Los tiempos han cambiado y la correlación de fuerzas se ha ido trasladando a otras trincheras, tal y como sucedió en aquel histórico 2018. De hecho, el terreno que cedió la derecha, a partir de esa fecha, fue producto del hartazgo social que se acumuló con otros factores que trajeron crisis, y un desempeño institucional muy decadente en los gobiernos del PRI y el PAN. Aunado a ello, la confianza creció gracias al proyecto de transformación que, durante años, encabezó el ahora presidente López Obrador.
Con ese antecedente histórico, Morena se consolidó como la primera fuerza política del país. Es decir, el lopezobradorismo vive un momento político crucial, algo así como una apoteosis que, en la medida que pasa el tiempo, se alimenta de más base social. Se sabe, de acuerdo a los datos publicados en distintas encuestas, que Morena es el gran favorito para conquistar la mayoría de entidades federativas que estarán en juego. Entonces, lo que sigue, claro está, es aceitar la maquinaría y, con esos pronósticos a favor, el partido guinda, va por todos los puntos del país.
Con ese efecto, Morena ganó en las elecciones intermedias la mayoría de las gubernaturas. De hecho, le arrebató bastiones muy importantes a la derecha. No se diga este 2023, en el que Morena conquistó la joya de la corona, el Estado de México. Ese logro, para el lopezobradorismo, significó un salto importante y, de paso, se cumplió la meta, por lo que constituye el territorio en términos políticos y en padrón electoral. Después de ese momento, el partido guinda tiene en su poder más de 20 estados a lo largo y ancho de la República.
Y sí, esas mismas condiciones políticas han abierto la puerta de acceso para que Morena conquiste, de acuerdo a los pronósticos, la mayoría de las gubernaturas en 2024. Y cuando nos referimos a una proporción significativa, hablamos de carro completo. De hecho, esa posibilidad la ha ido exponiendo una serie de encuestas que, con datos contundentes, muestran el avance del lopezobradorismo en puntos que, tiempo atrás, significaban un bastión dominante para la derecha.
Tiene, desde hace muchos meses, mucha presencia en Guanajuato, Jalisco y Yucatán. Eso, de entrada, abre el compás para ir anticipando que, en las próximas elecciones, Morena competirá de tú a tú. De hecho, hay encuestas que, desde este momento, ponen por arriba al partido que fundó López Obrador. Eso significa que, en aquellos puntos, la derecha dejó de ser dominante y, con ello, sus aspiraciones para lograr la hazaña son, desde un punto de vista objetivo, muy claras para Morena. Incluso, por mucho que la derecha se resista, el lopezobradorismo tiene muchas chances.
Y, para el proceso que se avecina, Guanajuato, hoy en día, se ha vuelto una de las principales prioridades para conquistar en Morena. Hace unos días, por ejemplo, Claudia Sheinbaum estuvo en aquella entidad y, como se observó, la sociedad se concentró en grandes multitudes. Fue, claro está, un duro golpe para el panismo y, políticamente hablando, para uno de sus principales bastiones a nivel nacional. De hecho, muy cerca de la coordinadora de los comités de la defensa estuvo Néstor Núñez, que, como sabemos, le ayudará a gestionar los trabajos a Sheinbaum en la segunda circunscripción.
Por esa razón, resulta sumamente significativa la llegada de Néstor Núñez, en toda la geografía que le tocó coordinar. Es decir, tomará las riendas de puntos claves para el triunfo de Claudia Sheinbaum. De hecho, fueron señales muy nítidas la multitud que se concentró en Guanajuato. Es, claro está, como el preludio de la conquista de Morena a un bastión importante para el PAN. Incluso, las metodologías más reconocidas en la opinión pública han manifestado que, hoy por hoy, el lopezobradorismo ya está por encima del panismo en Guanajuato.
Esto significa que, hoy más que nunca, los trabajos de Claudia Sheinbaum, apoyados por Ricardo Monreal y Néstor Núñez, en la segunda circunscripción, son fundamentales para ganar la elección presidencial y, con ello, alcanzar el objetivo de refrendar las políticas de la cuarta transformación. Y, con ese equipo y ante las circunstancias óptimas, Morena tiene amplias chances de conquistar Guanajuato.
Tal y como pasó en el Estado de México, donde las mayorías tomaron partida por Morena. Siendo políticamente viable, eso puede acontecer en Guanajuato. Hay quienes aseguran que eso no pasará, sin embargo, eso mismo aseguraban en la geografía que hoy gobierna Delfina Gómez. Todo es posible, especialmente en la apoteosis que vive el lopezobradorismo.