“La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”.

Winston Churchill

“El pueblo se cansa de tanta pinche transa”.

Andrés Manuel López Obrador

“Ya te olvidé

Ya estás muy lejos de mí

Tú lo lograste con herirme

Lastimarme y convertirme en no sé qué

Me atrapaste, me tuviste entre tus manos

Me enseñaste lo inhumano y lo infeliz que puedes ser

Te fingiste exactamente enamorado

Aunque nunca me has amado, yo lo sé”.

Marco Antonio Solís

No niego que en las encuestas —como las de la empresa MetricsMx, que se dan a conocer aquí en SDPnoticias— se ven más competitivas las opciones rumbo a la Presidencia en el 2024 de la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM), sobre todo Claudia Shienbaum y Marcelo Ebrard, que aquellas otras de la alianza integrada por el PRI, el PAN y el PRD.

Es verdad, el candidato opositor más fuerte, Luis Donaldo Colosio Riojas, por lo pronto no está interesado en apoyar la alianza contra Morena: su partido, MC, no ha variado de la decisión de ir solo en la boleta electoral.

Acepto también que no puede ocultarse una gran verdad: Morena controla el poder Ejecutivo federal, la mayoría absoluta del Congreso y llegará al 2024 con casi todas las gubernaturas del país bajo su signo.

Pero ahí, en el casi, está el problema. Entre las gubernaturas que no tendrá la 4T están algunas muy importantes: Nuevo León, Jalisco, Querétaro y Guanajuato (y, supongo, es probable que Edomex y Coahuila no vayan a ser para el partido del presidente López Obrador).

Entre el electorado coahuilense la izquierda está debilitada, no hay ninguna duda: quedará, si bien le va, en tercer lugar; en el Estado de México —el más grande padrón electoral del país—, si AMLO insiste en que la candidata a la gubernatura sea Delfina Gómez, actual secretaria de Educación Pública federal, mi pronóstico es que caerá estrepitosamente frente a la alianza PRI-PAN-PRD (de concretarse esta). Quizá ella sería derrotada por el PRI y por el PAN incluso si estos partidos van a la contienda separados; así de desastrosa ha sido la actuación de la funcionaria.

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La oposición podrá equilibrar a Morena solo con el control político en Nuevo León, Jalisco, Queretaro, Guanajuato, Edomex y Coahuila. Y, por débil que sea en 2024 el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, tendrá de su lado, además, una fuerza enorme: la polarización generada desde Palacio Nacional.

Ya rebasó todos los límites Andrés Manuel en su campaña diaria de descalificación de todo aquello que le lleve la contra. Traidores, fifís, vendidos, aspiracionistas clasemedieros, pasquines asquerosos, entregados al extranjero, son apenas unos cuantos de los numerosos insultos que cada mañana recibe buena parte de la sociedad mexicana que ha cometido un único pecado: pensar distinto al presidente de México.

La gente se cansa de quien se pasa de lanza y el presidente que mayoritariamente eligió el pueblo de México, porque en 2018 se alejó de las posiciones de izquierda para acercarse al centro político, ahora sí ya se pasó.

Si hay un traidor a la patria, hay que decirlo, ese es AMLO: ha sido absolutamente desleal al personaje que se presentó ante los electores en la pasada campaña presidencial. Era otro, sin duda. Hubo un engaño. Esa es la verdad.

Nunca fue santo de mi devoción, siempre tuve mis dudas, pero algo positivo y tranquilizador significaba que su proyecto de nación hubiera sido elaborado por el empresario Alfonso Romo, quien por cierto juró un día sí y otro también que AMLO no se iba a radicalizar ni iba a cometer insensateces como cancelar el aeropuerto de Texcoco. Romo no mintió: solo compartió la información que tenía, pero su amigo y jefe lo había engañado. El gran aeropuerto es solo un triste recuerdo —en su lugar está el AIFA, sin vuelos, sin pasajeros, sin actividad— y el presidente López Obrador, en cuanto se sintió con todo el poder, se radicalizó.

La gente se cansa de quien se pasa de lanza, y la sociedad mexicana ya está harta de un gobierno que no fue lo que prometió. Es más, que ha sido todo lo que dijo no sería.

Uno más de los tantos gobiernos fallidos que hemos tenido, sí. Mas este había generado expectativas muy grandes, al menos en ciertos sectores de la población, que en 2024 no rechazarán a la candidata o al candidato de Morena —ninguna culpa tienen Sheinbaum y Ebrard, excepto seguirle vergonzosamente el rollo a su líder—, sino que acudirá masivamente a las urnas a decirle ¡NO! a un Andrés Manuel que trabajó durante su gobierno para cohesionar en torno suyo a su base leal, que no llega a la tercera parte del padrón electoral, pero que pateó al resto de los mexicanos.

Por cierto, la buena noticia de la frustrada reforma eléctrica no fue este disparate legislativo, sino que haya quedado perfectamente claro que no pasará la reforma que AMLO y Morena necesitan para legalmente seguir en el poder: la electoral. Esa que implicaría la desaparición del Instituto Nacional Electoral.

Hay INE para rato; celebremos que la golpeada democracia mexicana y la ciudadanía hemos resistido. Sabremos poner orden y construiremos nuevos horizontes.

Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero