“El regreso de Elba”. Con tales palabras promueve el diario Reforma, en su cuenta de Twitter, una entrevista con Elba Esther Gordillo.

Se publicará mañana y prometen los editores de ese periódico que la exdirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación revelará “el pasado de Leticia Ramírez, nueva secretaria de Educación”.

En 2013, en el segundo año del gobierno de Enrique Peña Nieto, la líder sindical fue arrestada. Si no recuerdo mal se le acusó de desviar a sus cuentas personales alrededor de 200 millones de dólares de los maestros mexicanos.

La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda documentó que Elba Esther utilizó ese dinero para hacerse de un avión privado, adquirir bienes raíces en el extranjero y pagar cirugías plásticas, entre otras extravagancias.

En agosto de 2018, al finalizar el sexenio de EPN, la maestra Gordillo fue liberada. Le benefició que los fiscales no lograron armar un caso sólido y que el sindicato magisterial, por arreglos políticos, nunca la denunció.

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Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales uno o dos meses antes de la liberación de Elba Esther Gordillo. La comentocracia especuló que había existido un pacto entre el candidato triunfante y la impresentable maestra. Nadie presentó pruebas de que algo así hubiera realmente ocurrido.

Ahora, con el reciente nombramiento de Leticia Ramírez al frente de la Secretaría de Educación Pública, la maestra Gordillo ha decidido generar problemas. Para ello, utiliza el amarillismo de medios de comunicación como Reforma que prestan sus páginas para difundir cualquier cosa que pueda dañar a la 4T.

Lo peor que le puede pasar al sistema educativo mexicano es que vuelva a ser influyente en el mismo una persona como Elba Esther, quien no está en la cárcel porque el caso en su contra deliberadamente se integró con toda clase de defectos, pero que si hubiera justicia debería seguir en prisión.

Una mujer íntegra, honesta e idealista como Leticia Ramírez deberá resistir las provocaciones lanzadas por una exlíder sindical que personifica a la corrupción.

Por lo que a mí respecta dejo aquí la pregunta: ¿No habría modo de reabrir los procesos penales contra Elba Esther? Digo, no fue poco el dinero que desvió en perjuicio de los maestros y las maestras de México.