En efecto, así como se lee: Lo que natura no da formato no presta, lo que es una adaptación a la realidad electoral mexicana de un proverbio español, Lo que natura no da Salamanca no presta. Lo mencioné ayer en mi columna a propósito de que hay personas que culpan al formato de la terrible actuación de Xóchitl Gálvez en el debate presidencial.
Antes de continuar expliquemos un poco el aforismo. Algunas personas lo atribuyen a Miguel de Unamuno. Hasta donde tengo información está tallado en piedra, en latín, en una de las entradas de la Universidad de Salamanca: Quod natura non dat, Salmantica non praestat.
Según el Centro Virtual Cervantes, tal proverbio significa lo siguiente: “Algunas cualidades han de ser innatas, como inteligencia, aplicación, fuerza de voluntad, perseverancia, etc.; se las puede cultivar pero no adquirir, ni siquiera asistiendo a un centro reputado como excelente”.
En ese sitio de internet se informa que el refrán completo es Lo que no da naturaleza, no lo da Salamanca y menos Baeza. Hace referencia a una universidad, existente en 1533, en la localidad de Baeza.
El Centro Virtual Cervantes completa su información diciendo que (i) en la mencionada expresión natura se utiliza como sinónimo de naturaleza, y (ii) que en “Salamanca se encuentra una de las universidades españolas más pestigiosas y la primera de Europa que tuvo el título de universidad y que contaba con biblioteca pública. Por sus aulas pasaron profesores y alumnos muy conocidos, como Fray Luis de León, Fernando de Rojas, San Juan de la Cruz, Antonio de Nebrija, Hernán Cortés, Mateo Alemán, Luis de Góngora, Calderón de la Barca”.
El formato del debate presidencial organizado por el INE pudo haber sido bueno o malo —creo que fue muy malo— y, ni hablar, resultó una pérdida de tiempo que participara el candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez. Pero ¿tiene sentido culpar al formato del pésimo desempeño de Xóchitl Gálvez, aspirante de la alianza PRI, PAN, PRD?
El formato también jugó en contra de Claudia Sheinbaum, pero la abanderada de morena tuvo la inteligencia y la habilidad que se necesitaban para sacarle provecho. Eso, inteligencia y habilidad le faltó a la candidata X. No hay que responsabilizar a sus estrategas o a quienes buscaron capacitarla para el debate: Lo que natura no da, preparadores no prestan.
Podrá cambiar el formato del debate todo lo que se quiera —en lo personal me gustaría un cara a cara entre las dos candidatas sin moderadores o moderadoras y, por supuesto, sin Máynez—, pero no jamás habrá manera de que Xóchitl actúe con más talento y seriedad que Claudia.
Por lo demás, como dice hoy Carlos Ramírez en El Independiente, sí cayeron en una falta los estrategas de Xóchitl: convencer a esta candidata de intentar etiquetar a Claudia como una mujer fría y sin corazón, la dama de hielo. Eso solo puede ser interpretado como una virtud, fundamental por cierto, para poder realizar con excelencia el trabajo que tendrá como presidenta de México, en el que se le va a exigir mano firme y evaluar con serenidad todas las posibles consecuencias antes de tomar las decisiones más difíciles.
Lo único que no debe hacer quien gobierne a una nación compleja como México es actuar en caliente. La buena conducción de la presidencia demanda premeditación, preparación y cálculo, esto es, absoluta frialdad. Así deberá gobernar Claudia, no hay opción.