En varias ocasiones he expresado que la actual reina del bajo costo en la aviación es la empresa irlandesa Ryanair y también he insistido en que tiene todo lo que una compañía de transporte aéreo no debería de tener. Desde su pésima forma para comunicarse con sus clientes, hasta la ética con la que se maneja esta línea aérea, a cargo Michael O’Leary, personaje “polémico”, por decir lo menos.

Resulta que España ya “se cansó” de Ryanair y de otras aerolíneas, así que fueron multadas por el Ministerio de Defensa del Consumidor de dicho país, ¿los motivos? Los “cobros (extras) de servicios que van desde maletas de mano, hasta cambios de asiento”.

Entre las empresas sancionadas encontramos a Ryanair y a otras aerolíneas de bajo costo, entre las que están Vueling (España), EasyJet (Inglaterra), Volotea (España) y Norwegian (Noruega).

Para las autoridades ibéricas, que las aerolíneas de bajo costo cobren por el equipaje de mano, por la elección de asientos, o por imprimir el pase de abordar, o que se nieguen a aceptar pagos en efectivo, son medidas que van en contra del usuario final, y consideran que violan los derechos de los consumidores.

A través de sus redes sociales, la Secretaría General de Consumo y Juego publicó en un post de X:

Las columnas más leídas de hoy

“Sanción a 5 aerolíneas por prácticas abusivas:

Suplementos por equipaje de mano o asientos contiguos para menores y dependientes

Falta de transparencia de precios

Prohibición de efectivo

Andrés Barragán, Secretario General de Consumo”

Secretaría General de Consumo y Juego de Españaa

La multa que deberán pagar estas aerolíneas no es pequeña: 179 millones de euros, algo así como 187 millones de dólares, y aquí entramos al eterno debate de cómo funciona la aviación de bajo costo.

La finalidad del modelo original de la aviación “low cost” es sumar a aquellos usuarios que de manera natural no hubiesen contemplado al transporte aéreo como su primera opción de movilidad. Y es que el “encanto” radica en que el costo del boleto es mucho más barato que en la llamada “aviación tradicional”, y eso no es casualidad, sino que se debe a varios puntos.

Para empezar, no hay un “servicio a bordo” como sí lo hay en las aerolíneas tradicionales. ¡Ojo!, y sé que esto que voy a decir no le gusta a los pasajeros, pero la Ley de Aviación Civil no obliga a las aerolíneas a dar comida ni bebida a bordo de sus aeronaves.

En el modelo bajo costero tanto la comida como la bebida se adquieren (se paga por ellas). Esto le permite a la aerolínea bajar los precios de los boletos de avión, y como ellos mismos le llaman, hacen “trajes a la medida”.

Esto es, las bajo costeras lo ofrecen así: si no llevas equipaje de mano, puedes adquirir una tarifa preferencial y muy barata, pero esa tarifa irá subiendo de costo si el usuario lleva equipaje de mano; pero el equipaje que va en carga también genera costos; al final, es muy frecuente que los pasajeros hacen la suma de todos los servicios que no incluye el boleto “low cost”, y se percatan que lo que pagó no dista tanto del costo que cobra una aerolínea tradicional.

¿Cómo se divide la multa de 179 millones de euros? Por supuesto Ryanair es la que encabeza la lista con una multa de 108 millones de euros, seguido por Vueling con 39 millones, EasyJet con 29 millones, Norwegian con 1.6 millones, y Volotea con 1.2 millones.

Las palmas y laureles se los lleva Ryanair, pero no crean que se van a quedar pasmados ante el anuncio; al contrario, la aerolínea irlandesa ya emitió un comunicado en el que expresan que ya han dado órdenes a su cuerpo jurídico para que apelen la multa, pues consideran que son “multas ilegales e infundadas sobre equipajes”, y están confiados en ganar tanto en los tribunales españoles, como en los de la Unión Europea.

En conferencia de prensa Micheal O´Leary señaló: “Estas multas ilegales e infundadas, inventadas por el Ministerio de Consumo de España por razones políticas, violan claramente la legislación de la UE. Durante muchos años, Ryanair ha utilizado tarifas por equipaje y por check-in en los aeropuertos para modificar el comportamiento de los pasajeros, transformando esto en ahorro de costes a los consumidores en forma de tarifas más bajas. Las multas ilegales de hoy en España infringen la legislación de la UE (Reglamento 1008/2008) y serán anuladas por los tribunales de la UE”.

Sin duda, una gran parte del éxito de esta aerolínea se debe a la política de cielos abiertos que hay dentro de la comunidad europea, y que le ha permitido establecer sus propias políticas, sin la interferencia de los gobiernos. Pero lo que no nos dice esta low cost, es que suele abusar de sus clientes, y más de una vez lo he pensado, incluso lo disfruta.

Ya hemos hablado de que la comunicación que Ryanair establece con sus usuarios sería impensable en otra línea aérea, pero confía en que, por lo bajo de sus precios seguirá siendo un atractivo para atraer clientes de manera permanente, aunque después los vapulee en redes sociales si se les ocurre quejarse por el mal servicio, o por los costos extras.

La aerolínea se siente tan poderosa, que ya amenazó a Francia con cancelar sus operaciones en diez aeropuertos regionales, debido al alza en costos fiscales; ya lo hizo en Alemania, redujo sus operaciones en dicho país por lo menos en tres terminales aéreas.

Porque la práctica de subsidiar a la aviación es más común de lo que ustedes se pueden imaginar. Así como lo leen., porque luego hay gente que se rasga las vestiduras cuando se habla de “subsidios”. Pues sí, en Europa se subsidian a los aeropuertos, con la finalidad de mantenerlos operativos.

¿Cómo? ¿Qué lo pasajeros no llegan solitos?, no mis estimados lectores, los pasajeros llegan porque las líneas aéreas abren rutas, y los gobiernos subsidian estas para diversificar la distribución del pasaje, y no se queden espacios incomunicados.

Porque si todo se deja al capricho de la ley de la “oferta y la demanda”, en realidad operarían no más de cinco o seis aeropuertos en Europa, y sobre todo los que pertenecen a las capitales.

Cómo estará ese asunto, que los tribunales franceses se han cuestionado en varias ocasiones que los aeropuertos pidan “subvenciones” (subsidios pues) y estos a su vez terminan subsidiando a Ryanair, con la finalidad de que tengan operaciones en sus terminales aéreas; de no ser así, terminarían por cerrar porque son muy pocos los que vuelan a aeropuertos como Carcasona, Limoges o el caso de Burdeos, donde incluso tenía una base por parte de Ryanair y recientemente la cerró.

Pues ya veremos “de qué cuero salen más correas”, si del gobierno español o de la aerolínea irlandesa, que no se va a quedar cruzada de brazos, y que no le tiembla la mano para amenazar con sacar sus aviones de los aeropuertos españoles. Estaremos al pendiente de esta historia.