Admiro muchísimo a la princesa de Gales Kate Middleton. Puedo imaginar lo difícil que ha sido enfermarse viviendo en la realeza. Todo ahí, todo ese mundo debe de ser perfecto. Nadie se despeina, nadie se enoja, nadie se cae, nadie se enferma.

Enfermarse debe de ser una pesadilla para la princesa. El ambiente ahí en torno a su enfermedad debe de ser nauseabundo.

Gente corriendo de un lado para otro preocupados más por el qué dirán que por el cáncer de la princesa.

Su suegro agobiado más por la enfermedad de su nuera que por su propio cáncer.

Pero pienso que hay gente que nace, o para ser estrellas o para ser princesas.

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Kate Middleton ha nacido para ser princesa. No me cabe duda.

Hoy apareció en la final de tenis en Winbledon con la disputa entre el español Carlos Alcaraz y el serbio Novak Djokovic, al momento de escribir estas líneas el triunfo fue para Alcaraz.

Y así sin grandes anuncios apareció brillando como un sol la princesa, la multitud la ovacionó de una manera que se me erizo la piel. Se pusieron de pie y ondeaban algunos la bandera de Inglaterra. Ella, la gran patrona de la All England Lawn Tenis and Cróquet Club y apasionada del tenis llegó así sin guaruras, rodeada de amor y de admiración por parte de su hija y de su hermana.

Su esposo no estuvo ahí . Ella sola sin apoyo del esposo para brillar, brilló.

Ella sonreía sinceramente, como en verdad muy agradecida ante la cascada de aplausos que la multitud le profirió.

¡Cuántas mujeres que están en la política amarían ser así, amadas y respetadas por la gente, y aplaudidas con ese aplauso que sale del corazón!

Quizá alguna de ellas al ver esta escena se replanteen que tienen, que hacer para ser aplaudidas de esta manera.

Creo que ser auténticas y no mostrarse débiles y manipulables por sus esposos, jefes o líderes es lo que haría la diferencia.

¿Cómo le hacen las princesas en este país para ganarse el respeto y la admiración de la gente?

Creo que ahora, en este momento histórico que está por venir al tener una mujer como presidenta, el planteamiento es necesario., buscar la manera en que a Claudia Sheinbaum, próxima presidenta, sea recibida así en espacios públicos y no controlados. Imagino que para la princesa construir un personaje en torno a ella que genera confianza y amor le ha tomado muchos años de dolor y sacrificio.

De callar y de estoicamente salir adelante.

Y en este punto de quiebre en el que se encuentra por el cáncer apareció más hermosa que nunca, con una dignidad impresionante.

Sin duda…. Nació para ser princesa.

Quizá Claudia Sheinbaum nació para ser presidenta.

¿Qué tiene que hacer para lograr el mismo impacto que ejerce Kate en la gente?

Seguramente se lo habrá de cuestionar.

Seguramente lo hará.

Es cuánto