Desde el inicio del proceso guiado y calificado por el pueblo hecho hombre, Ebrard denunció lo que era evidente, que los dados estaban cargados en favor de Claudia Sheinbaum y que al menos tres de los integrantes en la sexteta seleccionada por AMLO eran patiños.
Adán Augusto López, será el coordinador de la campaña de Claudia, Manuel Velasco, seguramente seguirá sirviendo de perro de ataque de AMLO y Gerardo Fernández Noroña, quien se encargará de poner la agenda radical. De Ricardo Monreal, pues entró a la fuerza y acabó como la muñeca fea.
No había duda
Andrés se olvidó de gobernar y se volvió el promotor de Claudia, engañó con la verdad simulando un proceso lleno de trampas y un cinismo en recursos.
Desde entonces Marcelo denunció y denunció “la cargada” al puro estilo del PRI de los setenta en favor de Claudia, pero sus protestas no afectaron a Claudia ni mucho menos a AMLO, le faltó valor, le sobró inocencia, ego y lambisconería.
Después de la desastrosa farsa del destape de Claudia y de las agresiones que recibieron Marcelo y su equipo por parte de su partido, el excanciller se dedicó a hacer declaraciones que levantaron demasiadas expectativas. En el anuncio de cuál será su proceder, se esperaba algo más digno de él y de lo que puede representar para su partido y la democracia en México.
Lamentablemente, todo quedó en otra farsa.
El pasado 10 de septiembre Marcelo Ebrard impugnó el proceso interno para coordinador la Defensa de la Cuarta Transformación ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena y demandó la anulación del proceso. ¿Alguien en su sano juicio puede creer que esa instancia le hará caso a Marcelo?
Lo más interesante que podría considerarse -más allá de que la Comisión de ¿Honestidad? Y ¿Justicia?, deseche su caso a la basura- es la oportunidad de que la opinión pública pueda conocer a ciencia cierta de cómo se registró el proceso en Morena. Que Ebrard y su equipo muestren evidencia de casos de violencia, acarreo de votantes, condicionamiento de programas sociales, utilización de recursos públicos y de dependencias del gobierno federal, de la parcialidad el día del levantamiento de las encuestas y de la intensa publicidad en favor de Claudia, entre otras irregularidades.
El informe
En el informe entregado se puede leer: “Las conductas enlistadas incurren en actos totalmente sancionables de acuerdo con lo estipulado en el artículo 53, fracciones a, b, c, f y h de los estatutos vigentes de Morena. Además, encajan en las causales de nulidad contempladas en el artículo 50 del Reglamento de Morena... En resumen, las irregularidades aquí expuestas indican que se trató de un ejercicio parcial en el que ocurrieron acciones graves”.
Al expresar su posicionamiento Marcelo fue contundente.
Partiendo de la vulgar imposición de la candidata de Morena y de la intervención de todas las instancias del gobierno para apoyar a quien instruyó el jefe del gobierno, como lo hizo explicito la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde.
Marcelo afirmó:
“Considero que, si esas diferentes circunstancias e incidencias que se dieron se quedan igual, pues yo ya no tendría interés de estar en Morena, ¿por qué razón? Porque si se le da carta de naturalización a que intervengan gobernadores, alcaldes, ¿por qué yo habría de permanecer ahí? Desde mi punto de vista es un asunto mayor”.
Marcelo Ebrard
Más allá de evidenciar públicamente el cochinero que fue la designación de Claudia, él parece estar políticamente acabado. No logró acomodarse en Movimiento Ciudadano, no alcanzó los tiempos para acomodarse como independiente y tal parece que no quiso aceptar la mano que le tendieron, con una severa crítica de los fanáticos seguidores de Xóchitl, el Frente Amplio por México y la misma Gálvez.
Ebrard, explicó que para que no se pierdan todos los esfuerzos que ha hecho en Morena, esperará la respuesta del partido.
Pero informó que el próximo 18 de septiembre organizará y formalizará un movimiento político nacional que integrará a compañeros que siguen siendo parte de Morena, del PVEM, y del PT, para conformar su partido “Movimiento Progresista”.
Al final fue más de lo mismo, Marcelo creó expectativas sin estar seguro de a dónde iba y lo que ahora se puede esperar lo acerca más a ser o confirmar el Plan C de AMLO o simplemente, que ya se dio por vencido y estas son sus “patadas de ahogado”.
X: @diaz_manuel