Al estar del lado de “Make America Great again” todos sabemos que Musk no va a abrir una fabrica de sus autos Tesla fuera de Estados Unidos, al menos en los próximos cuatro años.

La no tan inesperada alianza de Trump con Elon Musk debe de traer una gran recompensa para el millonario sudafricano. No sería raro que Space X pueda compartir espacios con la NASA de una manera mas sencilla. También que haya un blindaje a la entrada de automóviles eléctricos chinos que son los numero uno en todo el mundo de la movilidad sin combustibles.

Trump no pisa sin “flip flop” o huarache gringo. Tener a Musk de su lado es tener una gran cantidad de dólares que lo respaldan. Además, se gana un gran aliado al momento de ponerse a trabajar pues al parecer Trump quiere que Musk lo apoye en reducir los gastos burocráticos en Washington donde Elon es experto en sacar la guadaña para reducir gastos y donde seguramente veremos salir a una gran cantidad de burócratas que no hacen mucho en la función publica gringa.

En nuestro Mexicalpan de las tunas nos quedamos nada mas mirando. Las promesas del gobernador Samuel García del año pasado desaparecieron. Engañaron a Samuel con espejitos y lo comentado en el viaje en helicóptero por San Pedro Garza García con Musk quedo en nada.

A los proveedores que se instalaron en Nuevo León para surtir a la gigafactory imaginaria les afecta un poco pero no tanto, pues si crece la fábrica de Austin, aún pueden seguir surtiéndoles gracias al famoso nearshoring. Los proveedores logísticos deben de estar contentos con la posibilidad de transportar autopartes de Tesla a Austin y no a Santa Catarina.

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Samuel Garcia debe de tener un álbum donde tuvo el sueño de ser el hub de la electromovilidad en México que fue destruido por la alianza Trump-Musk. Su venganza podría ser convertirse en ese hub pero en Chino.

Ahora solo queda esperar los resultados de las elecciones de los vecinos para saber como queda todo.

¡Ánimo!