Andrés Manuel, querido presidente:
Sobran admiradores de Pinochet en el PRI y el PAN y, sobre todo, entre la clase empresarial que apoya a tales partidos. Destacadamente pinochetista es el riquillo mamila de Claudio X. González. Así que no hay que darles ideas, presidente, porque serán flojos para el trabajo productivo, pero se pasan de afanosos para todo lo malo.
Este lunes, en tu conferencia de prensa mañanera, dijiste presidente López Obrador que los diputados y las diputadas del PRI y del PAN del congreso de Nuevo León “son capaces hasta de dar un golpe de Estado” para destituir al disminuido gobernador Samuel García.
Y añadiste, presidente: “Está interesante ¿no?”. Sería una curiosidad académica interesantísima si no estuviera en juego la estabilidad política de la entidad más pujante de México.
Aquí hay un único gran villano, presidente: Samuel García. Este muchacho irresponsable recurrió a toda clase de ilegalidades para dejar como gobernador interino a alguien de su absoluta confianza, el secretario de Gobierno, Javier Navarro.
En algún momento pareció en riesgo la gobernabilidad en Nuevo León porque el congreso local no estuvo dispuesto a cumplir el capricho del esposo de Mariana Rodríguez. Y como broma, solo como broma, presidente AMLO, se habló de un golpe de Estado que el berrinchudo e infantil Sami pretendía dar. Hubo memes, como el siguiente:
Afortunadamente el orden se impuso gracias a la Suprema Corte de la Nación, que a través del ministro Javier Laynez Potisek le dio a razón al congreso nuevoleonés y no al gobernador con licencia Samuel García. Sé que te cae mal la corte suprema, presidente, pero hizo lo correcto. La gente de Nuevo León aplaude a la cúpula del poder judicial.
Creo, Andrés Manuel, que te equivocas al cuestionar lo realizado por la corte en el conflicto nuevoleonés. Esta institución, la verdad sea dicha, actuó como le correspondía para quitarle a Nuevo León un problema mayor.
Si tú, admirado presidente AMLO, querías ejemplos acerca del mal funcionamiento del poder judicial, debiste buscarlos lejos de la SCJN. Uno de tales ejemplos para demostrar que algo funciona mal en la judicatura lo brindaron Samuel García y su colaborador Javier Navarro. Este último, que antes de meterse a político era un abogado muy prestigiado —ya en el poder, por lo visto, se volvió loco— con autorización de Sami logró que un ¡¡¡un juez laboral de la Ciudad de México!!! exigiera al congreso de Nuevo León nombrar como interino a quien le convenía al gobernador con licencia. Ridículo, de plano. Pero eso, presidente, no te pareció relevante. Yo lo veo como algo gravísimo.
El hecho es que lo deseable ahora es que las cosas se calmen. Por eso me preocupa que alguien tan importante como tú, Andrés Manuel, dado que tu palabra tiene siempre un enorme peso en la opinión pública, afirmes que hay posibilidades —reales, si lo dice un presidente de innegable estatura histórica— de que diputados y diputadas de Nuevo León destituyan mediante un golpe de Estado legaloide a Sami García. Imagínate, un coup d’état en Monterrey; sería terrible.
Ojalá los legisladores y las legisladoras de Nuevo Léon no se emocionen con tus palabras, presidente, y se olviden de buscar fórmulas para destituir a quien la gente eligió para gobernar la entidad.
Urge que se pongan a trabajar el gobernador Samuel García y su secretario de Gobierno, Javier Navarro. Porque por andar en la grilla eso, entregarse a la chamba, es lo único que no han hecho.