El día 8 de julio del año 2024, Denise Dresser, periodista mexicana, sin duda, al servicio de la derecha, publicó en su columna del periódico El Imparcial, un artículo de opinión con una serie de adjetivos y conceptos ofensivos en contra de la mayoría del pueblo de México. El artículo lo tituló: “Nuevos siervos”.

Este texto refleja la desesperación de los voceros de la derecha sobre la decisión soberana que este 2 de junio pasado tomó el pueblo. Decisión que, sin duda, les sigue doliendo y que se niegan a aceptar de ahí su actitud iracunda.

El ejercicio del 2 de junio fue un fuerte manotazo de una sociedad que se negó a seguir siendo sojuzgada por una elite violenta y rapaz a la que pertenece la periodista, de ahí su actitud grosera la de ella.

Dice por ejemplo que por todos lados pululan nuevos siervos que buscan “resinificar la erosión democrática para que parezca conquista”. Para ella, al no hacer alguna otra precisión en su texto, lo sucedido el 2 de junio, fue un perverso retroceso de la democracia. De tajo descalifica el voto de los ciudadanos y a la vez llama siervos descerebrados y llenos de intereses, o insinúa que lo son, todos aquellos que nos atrevemos a defender esa decisión de las mayorías. ¿Pues en donde habrá estudiado esta periodista conceptos como el de la democracia? En las escuelas se nos enseñó que democracia es la decisión soberana mayoritaria. Y si somos más exigentes, diríamos que cuando la mayoría toman una decisión democrática es en aras de buscar su beneficio propio. Estoy seguro que eso hizo el pueblo de México el 2 de junio. Buscó sacudirse de una vez por todas a los parásitos de la derecha que, por décadas, habían venido sustrayendo las riquezas de esta nación y que, además, deliberadamente volvieron mediocre a sectores como el educativo.

Los de la derecha se niegan a aceptar, a través de sus voceros como Denise, que lo sucedido el 2 de junio fue una cachetada a su vileza, a su corrupción, a su traición y a su soberbia. Fue un golpe seco a quienes por años saquearon al pueblo de México.

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En otra parte de su texto, Denise afirma muy convencida de sus razones ofensivas. ”... Porque para formar parte del aparato propagandístico de la 4T no es necesario el talento, la formación, la congruencia o la trayectoria. Basta con ser un siervo. Basta con limpiar y pulir las palabras pronunciadas desde palacio nacional”. ¿No será acaso que, con sus expresiones, esta señora está escupiendo hacia el cielo? Sus mismos conceptos pueden ser fácilmente aplicados a ella misma. Su tirria contra el pueblo no le permite darse cuenta que su actuar le hace parecer, a ella sí, como una sierva al servicio de la derecha. Sierva que, justamente, no necesita ser talentosa para lanzar improperios en contra del pueblo; sierva que no necesita ser talentosa para lustrar y pulir las botas; sierva que, evidentemente, busca limpiar los intereses mezquinos de aquellos a los que sirve para que parezcan buenos a las mayorías.

También dice, dentro de su expresión grosera, refiriéndose a algunos medios o voceros que defienden a la 4t o al presidente. “Ni siquiera podría llamárseles intelectuales porque eso entrañaría que fueran capaces de producir un pensamiento propio”. ¿Considera esta periodista que la función de producir pensamientos propios solo está reservada para ella o para sus patrocinadores? Entonces para ella, ¿el pueblo no es capaz de pensar? ¡Vaya ofensa e insensatez!, pues a la 4t y al presidente no solamente los defienden algunos periodistas e intelectuales sino que también ¡lo hacen miles de voces anónimas que pertenecen al pueblo! Para ella ¿Sólo los que alcanzan el rango de intelectuales son los únicos que producen pensamientos propios? Ah, pero afirma que si de casualidad existen intelectuales que defienden a la 4t y al presidente, realmente no se les puede llamar así. Para ella, quien se considere intelectual, debe de defender a la derecha. Todos los demás que dicen que piensan, son basura.

No obstante, desliza otra insensatez. “… algunos lo harán por convicción y otros por interés. El resultado es el mismo”. Para ella, lo anterior significa que, incluso, aquellos que actúan por convicción defendiendo a la 4t y al presidente, están erosionando a la democracia pues sus convicciones están llenas de pudrición. ¡Vaya cinismo el de ella! Critica a los medios, que llama oficialistas, pues dice que, “donde se denuesta a los disidentes pero se defiende a los indefendibles. Donde se crucifica a los opositores pero se paga a los seducidos”.

Considera ella que en todos lados donde se critica a la derecha, quienes lo hacen, es porque están recibiendo un pago. Tal vez dijo sin decirlo, que ese supuesto pago es similar a lo que ellos vinieron recibiendo por años. Podrá negar ella que durante los gobiernos priistas y panistas, los medios, de los que ella vino formando parte. ¿Periodistas como ella se acostumbraron a recibir inmensas cantidades de dinero a cambio de tres líneas elementales en su actuar?: adular al régimen, ocultar ciertos hechos y tergiversar la verdad.

Las ofensas de Denise siguieron en su texto: “para ser orador del obradorismo el único requisito es perder todo límite ético, todo sentido de decencia, todo engranaje de empatía. No se trata de servir a la verdad sino servir al rey, o a la heredera “. Para esta periodista, quien se atreva a defender al obradorismo es porque es un auténtico sinvergüenza; un tipo lleno de felonía; un mentiroso; un cretino, pues. En cambio ella, quien defiende a la derecha abusiva y corrupta, con sus argumentos, pretende autodescribirse como persona ética y decente. ¡Que concepción y atrevimiento tan canallesco el de ella! Además, ignora o hace como que lo ignora que obradorismo y 4t no son exactamente lo mismo. Existen millones que justifican las acciones del presidente pero desaprueban ciertos hechos del movimiento llamado 4t. El ejecutivo y su grupo más cercano, han sido practicantes activos de su lema: no robar, no mentir y no traicionar al pueblo. En cambio, en la 4t aún existen cientos de funcionarios menores que siguen traicionando esta filosofía obradorista. Y otros no han entendido que la reelección no obedece a las líneas marcadas por el presidente. Lo anterior no significa que el movimiento y el presidente estén enfrentados, simplemente que el primero marcha a la zaga del segundo en busca de superar sus contradicciones.

Pero veamos el final de su texto pues para querer parecer imparcial, se atreve a criticar a los prianistas de antes, quienes según afirma, compraban a las plumas. A mi mente viene el único adjetivo más decente para ella: es una desvergonzada. Denisse termina afirmando que a los nuevos siervos no les preocupa vivir de rodillas. Acaso, ¿creerá que con su vileza está demostrando ella que vive de pie? Sin talento en su crítica, sigue escupiendo para arriba. Y… así no, Denise.

Mtro. Juan Durán Martínez. Profesor de escuela pública.

Puebla, Puebla.