La insultaron innumerables veces durante la campaña —y aun desde antes de que iniciara formalmente la contienda electoral—. “Calca”, le decían. Aseguraban que Claudia Sheinbaum Pardo imitaba en todo a Andrés Manuel López Obrador. No era cierto, desde luego. La hoy presidenta electa solo expresaba sus propias convicciones que, ni hablar, coinciden en lo esencial con las de AMLO. Algo perfectamente normal en una relación política de más de 20 años. Insólito habría sido el hecho de que Claudia tuviera, en lo verdaderamente importante, un pensamiento distinto al de Andrés Manuel.

El insulto servía para darle estructura supuestamente objetiva a un pronóstico: Sheinbaum iba a perder las elecciones presidenciales si su discurso no se deslindaba del de López Obrador. Las encuestas serias decían otra cosa, pero la comentocracia insistía en su error. La falsedad del vaticinio se evidenciaba inclusive en las mediciones demoscópicas de medios que durante toda la campaña estuvieron contra Claudia. Por ejemplo, la del diario Reforma de marzo de 2024. En este estudio, en la pregunta ¿cuál cree que debe ser la principal estrategia de Xóchitl Gálvez durante la campaña?, claramente la mayoría aconsejaba a la candidata de oposición olvidarse de cuestionar a AMLO (solo 7% sugería esta estrategia) y le pedían centrarse en sus propuestas (era lo recomendado por el 79%). Xóchitl hizo exactamente lo contrario: dedicó la mayor parte de su tiempo a criticar a Andrés Manuel López Obrador —y a Claudia Sheinbaum por ser la calca del presidente —. Si no hubiese sido tan injusta al referirse a AMLO, seguramente la aspirante del PRIAN habría obtenido un mejor resultado: no la victoria, que era imposible para la oposición, pero sí habría evitado la escandalosa goleada que se llevó.

Hoy se le pide a Claudia Sheinbaum que rompa con AMLO. “Si Claudia quisiera…” fue el artículo de ayer de Carlos Loret de Mola en El Universal. Dijo el director del sitio de internet financiado por la familia del priista Roberto Madrazo: “Si Claudia quisiera… podría sacudirse a López Obrador”. ¿Sacudirse? Se refiere Loret a dos de las definiciones que de esa palabra presenta la RAE: (i) “golpear, dar golpes” y (ii) “arrojar, tirar o despedir algo o apartarlo violentamente de sí”. Es el deseo de la mayoría de quienes expresan sus opiniones en los diarios mexicanos, personas que detestan a AMLO porque en el primer sexenio de la 4T perdieron los privilegios que disfrutaron durante las presidencias del PRI y del PAN.

Pero, la verdad de las cosas, como dice Loret de Mola en su artículo, “no me da la impresión de que Claudia quiera”. No le da esa impresión ni a Loret ni a nadie. La pregunta que me hago es la de por qué Claudia iba a ser tan insensata como para pretender acabar con la alianza política e ideológica —caracterizada por la unidad— que a ella la ha llevado a la presidencia de México, a su partido a tener una enorme potencia electoral y a AMLO a ocupar un sitio de privilegio en la historia de México.