El final de temporada, transcurrió a lo largo del día de martes 5 de noviembre, donde en medio de varias encuestas, noticias y derivados acontecimientos, empezó el cierre de votaciones y que a diferencia de nuestro querido país, ahí no se va el sistema, pero no queda exento de excentricidades como lo son los candidatos, un polémico Donald Trump representante del partido republicano, y Kamala Harris por parte del partido demócrata y que hasta el día de ayer se acordaron de mencionar en algunos pocos lugares que existían otros dos candidatos mas como lo es Jill Stein que ha sido tres veces candidata a la presidencia de Estados Unidos, esa historia nos resulta algo familiar y también el cuarto candidato en esta contienda de forma independiente Robert F. Kennedy Jr., sobrino del expresidente John F. Kennedy.
En un articulo anterior exprese los posibles escenarios que podrían transcurrir con una victoria de Donald Trump para la economía mexicana, tan entrelazada con la estadounidense. Hoy con los resultados ya determinantes nos enfrentamos con el regreso de un político conocido por sus discursos de “América Primero” que no pudo faltar en su discurso de victoria. ¿Nos enfrentaremos a una nueva etapa de aranceles, amenazas de renegociación y tuits que desestabilizan los mercados? El regreso de Trump inicia con su retórica proteccionista y populista, con la amenaza de subir los aranceles hasta 25% en las importaciones provenientes de México, si no disminuye el flujo de migrantes, que no es la primera ocasión en hacer ese mismo discurso.
Impacto en el peso mexicano y reservas internacionales
No podemos predecir el futuro, pero si podemos recordar un poco la historia de su primer presidencia, donde fueron constantes sus amenazas para imponer aranceles, las cuales hacían que el tipo de cambio diera un brincos. En 2019, por ejemplo, amenazó con un arancel progresivo del 5% sobre todos los productos mexicanos si México no “contenía” el flujo de migrantes como hoy en día lo vuelve a decir, en ese momento el peso llegó a depreciarse de inmediato y el Banco de México (Banxico) tuvo que utilizar medidas monetarias para contener la presión sobre la moneda. En ese contexto, las reservas internacionales de Banxico jugaron un papel crucial para mantener cierta estabilidad, aunque los efectos indirectos, como el encarecimiento de importaciones, afectaron al consumidor mexicano y a las pequeñas empresas que dependen del comercio binacional.
Ahora con un segundo mandato de Trump, el peso podría volver a sufrir, especialmente si se retoman amenazas de aumentos arancelarios como esta sucediendo o de nuevas revisiones al tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La estabilidad de nuestras reservas internacionales se convierte en una línea de defensa clave, pero también en un recurso limitado si se sostiene una votalidad prolongada. Un escenario de repetidas amenazas de aranceles o cambios a las políticas migratorias que condicionen el comercio podría desestabilizar aún mas el tipo de cambio y presionar la inflación en México, aumentando el costo de la deuda y afectando el poder adquisitivo de las familias.
Políticas de Trump que afectaron a México: los aranceles y el T-MEC
Durante su primer mandato, Trump implementó varias políticas comerciales que repercutieron directamente en la economía mexicana. La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 2018, que culminó en el T-MEC, fue un proceso extenso y lleno de tensiones. Trump exigió condiciones que, según él, “beneficiarían” a Estados Unidos, incluyendo una cláusula de revisión cada seis años que aún genera incertidumbre en el ámbito de inversiones. Esto desalentó a muchos inversionistas internacionales que temían que el acuerdo pudiera modificarse o en el peor de los casos anularse en el medio plazo.
La teoría económica nos dice que los aranceles y barreras comerciales tienden a reducir el flujo de bienes y servicios, incrementando los costos y generando ineficiencias en ambas partes. Un claro ejemplo de esto ocurrió en 2018, cuando Trump impuso un arancel del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio, afectando las exportaciones de estos productos desde México hacia Estados Unidos. Para México, como un socio altamente dependiente de su vecino del norte, esto representó un duro golpe: la industria manufacturera mexicana, clave en sectores como el automotriz, resintió el aumento en los costos de producción y algunas empresas pequeñas se vieron obligadas a reducir sus operaciones o despedir personal.
Ajustes económicos en México y perspectivas futuras
El regreso de Trump podría obligar a México a buscar alternativas comerciales, acelerar la diversificación de sus exportaciones y fomentar la inversión local. Mientras los expertos advierten que en un aumento en los aranceles afectaría la competitividad mexicana, también sugieren que esta podría ser la oportunidad para fortalecer vínculos comerciales con otros mercados, como Europa y Asia, y estimular políticas de autosuficiencia que reduzcan la vulnerabilidad ante decisiones unilaterales de Estados Unidos.
Nuevamente en mi opinión, el regreso de Trump obliga a reconsiderar nuestra estrategia económica y comercial. Banco de México, la Secretaría de Economía y el mismo sector privado deben empezar a diseñar posibles respuestas para enfrentar las políticas de Trump sin depender únicamente de los acuerdos comerciales. En resumen, la victoria de Trump representa para México un desafío como lo es empezar con la primeras declaraciones del aumento de aranceles de 25%, el mercado en general tiene dos meses en lo que se resiente el efecto, debido a que la toma de posesión del presidente de Estados Unidos es en los primeros días de enero, pero como bien dicen “no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla”.