Ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su tercera gira internacional —y segunda en Estados Unidos—para participar en la Reunión de líderes de la APEC, en San Francisco California. Ese mismo día se publicó una entrevista de la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, donde anuncia que la dependencia que ella dirige y la Secretaría de Hacienda buscan ampliar el beneficio fiscal para relocalización de empresas. Esta es una astuta decisión que le da continuidad a la innovadora idea detrás de las Zonas Económicas Especiales, implementadas desde 2016 para atraer inversión a los estados en nuestro país donde más falta hace.
A fin de ampliar el espectro y atender preocupaciones de Estados Unidos sobre su contenido, la secretaria Buenrostro señaló que México está analizando modificar un reciente decreto de incentivos fiscales para fomentar la relocalización de empresas.
El mundo cambia y se reorganiza
En estos momentos muchos países enfrentan un conflicto entre corrientes populistas y factores democráticos donde las ideologías de izquierda o de derecha quedan relegadas a segundo plano. Como parte de este conflicto, el mundo enfrenta el dilema de tomar en serio los efectos del cambio climático y la transición energética, lo cual le daría el tiro de gracia a las decadentes petrodictaduras como Rusia, Arabia Saudita y Venezuela, y abriría paso a nuevas fuentes de energías renovables y más eficientes. El presidente de México en sus primeros cinco años de gobierno se afianzó en el populismo más radical, aferrándose al petróleo en un débil intento de convertir a México en una petrodictadura. En este contexto, el presidente dio un giro de 180 grados en San Francisco.
Lo pusieron en su lugar
Con anterioridad AMLO había asegurado que no iría a la cumbre de la APEC, el pasado mes de octubre aseguró que cancelaba su participación en la reunión por diferencias con el gobierno peruano que encabeza Dina Boluarte, y que si el presidente Biden quería platicar con él, lo vería en Washington después de la reunión de APEC.
Sin embrago, después de la reunión de alto nivel entre los gobiernos de México y Estados Unidos el pasado 5 de octubre, cuando vino a nuestro país la caballería más fuerte, AMLO cambió de opinión. La delegación encabezada por el secretario de Estado Antony Blinken, el fiscal general, Merrick Garland y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, se reunió con AMLO para tratar una agenda muy importante para la región de Norteamérica, como el reforzar los esfuerzos conjuntos con México con el fin de detener el flujo de fentanilo.
Y fue y hasta la foto que no se iba a tomar ¡se la tomó!
Fentanilo y nearshoring, temas centrales
AMLO ha sostenido que en México no se produce fentanilo, que ni siquiera existen laboratorios y pasa por alto los estragos que causa la droga. Como siempre, de manera irresponsable, niega los problemas y, en este caso, la participación del crimen organizado en la producción del fentanilo. Es como en sus mañaneras: si él no ve el problema y nadie lo menciona, el problema no existe.
Legisladores y agencias del gobierno de Estados Unidos, como la DEA y el Departamento de Estado, han evidenciado la política de seguridad de AMLO y señalado a México como el epicentro de la oferta de drogas. La respuesta de Andrés, como siempre, fue echar la culpa a otros y no asumir su responsabilidad e incluso llegar al absurdo de enviar una carta al presidente de China, como para quitarse la presión de Estados Unidos solicitando la cooperación del gobierno de Xi Jinping en la lucha antinarcóticos para identificar embarques sospechosos e impedir que salgan de Asia. “De manera muy respetuosa, vamos a enviar esta información reiterando la solicitud de que nos ayuden”.
En el marco del Foro de la APEC, se reunieron el presidente Biden y el presidente Chino Jinping, alcanzando acuerdos en áreas clave que incluyen frenar la producción de fentanilo ilícito. En este tenor, la primera actividad de AMLO fue una reunión privada con el mandatario Chino para hablar del fentanilo. Evidentemente, en estos foros el envalentonamiento de AMLO desaparece. Se limitó a decir “vamos a platicar”.
En materia económica, la situación no es muy diferente al tema del fentanilo, sobre todo con el nearshoring. México tiene una excepcional oportunidad para consolidarse como el mejor país para aprovechar este fenómeno económico, pero el gobierno mexicano no lo había sabido aprovechar y potenciar hasta que, afortunadamente, vinieron los vecinos a corregirle la plana.
Raquel Buenrostro tomó dictado y como resultado tenemos la excelente decisión anunciada ayer. Estos apoyos fiscales iniciados en 2016 para dirigir la inversión nos darán un gran empujón. ¡Enhorabuena por los neoliberales cuatroteros!
X: @diaz_manuel