Con su propuesta de reformar al poder legislativo para eliminar las 200 diputaciones plurinominales AMLO y Claudia buscan garantizar los privilegios, la impunidad y la corrupción de los integrantes de Morena, un partido conformado con lo peor del PRIAN y del PRD.
Su propuesta da pavor, porque pretenden reconstruir el viejo sistema de partido hegemónico, o peor aún, crear un partido único de corte soviético.
Democracia, libertad y representación
Claudia se dice de izquierda, pero olvida que una democracia se nutre de la libertad, de la pluralidad y de los acuerdos entre las fuerzas políticas como representantes genuinos de la sociedad. Sin embargo, ella va por la ilusión de Andrés, la de tener el control absoluto de todos los poderes.
Olvida que hasta 1976 la izquierda en México estaba proscrita. El paso a la democracia, la civilidad y la pluralidad inició ese año con la reforma de Jesús Reyes Heroles que reconoció a las minorías creando el sistema de representación proporcional (plurinominales) que permitió que el Partido Comunista de México participara en las elecciones y la izquierda obtuviera representación con voz y voto en el Congreso. Eso es lo que quiere eliminar Claudia.
AMLO, el PRI y la opresión
Guadalupe Acosta Naranjo definió con exactitud lo que representa Morena: “El fundador de Morena, AMLO le hacía himnos al PRI, fue presidente del PRI en Tabasco con toda la tradición autoritaria de esa época y el sector de la izquierda que se sumó a AMLO, era un sector estalinista que no tenía un valor sobre la democracia y ahora, como el fin justifica los medios, el viejo y rancio PRI se junta con el viejo y rancio estalinismo y no creen que la pluralidad es una virtud, la pluralidad no es un mal social, la pluralidad es una virtud porque México es un mosaico, porque no es lo mismo Chiapas que Monterrey, porque no es lo mismo Guadalajara que Zacatecas, somos un mosaico nacional y ellos no lo alcanzan a entender en este viejo rancio populismo, priista y estalinista que ellos representan”.
En la época en que Carlos Salinas llegó a la presidencia tras el mayor fraude electoral de la historia operado por Manuel Bartlett, el PRD fue objeto de opresión, persecución y del asesinato de nuestros candidatos y líderes. Entre 1989 y 1994 se documentaron fehacientemente 265 militantes del PRD asesinados.
Esto no había vuelto a pasar hasta este sexenio. Data Cívica reporta mil 844 amenazas, asesinatos, ataques armados, desapariciones y secuestros ocurridos en periodos electorales entre 2018 y 2024, siendo el año 2023 en el que más casos se registraron 575.
Después del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, en enero de 1995, el presidente Zedillo convocó al “Pacto de los Pinos” para impulsar una reforma política democrática, ciudadanizar al IFE/INE para quitarle al gobierno el control de las elecciones y regresar la calificación de la elección al poder judicial. El resultado fue la alternancia, el PRD se convirtió en la segunda fuerza política con representación en el Congreso y tres años después, luego de 70 años, el PRI perdió la presidencia de la república. Llegamos a lo que se conoce como normalidad democrática.
Lo más rancio del PRIAN
Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo. Los pillos del PRI, PAN y PRD que se resistieron al cambio democrático ahora están en Morena. Son los que bien define Acosta Naranjo como autoritarios, que se negaron a la reforma electoral y a la democracia empezando por AMLO, Manuel Bartlett, Marcelo Ebrard, Manuel Camacho, Alfonso Durazo, Ricardo Monreal, Dante Delgado el dueño de MC, y muchos otros impresentables que se refugiaron bajo el manto de impunidad de Morena.
Pero no solo ellos, los que ya no tenían cabida en sus partidos y enfrentarían cargos por corrupción y otros delitos, huyeron y, redimidos por AMLO, recibieron su premio: Omar Fayad, Quirino Ordaz, Claudia Pavlovich, Carlos Aysa, Carlos Joaquín González, Julio Menchaca, Eruviel Ávila, Jorge Carlos Ramírez Marín, Alejandro Murat, Napoleón Gómez Urrutia, Gabriela Cuevas y panistas impresentables, como Javier Corral Jurado, Romel Pacheco, Manuel Espino y Tatiana Clouthier.
En 2021 AMLO mandó a contender en 15 gubernaturas a lo más rancio del priismo, Alfonso Durazo, Clara Luz Flores, Layda Sansores, Lorena Cuéllar, David Monreal, Ruben Rocha, Miguel Ángel Navarro, Mónica Rangel y de la izquierda estalinista a radicales de cuidado, como Alfredo Ramírez Bedolla y Félix Salgado que, imposibilitado por las acusaciones que pesan en su contra, puso a su hija en la contienda.
Luego están los que aspiran a un modelo soviético de partido único corrupto y represor. Ahí están los aliados de la CNTE, el brazo violento de Morena, personajes como René Bejarano y su esposa Dolores Padierna y porros represores como Martí Batres o la misma Sheinbaum que lo único que puede presumir de luchadora social, es haber sido porro de la UNAM y otros aliados como Alberto Anaya dueño del PT, de corte maoísta que va cada año a la Asamblea del partico Comunista de Corea del Norte a rendir pleitesía al líder Kim Jong-un.
Esa es la propuesta de Claudia, un gobierno populista, autoritario y represor, donde cualquier expresión discordante se extinga.
X: @diaz_manuel