La capital del estado de Michoacán es uno de los principales epicentros de grandes acontecimientos históricos y sociopolíticos que han marcado un hecho sin precedentes en la vida pública del país. De hecho, inmensas manifestaciones estudiantiles y políticas fueron- en su momento- el semillero de la lucha democrática del territorio nacional lo que continúa cobrando relevancia porque contribuyen a seguir mejorando las condiciones en la vida social.
He ahí la importancia que toma la ciudad más importante del estado de Michoacán convertida -también- en un emblemático lugar para que los turistas disfruten de su riqueza arquitectónica pues una de esas características es, sin duda, sus edificios coloniales y su catedral, sin olvidar su potencial gastronómico y cultural.
Sin embargo, la política también es parte de su naturaleza por lo que ha representado un sinfín de expresiones sociales que han apuntalado -a través de la participación- un legado importante. Aquí se gestó el Frente Democrático Nacional que encabezó el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas con personajes de renombre como Cristóbal Arias Solís.
Pero también Morelia ha sido testigo de la alternancia democrática. Durante muchos periodos dominó el PRI, aunque el PAN fue ganando terreno. Llegó el histórico 2018 y Morena experimentó el arrastre que provocó la imagen del ahora presidente López Obrador. De hecho, ni el propio Raúl Morón se imaginó gobernar la capital porque la propia inercia llevó a muchísimos perfiles a ganar distritos y ayuntamientos.
Empero, el profesor Morón no supo aprovechar el efecto que provocó su triunfo y fracasó. Su única función era gobernar y no pudo llevar a cabo ese proyecto de la 4T que muchos perfiles dicen abrazar con entrega y dedicación. Por ello, se dieron las condiciones para que Alfonso Martínez regresara nuevamente a administrar la capital del estado de Michoacán. De hecho, logró una hazaña importante cuando ganó en 2015 por la vía independiente haciendo historia al lado del Bronco en Nuevo León.
En 2021 se da nuevamente la oportunidad y, con una maquinaria aceitada, Alfonso Martínez doblegó a Morena que ya daba por hecho la victoria. No solamente los venció en las urnas, sino que consolidó la gestión a más de un año de labores. Podemos detenernos un poco en esas circunstancias porque es ahí, donde el presidente municipal ha encontrado la fórmula o la panacea para situarse entre los mejores 30 alcaldes del país de acuerdo con la calificadora Demoscopia Digital.
Y, cuando hablamos de esas características, nos referimos a un rubro trascendental para dar equilibrio a la gobernabilidad institucional. Entre esas acciones sobresalientes está el tema de la seguridad, incluso la ciudad de Morelia ha sido reconocida -a nivel nacional- por el modelo que implementó, tan es así que, hace poco, la propia Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional reconoció esa labor. De hecho, la calificó como eficaz y eficiente en sus labores de salvaguardar a la población civil.
No cualquiera recibe este tipo de reconocimientos pues las cosas han mejorado en la capital del estado de Michoacán. Esa tarea se sostiene gracias al empuje para seguir encauzando las políticas públicas. Por ello, Morelia se ha convertido en la Joya de la Corona. El hombre del momento se llama Alfonso Martínez y, hoy por hoy, no hay nadie que le compita en la capital al tú por tú en términos de popularidad política.
Sí su intención es reelegirse en 2024, no tengo ninguna duda que doblega a cualquier coalición que se le ponga en el camino. Por eso, en términos de popularidad, Alfonso Martínez es muy superior a cualquier cuadro en estos momentos.
En efecto, se ha vuelto recurrente verlo en las primeras posiciones de las calificadoras que miden el pulso de la población civil.
Por eso, Morelia se ha vuelto tan importante. Quien gobierna la ciudad se conviertem-en un futuro- en un candidato natural para la gubernatura. Casi casi es la llave de acceso para posicionarse en el mapa electoral, eso sí, sabiendo hacer las cosas correctas y aprovechar los tres años para dar resultados.
Morelia es, hoy por hoy, como el punto de partida para consagrar un buen trabajo, pero, en términos políticos, significa la Joya de la Corona.