El partido político Movimiento Ciudadano es un fenómeno peculiar en la política mexicana. Surgido originalmente como Convergencia, mismo que integró la coalición que postuló a AMLO en dos ocasiones, ahora se presenta con unas siglas que buscan representar una opción viable frente a la alianza tripartita y ante el oficialismo.
Ahora, rumbo a las elecciones federales de 2024, Dante Delgado y Movimiento Ciudadano buscan jugar unas cartas asaz peligrosas, tanto para los resultados de los próximos comicios como para la viabilidad hacia el futuro. En este contexto, recomiendo la lectura de la columna “Los sueños guajiros de MC” de Luis Carlos Ugalde, publicada en El Financiero.
Parafraseando a Ugalde, MC no cuenta hoy con un candidato fuerte que pudiese hipotéticamente representar una opción viable para que el partido se presentase en solitario en 2024. Si bien presume ocasionalmente a opciones como Luis Donaldo Colosio o Samuel García, ha quedado claro que estas “jóvenes promesas” no buscarán la candidatura, y si acaso, lo harán hasta 2030. Por ahora, permanecen cómodamente aisladas en Monterrey.
Por tanto, MC tendrá que elegir entre otras dos opciones: integrarse a alguna de las dos alianzas, lo que podría en su momento hacer virar el resultado de una elección, o simplemente, no presentar candidato a la Presidencia, como lo hizo en el Estado de México y Coahuila. Uno especularía que si apoyaran a Xóchitl o a Claudia, y si su apuesta resultase acertada, se traduciría en un triunfo en términos de negociaciones con la nueva coalición gobernante, y si se quiere, en el número de legisladores y alguna alianza a nivel local: apuesta sobremanera arriesgada.
Por otro lado, no presentar candidato quizá coadyuvaría en el mediano plazo al fortalecimiento del partido en tanto que agrupación lejana a la corrupción del PRIAN y al autoritarismo de Morena, pero a la vez, podría dañar al partido en el corto plazo, léase, en el número de senadores y diputados en 2024.
Una tercera opción que no ha dejado de resonar en los medios de comunicación es la posibilidad de que Marcelo Ebrard, una vez confirmada la victoria de Claudia Sheinbaum en la “encuesta ciudadana” se integre a MC como candidato presidencial. Se especula que esta alternativa podría resultar atractiva para los morenistas desencantados de la 4T, pero que, a la vez, conocen la trayectoria del ex secretario de Relaciones Exteriores, y que no estarían dispuestos a votar por Xóchitl Gálvez.
En suma, MC cuenta aún con opciones para asegurar su viabilidad política. Sin embargo, lo que ha quedado claro es que este partido advenedizo que se nutre de cuadros de otros partidos – como bien apunta Luis Carlos Ugalde- no cuenta ni remotamente con una ideología ni plataformas claras, y por tanto, no representa nada ni nadie.