Pongamos mucha atención en un tema fundamental que abordó el coordinador de los diputados de Morena hace un par de días a través de un artículo de opinión. Si bien Morena, que ha demostrado capacidad para ganar elecciones, también debe mostrar el temple que se necesita para cohesionar. La propia Claudia Sheinbaum, que predica siempre con el ejemplo, ha dicho que lo más valioso de este movimiento, más allá de los reconocimientos internacionales que no dejan de ser sustanciales, es el respaldo de pueblo de México. He ahí la gran diferencia que marca entre un proyecto y otro. Recordemos que, como tal, el lopezobradorismo tiene un enorme desafío por delante: refrendar el dominante paso en las 16 gubernaturas que estarán en juego en 2027. Por esa sencilla razón, esa causa es motivo suficiente para superar cualquier turbulencia, máxime porque la presidenta, en calidad de líder moral del partido, ha logrado, como ella dice, estar a la altura de las circunstancias, especialmente en los momentos de mayor tensión.

Entonces Morena, ante los retos venideros, tiene que hacer posible que la unidad reine, sobre todo en vísperas de que se celebrará un Consejo Nacional Extraordinario. El asunto principal, desde luego, es definir las reglas para el próximo proceso electoral que, a la postre, no deje inconformidad y, de paso, de mayor solidez a esa unidad que es fundamental para ganar en las urnas. Eso, que no es otra cosa que organización y planeación, tiene que apuntalar aspectos relevantes que hemos hablado en este espacio de opinión. Uno de ellos, sin duda, el derecho legítimo de participación que, al final de cuentas, reivindica el grueso de la ciudadanía a través de una encuesta de opinión. El asunto es muy claro: los temas de Guerrero y Zacatecas, por el tema de consanguinidad, no tienen nada que ver con el nepotismo. De hecho, no existe una conducta que nos acerque a esa concepción, pues quienes están ligados a un tema de parentesco, en concreto, tienen una carrera consagrada en esa lucha por la democratización del país. Entonces lo prioritario, ante las circunstancias, es sellar la unidad y las alianzas con los partidos que han hecho posible que las reformas constitucionales sean una realidad.

La misma presidenta constitucional, a la par de Luisa María Alcalde, están conscientes del instante inmejorable que vive el movimiento. Ese apogeo, ya lo dijimos, puede abrir a Morena a ganar las 16 entidades federativas que estarán en disputa, incluyendo Querétaro, Aguascalientes y Chihuahua. Esos tres puntos, por cierto, han depositado, desde este momento, la esperanza en activos políticos que, además de lo mediático, se volvieron una pieza crucial. Eso los está poniendo en la antesala de la candidatura de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Esos cuadros de los que hablamos, en esta lucha social, se han forjado en la construcción de este proceso de transformación.

Y aunque la oposición ha hecho todo lo posible por desacreditar las acciones y el trabajo de la presidenta constitucional, las propias encuestas han puesto al descubierto que, más allá de eso, los altos índices de aprobación, sumado al quehacer que se ha visto reflejado en todas las materias, son prueba suficiente de esos resultados positivos que hoy mantienen a Sheinbaum ante los ojos del mundo entero. Por eso el conservadurismo, en ese afán desenfrenado por manipular circunstancias, ha personificado una narrativa peyorativa. Hablamos de un discurso soez y sin fundamentos que, hasta cierto punto, se ha vuelto como un guión desesperado, especialmente cuando vemos debatir a los cuadros más visibles de la oposición. Allí, de inmediato, comienza la lingüística titubeante que no ofrece argumentos más que mentiras que van y cuentan ante la opinión pública en cada mesa de análisis en la que tiene participación.

Morena, como el título de esta columna, domina las encuestas, el trabajo, pero sobre todo los temas de la agenda pública. Lo hace, desde luego, en todas las trincheras que tiene acceso y participación. Algo que está acaparando mucho la atención, en esa dinámica de posturas, son las mesas de análisis con periodistas de nivel. Podemos citar ejemplos como Ricardo Rafael, en ADN; o el propio Luis Cárdenas; y qué decir de los intensos momentos que se viven con Azucena Uresti, donde el clima acalorado de la discusión sube al máximo. En todos ellos, eso si puedo afirmarlo, los perfiles de Morena le propician una sacudida a los representantes del PAN y PRI. Es verdad, se genera un intercambio de perspectivas de los temas más sustanciales de la agenda. Se han relatado sucesos del pasado, datos, posturas y, lo más importante, esos mecanismos de información han servido para desnudar las mentiras de la oposición que promueven a diario.

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Vemos, por ejemplo, personajes muy ligados al proceso de transformación que defienden las políticas públicas de la presidenta constitucional. Los más visibles, desde luego, son los legisladores Andrea Chávez y Arturo Ávila. Este último, por cierto, quien más figura en espacios de debate con periodistas de primer nivel. Él, además de que ha hecho que los programas sean potencialmente atractivos por el nivel que se maneja, se ha consagrado como una de las voces más elocuentes del movimiento. Ávila lo ha hecho en el pleno, donde constantemente es orador y parte fundamental de la vocería de la fracción parlamentaria de los diputados de Morena en San Lázaro. De hecho, Arturo tiene su estilo propio que lo ha puesto en los propios reflectores de tribunas muy reconocidas por la audiencia. Y no solamente lo ha realizado porque pone siempre en jaque a la oposición, sino por su capacidad de articular frases y, de paso, su sensatez para no perder la cordura que, de viva voz, fluye de la oposición ante la maquinación.

Y alguien que plasma correctamente la narrativa en cuadro, merece todo el reconocimiento. Por eso, repito, Morena domina las encuestas, las acciones y los temas dominantes de la agenda pública. Desde luego, la mañanera es el punto crucial más poderoso e influyente; sin embargo, también los son aquellos espacios que se han diseñado para el intercambio de posturas ante el ineludible análisis que se tiene que producir a diario. El movimiento, en ese sentido, ha encontrado un portavoz que debemos tener presente, pues además de esa capacidad, representa ese relevo generacional. Sí, hablo de Arturo Ávila, una de las voces más visibles de la 4T.

Notas finales

Hemos pasado una de las semanas más importantes, en especial de mucha reflexión y convivencia, por lo que significó la Semana Santa. Sabemos que muchos aprovechan para vacacionar en playas donde naturalmente predomina la afluencia de visitantes, guiándonos por esa lógica del clima y, desde luego, por los usos y costumbres; sin embargo, no todo el grueso de la población acudió a sitios como ese. De acuerdo con datos del gobierno de Chiapas, esa entidad, por la riqueza cultural, sumada al inmenso corredor de pueblos mágicos, hizo gala o, mejor dicho, se abarrotaron de turistas nacionales y extranjeros. Eso, por supuesto, es una gran noticia porque pone muy en alto el nombre de México y, desde luego, deja al descubierto que, con una capacidad bien coordinada, el gobierno chiapaneco está trabajando arduamente en el tema de la seguridad para garantizar la paz. De hecho, la decisión de las autoridades de aquel punto del país para reforzar ese asunto prioritario, está echando raíces importantes, especialmente por el innovador rostro que tiene con obras de otro nivel como el propio Tren Maya. Eso, lo hemos dicho, se llama la Cuarta Transformación de la vida pública.