Muchos se preguntarán por qué el presidente López Obrador dejó de presumir en sus conferencias mañaneras que la recuperación económica de México sería en “V” y no en “L”. La respuesta, lamentablemente, está en que su estrategia económica resultó un fracaso.

Así como en seguridad los datos son abrumadores y muestran que el país está a la deriva, en lo económico los principales indicadores colocan al país con un saldo negativo que no se había visto en más de cuatro décadas.

Sin crecimiento ni recuperación

La economía mexicana no ha crecido con la 4T. En 2019 sin pandemia ni presiones internacionales la economía tuvo un decrecimiento del -0.1%; en 2020, con pandemia el país cayó en -8.5%, uno de los peores comportamientos de los países emergentes y en 2021 se estima un crecimiento entre 4.8 y 5.1%, debajo de lo que dice el presidente del 6.5% y muy por debajo del nivel prepandemia de 2019, que de todas formas ya era negativo.

Para 2022 las estimaciones no mejoran, la CEPAL considera un crecimiento de 2.9%, el Banco Mundial del 3%, para Bank of America, un 1.5%; IMEF considera un crecimiento del 2.7% y el FMI estima un 3.3%. De confirmarse estas estimaciones, ninguna alcanza para llegar a la cifra de antes de la pandemia.

De las cuatro economías más importantes de América, México es el único país que no recupera el nivel previo a la pandemia.

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Pero en el mundo maravilloso del presidente las cosas van muy bien, el martes afirmó: “Nosotros estamos optimistas y pensamos que ya se pasó lo peor y que vamos a seguir creciendo y que se van a seguir creando empleos, y vamos a seguir garantizando el bienestar a todos, sobre todo para la gente más humilde, más pobre”.

Casi todo el año aseguró que el rebote post pandemia nos llevaría a un crecimiento exponencial, más que cualquier otro país y en junio alardeaba de que se vislumbraba un crecimiento en ‘V’ y no en ‘L’ como anticipan los especialistas, pero los datos duros muestran otra realidad.

Inflación

Al cierre del año, de acuerdo con datos del INEGI, la inflación, conocida coloquialmente como el mayor impuesto a los pobres, registró su nivel más alto en 21 años, un 7.36%.

Se podría decir que es por culpa de Estados Unidos y en parte así es, pero, como lo indicó el vicegobernador del Banco de México, Jonathan Heat, también tienen que ver razones estructurales de la economía mexicana.

De hecho, la inflación en México, supera la que han tenido economías similares de los países emergentes.

Salida de capitales

Por otro lado, de acuerdo con datos del Instituto de Finanzas Internacionales, tanto en el mercado de deuda, como en el mercado accionario, durante el año pasado salieron de México 18 mil 197 millones de dólares, lo que nos convierte en la economía emergente donde se registró la mayor desinversión durante 2021.

Esta tendencia la corrobora el Banco de México que registra una salida histórica acumulada de capitales extranjeros de 257,601 millones de pesos (12,628 millones de dólares), frente a 257,239 millones de pesos de 2020. Es decir, se trata de la mayor salida de fondos del país desde que comenzaron los registros en 1991.

Durante el mismo periodo de 2020, la IED ascendió a 23 mil 482 millones de dólares y las remesas sumaron 29 mil 965 millones de dólares, una diferencia del 27.6 por ciento, muy por debajo de la registrada en 2021, donde las remesas fueron 50.3% más que la IED.

La diferencia es que la IED crea empleos y desarrollo, mientras que las remesas solo ayudan a que la población que recibe ese apoyo pueda librar su día a día. La segunda, es el hecho de que, en la actual administración, una buena parte de la IED se genera en el sector energético. En 2020, siete de cada 100 dólares que los inversionistas extranjeros ejercieron en México, fueron a parar a ese sector, una cifra menor, frente a los 20 por cada 100 dólares que se registró en 2018.

Sin embargo, si AMLO se mantiene en la terquedad de aprobar una reforma eléctrica que nos regresa a la época de los dinosaurios, la de Bartlett, la IED se caerá por los suelos en la mayoría de los sectores.

Empleo

En este tema, ni es lo bueno que se quiere ni se requiere. El IMSS registró una cifra “récord” al contabilizar 846 mil puestos de trabajo, que no fueron suficientes para recuperar los que se tenían en noviembre de 2020. El año pasado se registraron 20 millones 620 mil 148 trabajadores, pero en 2020 había 20 millones 933 mil.

Lo peor es que la cifra prometida por AMLO fue de dos millones de empleos nuevos: “Vamos a crear en nueve meses 2 millones de nuevos empleos. En estos hechos y acciones, baso mi optimismo”, así que, considerando lo prometido, tenemos un déficit de más de un millón de empleos.

Pobreza

Otro aspecto que refleja el fracaso de la política económica y social de AMLO es el aumento de la pobreza. De acuerdo con Coneval, de 2018 a 2020, con la 4T, la pobreza aumentó del 41.9% al 43.9%, lo que significa que se pasó de 51.9 millones de personas en situación de pobreza a 55.7.

Al final, el crecimiento económico, creación de empleos, inflación, IED y fuga de capitales están muy lejos de lo prometido, pero, sobre todo de lo que el país requiere.