Ayer conocimos la tercera parte del gabinete presidencial que tendremos a partir del 1 de octubre.
Con la llegada de la primera mujer a la presidencia de México sabíamos que su gabinete tendría ese sentido feminista de inclusión social, congruente con el humanismo que sostiene la Cuarta Transformación
Recordemos que el pasado 25 de junio Claudia Sheinbaum se reunió en el Claustro de Sor Juana de la capital del país con 1200 mujeres, senadoras, intelectuales, exministras y luchadoras sociales que le pidieron no olvidar a todas, menos a aquellas que se encuentran en situación vulnerable.
Ese día la virtual presidenta electa recibió de manos de Olga Sánchez Cordero el “Bastón de Mando de las Mujeres”, elaborado por artesanas originarias de Oaxaca. Un hecho emotivo y lleno de simbolismo: Claudia nos representa.
Las asistentes le pidieron atender la agenda feminista 2024-2030, que contempla el derecho a la salud, igualdad salarial, erradicar los estereotipos de género, educación gratuita para todas las niñas y adolescentes, prohibir el matrimonio forzado en las niñas, medidas contundentes para impedir el embarazo adolescente, garantizar un Sistema Nacional de Cuidados, derechos sexuales y reproductivos, participación política igualitaria y garantizar igualdad de oportunidades y acceso a una vida digna a las mujeres indígenas, afromexicanas y que viven en zonas rurales.
La tarea principal del próximo gobierno será recuperar el tejido social, atendiendo las causas estructurales de la violencia. No solo eso: se debe transformar de fondo la vida de las más vulnerables, tarea titánica que requiere de la participación de hombres y mujeres capaces y sensibles ante un reto de esas dimensiones.
La presentación de la tercera parte de su gabinete incluye a dos mujeres que están a la altura para que esa revolución feminista en México sea una realidad.
El nombramiento de Rosa Icela Rodríguez como futura secretaria de gobernación es garantía: la actual funcionaria federal asiste puntualmente a las mesas de trabajo que en materia de seguridad se llevan a cabo muy temprano en Palacio Nacional.
La también periodista, es la tercera mujer en llegar al cargo que ahora ocupa Luisa María Alcalde Luján y que antes ocupó Olga Sánchez Cordero y conoce de sobra la problemática que se vive día con día en territorio nacional, pues está en comunicación permanente con representantes de las 32 entidades del país.
La actual secretaria de seguridad y protección ciudadana, tiene una amplia trayectoria política. Antes de formar parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador formó parte del gobierno capitalino con Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. Los temas de seguridad los domina a la perfección, con ella no existen improvisaciones y es reconocida por su capacidad de resolver problemas de forma urgente.
Luchadora social y mujer que ha recorrido cada rincón del país, sabe de sobra que uno de los mayores cánceres que carcomen a la sociedad, la delincuencia, surge de la desigualdad social, la falta de oportunidades y la pobreza, que orilla a jóvenes y no tan jóvenes a caer en garras del crimen organizado.
No es aventurado pensar que la próxima titular de la Segob podrá énfasis en acabar con ese cáncer que tantas familias ha desintegrado dejando a niñas y niños en la orfandad y a mujeres que quedan en la indefensión y expuestas a ser víctimas de delitos.
Otro merecido nombramiento fue el de Ariadna Montiel al frente de la Secretaría de Bienestar, cargo que actualmente ocupa.
Montiel es cercana a la virtual presidenta electa, quien dijo de ella : “me siento muy orgullosa de que siga desempeñando este cargo en Bienestar (…) y viene del mismo movimiento, aunque ella es más joven que su servidora, venimos las dos del movimiento estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de México”.
Al frente de la Secretaría de Bienestar Montiel Reyes ha desarrollado una labor titánica y sabe que uno de los principales retos en México es abatir la pobreza, por lo que aseguró que los Programas para el Bienestar “tendrán larga vida. Continuarán los que ya existen y se fortalecerán otros tantos como derecho universal para las y los mexicanos que viven en vulnerabilidad”.
En su discurso pronunciado ayer jueves luego de su nombramiento, Montiel dijo: “Estamos dispuestos a servir a la nación para consolidar el ideal de por el bien de todos, primero los pobres”.
La funcionaria, al igual que Rosa Icela, son garantía de que la agenda feminista propuesta a la presidenta Sheinbaum se cumplirá en su totalidad. No demerito de ningún modo a las que fueron presentadas en semanas anteriores, pues son un conjunto de mujeres intachables, preparadas y capaces, pero los temas de seguridad y bienestar son pilares para el progreso de una nación.
También la educación.
El nombramiento de Mario Delgado al frente de la SEP seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos días, pero habrá que esperar su desempeño.
Sin embargo, no olvidemos que dentro del próximo gabinete la bióloga Rosaura Ruiz Gutiérrez será la titular de la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, dependencia que sustituirá al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y que dará un nuevo impulso a la educación superior de nuestro país.
Faltan algunas secretarías como la de Trabajo y Previsión Social, que esperemos también esté a cargo de alguna mujer para abatir esa brecha salarial que tanto nos lacera.
El próximo gabinete de Claudia Sheinbaum, al menos lo que conocemos hasta hoy, debe darnos confianza y esperanza de que las mujeres tendremos aliadas desde el gobierno.
El perfil científico y humanista de la próxima presidenta es garantía que quienes sean las y los elegidos para transformar al país, comulgan con los ideales de justicia social sobre los cuales se está construyendo el segundo piso de la Cuarta Transformación. No puede ser de otro modo. Vamos por buen camino.