Quiero pensar que, el dirigente nacional que representa al partido del pueblo, saldrá muy pronto a fijar postura en consecuencia de lo que está aconteciendo, sobre todo para procurar la unidad, especialmente por lo que todos juzgamos como un ataque directo al coordinador de los Senadores de Morena de parte de Layda en América, perdón, Layda Sansores, quien curiosamente tiene una simpatía abierta por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Justamente eso es lo que nos hace dudar y sospechar que hay, sin duda, una clara intención de obedecer otros intereses y beneficiar el camino presidencial asumiendo el papel de verdugo.
Me parece totalmente absurdo e innecesario abrir el fuego amigo en una etapa donde -el partido- debe mostrar más unidad y madurez. Es un desacierto concentrar mecanismos de hostilidad para beneficio de otros porque -la elección interna aún no está definida- ni muchos menos saldada a favor de algún presidenciable a pesar de los esfuerzos mayúsculos de campaña abierta que hace la jefa de Gobierno y toda una estructura de activismo y publicidad en espectaculares que, por cierto, son una infinidad en todo el país.
Bardas, espectaculares y lonas que son inocultables. Sigo sosteniendo que, esas acciones, son actos anticipados de campaña, y qué se está violando la ley electoral; no se diga las normas internas más sagradas de un partido que mira y calla mientras algunos presidenciables hacen propaganda en todo el territorio nacional ¿Y Mario Delgado? El dirigente nacional de Morena tendrá que fijar postura antes de que el tema lo rebase o será que, él mismo, tiene pleno conocimiento de causa para generar las condiciones a favor de alguien.
He visto a Mario Delgado replicando a favor del presidente. Hay una lógica en ese sentido, pero no observamos a un dirigente expresarse en contra de los ataques internos y los golpes bajos que intenta conectar Layda Sansores que, la única forma en qué hemos entendido esa situación, ha sido qué ella, como su espectáculo de Layda en América, se convierta en un mecanismo de ablandamiento y sometimiento.
La cuestión es que no hay punto de comparación: “Alito” Moreno no es Ricardo Monreal. El Coordinador de los Senadores es mucho más hábil, maduro y experimentado. Él, no entrará en esa dinámica de intercambio, pero sí lo hizo con un recurso muy congruente del proceso jurídico pues hay elementos que justifican suficientemente las múltiples violaciones a la constitución y faltas que cometió la gobernadora de Campeche.
Eso está en la cancha de la Fiscalía General de la República aunque, la otra cuestión, es un asunto interno que debe remediar Mario Delgado porque -para algunos asuntos lo noto muy efusivo- pero para otros no. El silencio cómplice, lo dijimos, es igual de dañino como el qué perpetra la acción peyorativa.
Soy simpatizante de Morena, incluso, participé en elecciones como voluntario en la vigilancia de procesos electorales a priori. Alzar la voz es un derecho legítimo, especialmente cuando las cosas no marchan bien. De hecho, en algún momento cité: Morena es el resultado y consolidación de un pueblo organizado que catapultó de forma democrática la entrada triunfante de Andrés Manuel López Obrador a Palacio Nacional. Ese precedente ha sido el parteaguas de la propia expresión que nació desde las luchas incipientes a consolidar la democracia; asimismo, de aquellos que apoyaron la resistencia pacífica a través de la protesta fundamentada de inequidades en los procesos electorales anteriores.
Por eso, es una obligación del partido fijar mecanismos donde las reglas de participación sean claras, en especial del trato y piso parejo, aunque también en el respeto a quienes merecen -históricamente- ese derecho legítimo de participar en el juego sucesorio. Sería una pena que hubiera complicidad en las cargadas que vemos hoy en día en muchos estados del país debido a que no son deseables porque Morena es del pueblo.
Es lamentable que algunos actores no se mesuren ni sean cautos en este tipo de situaciones. Por ejemplo: ¿De dónde sale tanto dinero para financiar una ola de publicidad a favor de la jefa de Gobierno?, ¿Quién coordina estas acciones? Sea de donde sea el recurso, es una violación a los tiempos electorales de campaña y una falta de respeto a los principios de Morena.
Si esto llega a ser un detonante o un recurso para que el árbitro electoral les niegue el registro, sería un acto de congruencia pues la ley es la ley. Estamos viviendo un clima preelectoral descarado que sigue escalando a pasos agigantados, y Mario Delgado no hace nada porque parece que ha surgido un silencio cómplice. No quiero pensarlo, pero, sí no remedian esta situación, todo indica que hay libertad de acción para realizar campaña tanto del partido, como del gobierno en turno.