Claudia Sheinbaum Pardo, se convirtió el pasado martes 1 de octubre en la primera mujer presidenta en la historia de México. Un asunto que cobra relevancia suprema siendo el actual un momento crucial que atraviesa nuestro país. Es de lamentar que reciba de manos de Andrés Manuel López Obrador, una nación incendiada, al borde del caos, siendo que en 2018, cuando él la tomó a su cargo obtuvo una inmejorable condición para catapultarla y estamentarla en sitios de privilegio de manera que pudiese generar un desarrollo constante y creciente. Pero AMLO fracasó en esa tarea.
Sheinbaum, ha tomado las riendas del país y existen elementos para confiar en que tenga los conocimientos, la disposición, la energía, la capacidad, la habilidad y la sabiduría para sacar a flote a este México tan dañado que le han puesto en sus manos.
El martes; en su discurso en el Congreso de la Unión, nos generó esperanza. Aquí les comparto ese extracto de su mensaje en el que se refiere a sus principios y promesas:
“El 2 de junio de este año, el pueblo de México, de forma democrática y pacífica, dijo fuerte y claro: es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres.
Hoy, 1o de octubre de 2024, inicia la segunda etapa, el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública de México y también hoy, después de 200 años de la república y de 300 años de la Colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir, después de al menos 503 años, por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas.
Por ello, para bien de México, de todas y todos, vamos a continuar con el humanismo mexicano, con la cuarta transformación”, dijo.
Aquí algunos de sus principales principios y proyectos
“Para que haya prosperidad, debe ser compartida, o dicho de otra forma: por el bien de todos, primero los pobres.
No puede haber gobierno rico, con pueblo pobre. Esta es una frase de Benito Juárez García, que los gobiernos de la transformación hacemos realidad y que sostiene que el gobernante debe vivir en la justa medianía, sin lujos, parafernalias o privilegios y que el gobierno no debe ser una carga para el pueblo, a eso llamamos: austeridad republicana.
Los y las gobernantes debemos ser honrados, honestos. El uso de las estructuras de gobierno para el beneficio personal o de un grupo, ensucia el servicio público. La corrupción debe combatirse por ética y por principios, pero además, como lo hemos visto porque ahí radican los recursos necesarios para el bienestar del pueblo y el desarrollo de la nación. En pocas palabras, la honestidad da resultados. Además, la autoridad moral es lo más importante y esa no se compra en la esquina, se construye con una sola mística, la de luchar con honradez, todos los días, por un México con justicia, democracia y libertad.
El principio máximo de que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo o regresando a Juárez, con el pueblo todo, sin el pueblo nada.
Prohibido prohibir. La libertad es esencia de la democracia.
El desarrollo y el bienestar del pueblo solo pueden fortalecerse con el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.
Las mujeres tenemos derecho a la igualdad sustantiva.
México es un país soberano, independiente, libre y democrático. Queremos la paz y la fraternidad de las naciones y nos coordinamos, mas no nos subordinamos.
La política se hace con amor, no con odio. La felicidad y la esperanza se fundan en el amor al prójimo, a la familia, a la naturaleza y a la patria.
Condenamos el clasismo, el racismo, el machismo y cualquier forma de discriminación. No es solo un asunto de tolerancia, es el reconocimiento de que la profundización de las desigualdades llevará siempre a la injusticia. La fraternidad significa, vernos a los ojos como iguales.”
Con esto en mente les manifiesto:
“En nuestro gobierno, garantizaremos todas las libertades, la de expresión, de prensa, de reunión, de movilización. La libertad es un principio democrático y nosotros somos demócratas. Se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo.
Respetaremos y garantizaremos la diversidad religiosa, política, social, cultural y sexual de nuestra sociedad. Cualquiera que diga que habrá autoritarismo, está mintiendo. Nnuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias”.
Al hablar de su gobierno, adelantó:
“En materia económica, se mantendrá la autonomía del Banco de México, una política fiscal responsable, una proporción razonable entre deuda y Producto Interno Bruto, promoveremos la inversión pública y la inversión privada. Lo digo con toda claridad. Tengan la certeza que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país.
No aumentaremos el precio de las gasolinas, diésel, gas doméstico ni electricidad en términos reales. En las próximas semanas estaremos convocando a empresarios para confirmar el acuerdo que mantiene sin aumentos los precios de la canasta básica.
Aprovecharemos la relación del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá para seguir impulsando la relocalización de las empresas, mientras se promueve el desarrollo regional con bienestar y cuidado al medio ambiente. Estados Unidos, Canadá y México sabemos, que la cooperación económica fortalece a las tres naciones.
Es claro que entre nosotros no competimos, nos complementamos y, además, generamos las condiciones para una mayor consolidación de la economía de todo el continente en una visión de presente y futuro de la economía mundial.
Seguiremos fortaleciendo nuestra relación económica y cultural con los países de América Latina y el Caribe. Nos une historia y nos une compromiso; así como con los diferentes países y regiones del mundo.
Trabajaremos de la mano del sector empresarial y de las y los trabajadores para que siga aumentando el salario mínimo. Nuestro objetivo es alcanzar 2.5 canastas básicas.
Haremos el programa de digitalización más ambicioso de la historia para facilitar el pago de impuestos y otros trámites; así como para incentivar la inversión.
Habrá Estado de derecho. La reciente reforma constitucional al poder judicial, que marca la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros, significa más autonomía e independencia para el poder judicial.
Piénsenlo, solo por un momento, si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo (Ernesto) Zedillo. No. Eso es autoritarismo, nosotros somos demócratas. Queremos que se termine la corrupción en el poder judicial. Es un proceso en donde habrá una convocatoria única, un comité de selección de candidatas y candidatos para garantizar que cumplan los requisitos y quien decidirá será la gente, será el pueblo. ¿Cómo va a ser autoritaria una decisión que en esencia es democrática y permite que el pueblo decida?
Estoy segura que en unos años, todas y todos estaremos convencidos, que esta reforma es lo mejor.
Se mantendrán todos los programas del bienestar y nos aseguraremos que su incremento anual, nunca esté por debajo de la inflación. Además, está por aprobarse en el Congreso, que estos derechos se vuelvan constitucionales, para que nadie los pueda revertir. Pensión universal para las y los adultos mayores; pensión universal a personas con discapacidad, becas Benito Juárez para estudiantes de preparatorias públicas, becas a estudiantes de escasos recursos, Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro, producción y pesca para el bienestar, fertilizantes gratuitos, precios de garantía, la Escuela es Nuestra y la Clínica es Nuestra. Todos seguirán.
Haremos realidad tres programas de bienestar nuevos: Todas las mujeres de 60 a 64 años tendrán un apoyo bimestral, como un reconocimiento al trabajo de las mujeres mexicanas.
Todos los niños y niñas que van a escuela pública de preescolar, primaria y secundaria tendrán una beca, iniciaremos el próximo año con secundaria. Las y los niños, deben ser felices. De ellas y ellos no solo es el futuro, sino el presente de México.
Llevaremos a las y los adultos mayores, la prevención y atención de la salud a su casa, para ello, vamos a contratar a más de 20 mil médicos, medicas, enfermeros y enfermeras. El reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y afromexicanos, una vez en la Constitución, lo haremos una realidad.
Consolidaremos el IMSS-bienestar como el mejor sistema de salud pública gratuita y de calidad, aumentaremos el número de preparatorias y universidades públicas, para que al menos llegue la educación superior a 300 mil espacios más.
La salud y la educación son derechos del pueblo de México, no son privilegios ni mercancías.
Construiremos al menos 1 millón de viviendas, especialmente para jóvenes, en esquemas en donde primero puedan rentar y después adquirir la vivienda si lo desean. Además, habrá créditos a bajo costo para mejoramiento de vivienda y un programa masivo de escrituración.
En materia de infraestructura, se ampliará el Tren Maya a Puerto Progreso en Yucatán y en sus más de 1500 kilómetros, será también tren de carga.
Se terminará la línea K del Tren Interoceánico, que va de Ciudad Ixtepec a Ciudad Hidalgo, en Chiapas, frontera con Guatemala. Además, queremos construir el doble de los kilómetros que construyó el presidente, de trenes de pasajeros. De Ciudad de México Pachuca, Ciudad de México a Nuevo Laredo y de Ciudad de México a Nogales. Así como la recuperación del tren de pasajeros a Veracruz. Antes los privatizaron, ahora recuperamos los trenes de pasajeros con orgullo porque significa desarrollo regional, empleos, turismo y prosperidad compartida.
Seguiremos con caminos artesanales para conectar comunidades y con la construcción de puertos, aeropuertos y carreteras, que generen desarrollo con bienestar y, al mismo tiempo, fortalezcan la infraestructura y conectividad de nuestro país y potencien la inversión.
Como lo manifestamos desde la campaña, se mantendrá la proporción actual entre la generación pública y privada de electricidad, de 54% y 46%, respectivamente. En unos días, presentaremos el Plan Nacional de Energía, que incluye nuevas inversiones en transmisión, generación y un programa ambicioso de transición energética hacia fuentes renovables de energía, que contribuyan a la disminución de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático.
La inversión privada para cubrir el 46% de la generación se hará con reglas claras, en el marco de la ley y garantizando la estabilidad del sistema eléctrico. A todas y todos nos convienen empresas de energía públicas del Estado fuertes, que garanticen energía limpia a precios bajos para las actuales y futuras generaciones.
El objetivo fundamental de la producción de petróleo con PEMEX seguirá siendo el consumo nacional y éste se limitará a una producción máxima de 1.8 millones de barriles diarios.
Vamos a promover la eficiencia energética y la transición hacia las fuentes renovables de energía, para absorber a través de estas fuentes, el crecimiento de la demanda de energía.
Avanzaremos en la soberanía y autosuficiencia alimentaria, como dice Andrés Manuel López Obrador: dar de comer a quien nos da de comer. No permitiremos la siembra de maíz transgénico, seremos autosuficientes no solo en maíz blanco sino en frijol y otros cultivos y Diconsa se transforma en alimentación para el bienestar con el objetivo de promover precios y comercio justo para diversos productos agropecuarios y seguir atendiendo a 22 millones de familias.
Construiremos en Tula Hidalgo el proyecto de economía circular más ambicioso del mundo.
Arrancaremos el ordenamiento de las concesiones y la transmisión de derechos de agua. Para ello, este mes firmaremos un Acuerdo Nacional por la Seguridad y Sustentabilidad Hídrica con todos los actores y haremos las reformas jurídicas para garantizarla el agua como un recurso de la nación. Tecnificaremos más de 200 mil hectáreas de riego y desarrollaremos proyectos estratégicos para el abastecimiento y reciclamiento de agua. Vamos a limpiar también y a sanear los ríos más contaminados del país.
Haremos de México una potencia científica y de la innovación.
En materia de seguridad, garantizaremos la disminución de los delitos de alto impacto. No regresará la irresponsable guerra contra el narco de Calderón que tanto daño le sigue haciendo a México.
Nuestra convicción es que la seguridad y la paz son fruto de la justicia y nuestra estrategia consiste en cuatro ejes: atención a las causas, siempre, dando la posibilidad de que los jóvenes y mexicanos tengan acceso a todos los derechos; inteligencia e investigación; fortalecimiento de la Guardia Nacional, quien crea que la Guardia Nacional, estando en la Secretaría de la Defensa es militarización, está totalmente equivocado; nos coordinaremos con municipios, estados, con el ministerio público, con la FGR, que en su autonomía no significa que deje la coordinación, eso nos va a permitir avanzar todavía más; atención a las causas y cero impunidad con los cuatro ejes de seguridad con justicia.
Lo hice como jefa de gobierno de la Ciudad de México, disminuimos más del 50% los homicidios dolosos en tan solo 4 años”.
Así las cosas, México tiene ya a su primera mujer presidenta en la figura de Claudia Sheinbaum Pardo, quien ha tomado las riendas del país y esperamos y deseamos que le vaya bien a la señora presidenta. Nadie en sano juicio puede desearle al piloto de un avión en el que vamos todos que le vaya mal. Nadie que no tenga cordura puede pedir o anhelar que haya un fracaso porque hay que pensar distinto, quizás rompiendo paradigmas y la tarea de la oposición y la tarea de la sociedad para construir no debe ser de idea, de pensar, o de buscar dinamitar los procesos de gobierno, ni desear o hacer algo que golpee o que le ponga un traspié, una zancadilla a la actividad gubernamental que debe ser en favor de México y de todos.
Sin renunciar a ser vigilantes activos de la acción gubernamental y estableciendo que se debe reconocer y aplaudir lo plausible pero reclamar lo inadecuado o injusto y exigir legalidad, honestidad, eficacia y probidad en el servicio público, la sociedad debe reivindicar espacios y esquemas de participación sin que ello implique sometimiento, que se confunda atención y respeto institucional a la sumisión o claudicación en la lucha por un México confiable, digno y seguro, en el que podamos habitar y crecer.