El proceso de la sucesión presidencial arrancó hace más de un año cuando el presidente Obrador abrió el ejercicio interno y la baraja de nombres; con ello, hubo un efecto de organización, impulso y hasta propaganda que, claramente, no ha respetado las reglas de participación del INE -pues ésa es una clara postura de desobediencia- al recurrir a esas estrategias que aquejan y menoscaban la pluralidad y la democracia en la vida interna de un partido.
Pero vayamos a la génesis de este proceso para entender todo lo que acontece.
Primero, el presidente Obrador determinó dar el banderazo de arranque y, con ello, poner en marcha una disputa interna entre los principales aspirantes debido al efecto que provocó a quienes ya ocupan un lugar importante en el abanico de nombres.
Y eso originó una disputa interna cuyo tono ha subido en las propias redes sociales entre los equipos políticos de las “corcholatas” que, incluso, han hecho énfasis algunos aspirantes a la silla presidencial, especialmente por el trato -que claramente tiene el objetivo de restar simpatía- para quienes se identifican o, simplemente, para intentar persuadir a la población en general al ser objeto de señalamientos, intrigas y fabricaciones.
Eso claramente obedece a la lucha interna, y lo que provocó una sucesión presidencial sumamente anticipada.
Aunque otro de los aspectos que rápidamente trascendieron y fueron, evidentemente claros, fue el proceso de organización y “unidad” que puso en marcha el dirigente nacional, Mario Delgado en la ciudad de Toluca.
Eso significó, a grandes rasgos, como la manifestación más clara de la desigualdad que ha mostrado la dirección del partido de Morena que encabeza Mario Delgado. Resulta que asistieron todos los aspirantes que ha nombrado el presidente en tribuna como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto; sin embargo, excluyó a Ricardo Monreal que fue objeto de una estrategia dura de segregación.
Lo invitó al mitin, aunque lo segregó de una reunión en la que supuestamente se habló de “unidad”. De esa manera, se evidenció el grado de favoritismo, pero también las condiciones de que no hay piso parejo que son, hoy en día, una realidad inocultable que deja al descubierto la exclusión ni más ni menos de la cúpula del partido.
Y es que, a diferencia de los demás, Ricardo Monreal vivió en carne propia la marcada segregación para evitar a toda costa, su asistencia al evento de Toluca a sabiendas de que él, igual que otros actores como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto, tiene el derecho legítimo de competir en Morena bajo las mismas circunstancias de equidad.
Sin embargo, ejercieron todo aquello que, en su momento, criticaron de otros partidos pues el propio dirigente nacional de Morena mostró su falta oficio político frente al gran reto que representa generar las condiciones apropiadas de un proceso democrático.
Por fortuna, la propia militancia y las simpatías de Morena tuvieron una reacción ante los hechos que acontecieron. De hecho, fueron ellos mismos los que desencadenaron una corriente de opinión a favor de que se tomaran en cuenta a todos por igual, considerando invitaciones a eventos públicos, trato y por supuesto respeto a las aspiraciones legítimas.
Finalmente sigue predominando, a estas alturas, el mismo trato desigual que cuando comenzó el banderazo de arranque de la sucesión presidencial. Se nota la cargada, incluso, de algunos jefes del ejecutivo estatal pues todo indica que operan a favor de la causa de una “corcholata” mediante invitaciones que hacen suponer que se trata de actos anticipados de campaña.
Y ya que hablamos de ese proceso, dicen lo que saben que Ricardo Monreal es un hombre sensato que no se deja ir con el canto de las sirenas. Ya le han planteado la posibilidad de que sea “el arma secreta de AMLO” , pero el legislador no se la cree, es más toma con humor esos dichos.
Pero también es muy cuidadoso de la ley, porque sabe que los actos anticipados de campaña pueden hacer que la autoridad electoral anule las candidaturas de los adelantados.
Claudia Sheinbaum y Adán Augusto deben tomar muy en cuenta esa situación, ya que hay muchos espectaculares y bardas pintadas con propaganda suya, ¿De dónde salió el recurso y la autorización para ponerlos?
Notas finales
Se habla de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto en Palacio Nacional, pero no de Ricardo Monreal.
Eso genera una ventaja para quienes tienen los reflectores de que sus nombres se pronuncian en el universo de las mañaneras, y de viva voz del presidente López Obrador; asimismo, eso es suficiente para dar un impulso y poner en desventaja para quienes no.
Por ello, eso también puede ser considerado como piso disparejo porque es muy complicado enfrentarse a esas circunstancias, sin embargo, no es imposible dado que la gente es quien decidirá como el mejor juez de la contienda.