Inmerecido hubiese sido el que la Selección Mexicana pasará de ronda de grupos, empezando porque la campeona Francia nos iba a humillar, así como Suecia y Brasil en el Mundial pasado, y como Argentina en este, como también por el poquísimo futbol mostrado en la fase de grupos. Polonia y Gales eran las selecciones europeas más débiles en Qatar 2022.
¿En qué momento pasamos de pegarle a los grandes y avanzar a segunda ronda en primeros de grupo a festejar cómo locos un mediocre empate SIN GOLES? Bien, desde que algunos comunicadores estúpidos han hecho pensar al futbolista mexicano que largarse a Europa a jugar, a un AEK de Atenas, a un Benfica de Portugal o a un Besiktas o Aris Salonica de la liga de Grecia. Y lo peor, no pocas veces van a calentar bancas y sacrificando sueldo.
Hay algo innegable: el aumento del número de futbolistas mexicanos (viviendo) en Europa y la caída libre en el rendimiento de la Selección Mexicana son directamente proporcionales, van de la mano. ¿Quién se atreve a negarlo?
Urgen, dos cosas: Limitar, pero ya, el número de extranjeros por equipo en la Liga Mx, y el que el jugador mexicano que se vaya a Europa sea como un Hugo Sánchez al Madrid, un Rafa Márquez al Barcelona, un Raúl Jiménez al Wolverhampon de la Liga Premier inglesa o un Javier Hernández al Manchester United de Sir Alex Ferguson; ya de menos, un Tecatito Corona al Sevilla de España. Y además, con cierta certeza de titularidad, no echar a perder una carrera como la de Diego Lainez, aferrandose a jugar en el extranjero, calentando bancas por toda España y por todo Portugal, así NO, sino es como en los casos muy exitosos mencionados, a jugar, mil veces mejor, en equipos protagonistas de la Liga Mx.
¡Basta de complejos, mentalidad colonizada, enanismo mental deportivo y el maldito malinchismo! Acaso todos los conceptos últimos, sinónimos. También, por supuesto, el regreso inmediato en México del descenso/ascenso, de la Copa Mx, y de eliminar el famoso y mediocre repechaje en las liguillas. Si se cotinúa pensando igual, el rendimiento de la Selección seguirá cayendo, cómo una “gorda en tobogán”.
