrada una audiencia incidental, cuando se determine si se concederá o no la suspensión definitiva.
AMLO ha hecho oídos sordos a toda crítica o cuestionamiento en torno a esta obra que, como se sabe, forma parte de las tres edificaciones emblemáticas de su sexenio, junto con el Aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería Dos Bocas.
De hecho, trascendió que el pasado martes más de 300 investigadores le dirigieron una carta para advertirle de las consecuencias ambientales del proyecto del Tren; al tiempo que solicitaron detener las obras a fin de que se lleve a cabo una evaluación seria y cuidadosa de los impactos que ha ocasionado.
Le subrayaron que desde que se anunció el proyecto, en 2018, han buscado diálogo con el gobierno federal y le han expuesto las razones por las que la obra no debía llevarse a cabo, con argumentos y datos que provenían tanto de estudios científicos y del diálogo con los habitantes; sin embargo, nunca hubo respuesta, ningún acercamiento ni diálogo.
“No somos pseudocientíficos, no somos conservadores, no somos adversarios. Somos académicos con trabajo de campo y de gabinete, que tenemos un profundo compromiso con el bien de México”, señalaron quienes han sido integrados por el presidente en el mismo costal en que ha metido a famosos y ambientalistas, a los que ha criticado de “pseudo ambientalistas”, y les ha reprochado recibir dinero de sus adversarios.
“En la actualidad, las obras de construcción del Tren Maya ya afectan los modos de vida, la biodiversidad, la sustentabilidad, la calidad ambiental y los derechos humanos y existenciales de los pueblos y comunidades que habitan toda la región que dicho proyecto pretende beneficiar”, apuntan en su carta los investigadores que han sido inexistentes a los ojos del Ejecutivo.
En la carta al mandatario, también exponen su preocupación porque se haya otorgado el mando a las fuerzas federales para el desarrollo del Tren. “Al militarizar el proceso y la construcción del megaproyecto, se reducen aún más los mecanismos de protección a la naturaleza y se coloca en situación de vulnerabilidad a los habitantes de la región”.
Hay que recordar que para quienes AMLO sí tuvo respuesta en su momento, fue para los artistas y ambientalistas que a finales de marzo pasado hicieron circular una veintena de videos solicitando igualmente, frenar el Trazo 5 argumentando que hay destrucción de cenotes, flora y fauna en la selva.
Andrés Manuel López Obrador les profirió toda clase de insultos y vituperios en los días subsecuentes a la publicación de los videos, asegurando que los famosos habían participado por dinero y “no tienen vocación verdaderamente ecologista”. Acusó “deshonestidad” entre los artistas, científicos e intelectuales llamándolos pseudoambientalistas que están al servicio de los intereses creados para emprender una campaña en contra del Tren Maya, además de calificarlos de “conservadores” y “fifís”.
Entre los participantes, que pidieron consultar a especialistas en desarrollo sustentable antes de seguir con el proyecto, están Eugenio Derbez, Bárbara Mori, Natalia Lafourcade, Kate del Castillo, Rubén Albarrán, Imelda Kimil, Roberto Rojo, Sergio Mayer, entre otros, quienes rechazaron los señalamientos del presidente.
El desencuentro, como se recuerda, tuvo como grandes protagonistas al presidente y a Eugenio Derbez, siendo que este último le reviró que no necesitaba dinero y tampoco recibía “sobres amarillos”, -en clara alusión a los hermanos del presidente, Pío y Martín, de quienes existen videos en dicha comprometedora y polémica situación-.
El tema es que la mañana del pasado miércoles, en su Mañanera, el presidente dijo que invitaría a dialogar a los famosos que participaron en los videos, habiendo cambiado ya el tono que manejó inicialmente y matizando que no creía que hubiesen recibido dinero y solo estaban mal informados. Pero estos condicionaron que la reunión fuese en la zona afectada y el tabasqueño se negó, seguramente previendo que su argumento y narrativa se caerían a pedazos ante la destrucción ambiental que tendrían como escenario para el encuentro.
Lo más lamentable es que la devastación en la selva continuará porque el Tren Maya avanzará al costo que sea. Lo económico no será problema porque México le da recursos a manos llenas al presidente; porque las leyes no son obstáculo para él y las puede transgredir a su antojo; y porque él siempre tiene “otros datos” y puede mentir y engañar sin mayor problema.