En el complejo entramado político de Morelos, la figura de Ulises Bravo -hermano del gobernador Cuauhtémoc- se erige como un elemento incómodo para Claudia Sheinbaum y Margarita González Saravia. La percepción general en el estado es que la precandidata de Morena y su operador graquista, apodado “el gato”, han excluido de las negociaciones a Bravo y a sus aliados, marcando así el inminente declive de su liderazgo en Morena.

Las próximas movidas políticas tendrán lugar este sábado, cuando la precandidata Claudia Sheinbaum visite Morelos. Este evento representa el último esfuerzo de Ulises Bravo por aferrarse al poder y colocar estratégicamente a sus allegados, como Cecilia Rodríguez, Sandra Anaya, Jaime Juárez y Omar Taboada. Todos ellos ocupan roles clave en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, y se rumora que Bravo busca favores a cambio de desviar recursos públicos estatales a favor de Margarita González.

Sin embargo, tanto Margarita como Claudia Sheinbaum son conscientes de que la presencia pública junto a estos personajes es ya insostenible. Los múltiples actos de corrupción que han salido a la luz, las denuncias penales de la esposa de Ulises por violencia y amenazas, así como los vínculos con el narcotráfico que se atribuyen al gobernador Cuauhtémoc Blanco, según informes de la Secretaría de Marina-Armada de México, hacen que asociarse con este grupo sea un riesgo electoral inminente.

La disyuntiva para Margarita González es clara: ¿arriesgarse a la tentación de los recursos provenientes de las arcas manejadas por el clan Bravo-Blanco y así sepultar sus aspiraciones? ¿O tomar la decisión de desvincularse de Ulises Bravo y su círculo, liberándose de la losa que representa la conexión con Cuauhtémoc Blanco Bravo?

No podemos pasar por alto el historial de Margarita como secretaria de Turismo y Cultura bajo el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, una etapa que ahora podría tornarse en su contra. La política morelense se desenvuelve en una cuerda floja, donde las alianzas y desmarques definirán el panorama electoral y, en última instancia, el futuro político de quienes buscan liderar Morelos en los próximos años.

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Las estrategias de Margarita González y Claudia Sheinbaum determinarán no sólo el resultado electoral, sino también la capacidad de Morelos para liberarse de las sombras del pasado y avanzar hacia un liderazgo que inspire confianza y progreso. Este sábado es más que un encuentro político, será un capítulo crucial en la narrativa de Morelos rumbo a las elecciones de junio próximo.

Punto Cero

Una reciente revelación sobre el “Cartel de la Limpieza” expone una trama de infiltración que rivaliza con las tácticas de los carteles de la droga como el CJNG o el Cartel de Sinaloa. Este grupo, especializado en la gestión de contratos gubernamentales, ha logrado penetrar dependencias e instituciones, corrompiendo a funcionarios de alto rango hasta alcanzar el corazón mismo de la Secretaría de la Función Pública.

La astuta jugada de contar con un funcionario de máxima jerarquía en esta secretaría de Estado, encargado de proporcionar información confidencial sobre las ofertas de la competencia en el portal de compras gubernamentales, Compranet, pone de manifiesto la vulnerabilidad de los procesos licitatorios. Esta estratagema, ejecutada minutos antes del cierre de procedimientos de licitación, ha permitido a empresas vinculadas al líder del cartel, José Juan Reyes Mote, -como Lipiacero, S de RL de CV, Distribuidora Yaab, S.A. de C.V. y Armot Seguridad Privada y Servicios Institucionales- asegurar contratos que superan los mil millones de pesos, según se desprende de diversas quejas presentadas en contra de este personaje.

Entre las instituciones involucradas en este juego de espionaje cibernético se encuentran el ISSSTE, el AICM, la Secretaría de Hacienda, Salud, Educación y el IPN. Este último, dirigido por el polémico Javier Tapia Santoyo, quien ha sido protagonista de presuntos actos de corrupción millonarios durante su gestión en el ISSSTE.

La revelación de nexos en estos procesos de licitación pone en duda la integridad de nuestras instituciones y la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de supervisión y rendición de cuentas en los procesos de licitación.