“Go easy on me, baby

I was still a child

Didn't get the chance to

Feel the world around me

Had no time to choose

What I chose to do

So go easy on me

I had good intentions

And the highest hopes

But I know right now

That probably doesn’t even show”.

Adele

“Sofisma

Del lat. sophisma, y este del gr. σόφισμα sóphisma.

1. m. Razón o argumento falso con apariencia de verdad”.

RAE

En la mañanera del día de ayer, Andrés Manuel, en una sola frase, ligó una verdad de perogrullo con una absoluta mentira. Esta y otras falsedades ya no sorprenden pues en sus mañaneras lleva más de 66 mil afirmaciones no verdaderas, lo que es lo mismo, un promedio de 90 por conferencia en lo que va del 3 de diciembre de 2018 al 30 de noviembre de este año (SPIN Taller de Comunicación Política).

En un intento por defenderla de los críticos, el mandatario aceptó que Ana Elizabeth García Vilchis, la encargada del “Quién es quién en las mentiras de la semana” no sabe leer: “Pues no sabrá leer la señorita de la sección, pero la señorita no dice mentiras, no es mentirosa”, dijo.

En lugar de responderle un ”no me ayudes compadre”, la funcionaria solo sonrió con esa manera que solo puede hacerlo o una muy buena actriz o un ser inocente que, ante el desdén del amo, de manera bobalicona responde con una risa preludio del llanto.

Tal vez el pago que recibe de forma mensual (algo así como 80 mil pesos) incluye aguantar puyas y verdades incómodas dichas por su jefe. Si la dignidad tiene precio, ya nos quedó claro cuál es la de ella…

Curioso, al menos en un tema, ambos antagonistas políticos (AMLO y Felipe Calderón) están de acuerdo: García Vilchis no sabe leer.

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Valdría la pena que alguien desempolvara públicamente un tuit que ella publicó en diciembre de 2016: “Ser el recomendado de alguien y hacer como que sabes y hacer como que trabajas es el cáncer de las instituciones mexicanas.” Y sí, tiene razón, si ella supiera hacer su trabajo, no saldría con joyas como “no es falso, pero no es verdadero”.

En descargo de Vilchis, ni los filósofos más agudos plantearon una disquisición tan sofista como lo dicho por ella.

Las mentiras señaladas esta semana desde Palacio Nacional pasaron por que el tren de Buenavista al aeropuerto no existe.

En resumidas cuentas: no deja de de ser signo de la 4T contratar a una persona que no sabe leer, hacer mofa de ella y pagarle. Y si ella cobra un dineral por realizar una deleznable entrega, no merece otra cosa que desprecio por su trabajo y por nuestro esfuerzo que se traduce en impuestos que pagan mes con mes.

Junto con su quebrada voz, Elizabeth Vilchis en sus presentaciones no comprueba sus dichos y acusa, aunque al hacerlo sin sustento se llama difamación. Tal vez por eso tiembla y parece sufre un colapso nervioso; sabe que sus acusaciones son falsas y espurias (AMLO dixit).

Pero dado que se habló de mentiras, quisiera hacer notar dos: la primera sobre el tren. El tren eléctrico de alta velocidad para el que ni siquiera están puestos los durmientes de las vías.

La segunda, mientras se fanfarronea que Pemex logrará ser autosuficiente y que ya estamos por lograr la anhelada “soberanía energética”, la secretaría de Hacienda le inyectó a la paraestatal 3 mil 500 millones de dólares.

Lo cierto es que Vilchis ni sabe leer ni habla con la verdad. También, que para la 4T la verdad pesa menos que la mentira y no exagero. Y, finalmente, que si la cantante Adele le dedica a García Vilchis una canción, no será la de “Sé paciente conmigo” (Easy on Me).

Verónica Malo el Twitter: @maloguzmanvero