Conforme se aceleran los tiempos electorales y la sucesión presidencial aparece ya a la vuelta de la esquina, se van caldeando también los ánimos en los medios de comunicación y por ende en la opinión pública.
Precisemos: no estoy diciendo en modo alguno que en los meses y años recientes el panorama editorial en los medios mexicanos haya sido muy distinto de lo que es hoy. No es que los espacios de opinión en los medios se hayan partidizado de repente o en forma sorpresiva; al contrario, prácticamente desde el día uno del gobierno de López Obrador los medios mexicanos comenzaron una ofensiva brutal con el objetivo de minar las bases de apoyo del nuevo presidente. Durante los últimos cuatro años, no sólo los medios “tradicionales” -impresos y electrónicos- refrendaron su papel de voceros de lo peor del viejo régimen; incluso las “benditas redes sociales”, que tan destacado papel jugaron en la victoria democrática de 2018, se fueron infectando con el bacilo derechista, de manera que hoy en el ciberespacio abundan los espacios y programas “de opinión” que son auténticos basureros panistas desde donde se maquilan toda clase de mentiras, calumnias, fake news y se torpedea un día sí y otro también a la Cuarta Transformación.
En ese proceso infeccioso y de pudrición de la otrora “tierra prometida” digital de la democracia y la pluralidad, la derecha ha ido colonizando incluso espacios en medios que en el pasado se distinguieron como baluartes de la opinión progresista. En muchos casos lo ha hecho a punta de billetes, pues los medios otrora “alternativos” evolucionaron hasta convertirse en empresas comerciales hechas y derechas, donde los ideales podrán tener asiento en el consejo de administración, pero no siempre el voto decisivo de la junta directiva.
El principal bastión de la derecha mexicana en la red de redes es esa pocilga calderonista llamada Twitter México, en donde hasta hace unos meses, previos a la compra de Twitter, Inc. Por parte de Elon Musk, reinaban las huestes comandadas por Hugo Rodríguez Nicolat, notorio militante panista ligado al ex presidente Felipe Calderón. Nicolat y su equipo se dieron vuelo durante años censurando contenidos y tendencias a placer, así como impulsando toda suerte de campañas de guerra sucia digital en contra de AMLO y del movimiento. Aún después de su ignominiosa y humillante salida de la plataforma (fueron despedidos a control remoto por el nuevo dueño) se sabe que dejaron “programado el algoritmo” de Twitter México para que la plataforma siga mostrando una clara tendencia pro derecha y anti 4T.
Y también en casa se cuecen habas.
Considero a SDP Noticias mi casa editorial, en la que empecé a colaborar desde el año 2006, cuando aún era un blog alojado en un servicio de hosting gratuito (Blogger). Quienes ahí escribíamos lo hacíamos con auténtica convicción de estar del lado correcto de la historia, y nos emocionamos -no puedo negarlo- cuando gracias a la visión de Federico Arreola se dio el salto a convertir el blog en un medio de comunicación con todas las de la ley. Escribí en SDP Noticias durante un tiempo hasta que diferencias editoriales con Arreola motivaron mi salida; sin embargo seguí teniendo un cariño especial por este medio y justo es reconocer que conté con el apoyo y respaldo del mismo y de su dueño cuando una funcionaria del gobierno de Mancera en el DF intentó meterme a la cárcel porque no le gustó lo que escribí sobre ella.
SDP siempre ha sido un medio plural y por lo tanto ha dado tribuna a todas las voces, de todo el espectro político. Hasta el nefasto Javier Lozano Alarcón, ese porro madreador que en el calderonato fungió como secretario del Trabajo (le apodaban el secretario del Carajo) tuvo en estas mismas páginas la libertad de escupir cuanta sandez se le ocurrió. Yo mismo he escrito en forma intermitente (voy y vengo) por razones personales, pero siempre he tenido las puertas abiertas para colaborar aquí.
Lo que veo con preocupación es que la sección de “Opinión”, no sólo en SDP Noticias sino en muchos otros medios digitales, se está llenando de voces opositoras pero para nada crea usted, amigo lector, que voces de escritores, columnistas o analistas de verdad, lo cual no tendría por qué espantar a nadie. Lo verdaderamente lamentable es que ahora los que se sienten con derecho de opinar son empresarios que jamás en la vida han analizado más que estados financieros y reportes de la Bolsa, y de repente les dio por sentirse “opinólogos” o “analistas serios” y usan una tribuna a la que accedieron por el capital que invirtieron en estas plataformas digitales por puritito negocio; negocio del cual desconocen todo pero que por haber metido lana consideran que tienen un boleto para ser parte de la barra de “columnistas”, espacio que aprovechan para diseminar mentiras aún más burdas y calumnias más torpes que las que esparcen los opinólogos y levantacejas profesionales.
Frente a esta ofensiva de la franja más aldeana y cerril de la derecha mexicana en los espacios digitales de opinión, una primera reacción natural podría ser la de abandonar dichos espacios, pues de algún modo parecen haberse corrompido, devaluado de forma irremediable. Sería como pensar en que el difunto Carlos Fuentes hubiera escrito alguna vez en el Sensacional de Traileros o en la revista Alarma! No obstante, debemos reflexionar: con la paulatina ocupación de dichas tribunas lo que la derecha persigue es justamente eso: devaluar los espacios de opinión a tal grado que poco a poco las voces progresistas que en ellos colaboran se vayan apartando, decepcionadas. Que poco a poco se extingan las voces de izquierda que aún quedan en ellos. El sueño de la derecha es tener copados todos los espacios de análisis y opinión en televisión, radio, prensa e internet, con “cAlumnistas”, “opinólogos”, “levantacejas” y “analistas” que a duras penas dominan la ortografía y pelean a muerte con la sintaxis. No debemos permitirlo; no debemos rendir la plaza.
Es necesario que quienes comenzamos este camino de informar y analizar críticamente la realidad desde algún rincón de las redes sociales, redoblemos el esfuerzo, porque de aquí a la elección de 2024 la batalla de ideas contra estos “analistas fake” incrementará su intensidad. Por todos lados aparecerán nuevos dueños o co-dueños de blogs, portales informativos, páginas web, podcasts, canales de YouTube, perfiles de TikTok, etcétera, que sin la menor preparación pero con muchos recursos intentarán dominar la conversación digital a favor de los intereses que representan. Ni un milímetro de espacio, de NUESTROS espacios, debemos cederles. La plaza no se rinde.
Twitter: @Renegado_L