En todo este mega escándalo de la fabricante de aviones Boeing ¿qué tanto es responsable por la permisividad con la que ha actuado la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos? (FAA por sus siglas en inglés).
A estas alturas del partido ya no nos debe de sorprender que sigan saliendo más y más trapos sucios de esta armadora norteamericana, y la FAA sigue siendo, desde mí punto de vista, laxa.
Ahora resulta que Boeing tendrá “nuevos” atrasos, que se suman a los que ya llevaban arrastrando; y es que se “descubrió” que cerca de 50 aviones modelo B737MAX -que todavía no han podido ser entregados a sus clientes- tienen un “problema”.
Un memorando enviado el domingo pasado a los trabajadores de la fabricante Boeing comunicó que el jefe de la unidad de aviones comerciales, Stan Deal, obtuvo información importante de un empleado de “Spirit AeroSystems”, empresa ubicada en Wichita, Kansas y encargada de manufacturarle a Boeing, y responsable de fabricar parte del fuselaje de los aviones., resulta que el empleado reportó que “no se llevó a cabo una perforación en dos agujeros que eran requisitos de la propia Boeing”.
Y tal y como lo compartieron en medios “Aunque esta posible situación no es un problema inmediato de seguridad, y todos los 737 pueden seguir operando con seguridad, creemos que tendremos que hacer revisiones en unos 50 aviones no entregados”, dijo Stan Deal.
¿En serio Boeing? ¿qué otra sorpresa nos tendrán en un par de días?, ¿y las autoridades norteamericanas seguirán durmiendo en sus laureles? No es un tema menor, que podamos decir, “ay, un errorcito que puede ser resarcido”.
Nada más hay que verificar el fuselaje de 50 aviones y ver a cuáles de ellos les faltan dos agujeros que no fueron perforados por la empresa que les trabaja, porque así sale mucho más barato, y si encargan esa labor a empresas de otros lugares del mundo, sale todavía más barato y se ahorran más dinero.
Hagamos un breve recuento: ventanillas/puertas de emergencia con tornillos sueltos y mal apretados, y ahora agujeros que no lo son y que se supone no deberían de existir.
El meme que hace ya unas semanas estuvo circulando en redes sociales -creado por inteligencia artificial- se está quedando corto; en la imagen veíamos un avión de Boeing rodeado de payasos, que sabemos que no es real, pero que en los hechos retrata de una manera muy certera a la fabricante de aviones Boeing. Que dicho sea de paso no tiene muy contentos a los dueños y directores de las aerolíneas a quienes les debe aviones.
El Financial Times recientemente entrevisto a Tim Clark, CEO de Emirates, quien habla sobre Boeing, y sus palabras son muy interesantes, y sobre todo demoledoras: “había visto una ‘disminución progresiva’ en los estándares de Boeing, que atribuyo a errores de gestión y gobernanza de larga data, incluida la priorización de las ganancias sobre la excelencia en ingeniería”.
Para mí, el comportamiento de Boeing es el más claro ejemplo de cómo el capitalismo más rapaz pone por encima de la seguridad, sus ganancias; en buen español, es más importante el dinero que las vidas humanas.
Finalmente, la reputación de Boeing va en caída libre. No queda claro cómo va a recuperar la confianza en los usuarios, porque estamos hablando de graves problemas en la fabricación de aviones que ponen en riesgo la seguridad de quienes hacen uso de sus aeronaves.
Y en la entrevista, Tim Clark remata: “Tienen que revisar sus procesos de fabricación para que no haya que tomar atajos, etc. Estoy seguro de que Dave Calhoun y Stan Deal están en eso… Esta es la última oportunidad”.
Con anterioridad el CEO de Alaska Airlines también dejó ver ante los medios su molestia con Boeing. Lo mismo ha pasado con United Airlines, American Airlines y Delta, compañías aéreas que cuentan con no pocos aviones de esta fabricante en sus flotas.
Seguramente ustedes conocen el dicho que dice “la burra no era arisca, la hicieron los palos”. Hay aviones modelos B777 y B787 que Boeing tiene pendientes de entregar a Emirates, y la aerolínea ya tiene contemplado mandar a sus propios ingenieros a supervisar, tanto a Boeing como a Spirit AeroSystems, la empresa que le “maquila”, la fabricación de los aviones que están pendientes de entregar.
Primera vez que ocurre, que una aerolínea “supervise” la fabricación de aviones. Esto se llama “desconfianza” en los estándares de calidad y sobre todo de fabricación.
Como en toda historia, hay un porrista, al que no le importa la seguridad de los pasajeros. Sí, estamos hablando del CEO de Ryanair, Michael O’Leary, que había dicho que si nadie quería los aviones defectuosos B737MAX, él los toma todos. Ojalá fuera solamente una bravuconada, o ganas de llamar reflectores, pero esta declaración mediática no puede ser tomada a la ligera.
Y es que estamos hablando de la línea aérea de bajo costo más grande de Europa. En los hechos, la bajostera hará justamente lo mismo que Emirates: mandar a sus propios ingenieros a todas las fabricas que le maquilan a Boeing “para realizar controles adicionales”, tal y como lo recoge CNN.
Por su parte, Dave Calhoun, el CEO de Boeing dijo en una entrevista para CNN, estar confiado, pues tener “un mayor escrutinio, los hará mejores”. Yo pregunto, para hacer las cosas bien ¿necesitas supervisión?
Una de las grandes características de las sociedades de primer mundo, es que la autoridad o el gobierno no esta detrás de sus ciudadanos; ellos saben que sus actos, si rompen las leyes, tendrán consecuencias negativas.
No es un secreto que mucha gente se sorprende de que personas de algunas ciudades de primer mundo pagan su entrada al transporte público sin que haya una persona de por medio que lo verifique, porque para ellos es deshonesto no pagar, y simplemente no conciben cuando los usuarios de “otras latitudes” les proponen usarlo “gratis”, ya que nadie los sancionaría.
Esto es, los ciudadanos en una sociedad educada y con conciencia cívica no se requiere que se les “supervise”, porque “saben qué es lo que deben hacer”, y al contrario, se enorgullecen de tener altos estándares de seguridad. Es por eso que en el caso de Boeing -y todas sus pifias- han llamado la atención del mundo entero.
Estamos hablando de la fabricante de aviones de la nación (hasta ahora) más poderosa: los Estados Unidos, que fue sinónimo de altísimos estándares de seguridad, innovación tecnológica, pero sobre todo, que era una marca consentida entre los pasajeros de avión, al grado de que uno de sus lemas era “Si no es Boeing, no me voy”.
Hoy es escudriñada, tanto por las aerolíneas como por los pasajeros, así como por las autoridades norteamericanas. Para mí, estas últimas están siendo sumamente indulgentes; quienes conocemos a Boeing, sabemos que no solamente fabrica aviones comerciales, sino también aviones de guerra, y Estados Unidos se destaca por ser extremadamente bélico.
Veremos si logran remontar, o de plano estamos ante la caída de un grande. El tiempo nos lo dirá.