“Al niño le gusta pelear, al joven le gustan las mujeres y al viejo le gusta el dinero”.
Lin Yutang
No cayó ni en 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes) ni en 1 de abril (Día de los Tontos, celebrado en el mundo de habla inglesa). Tampoco se trató de una treta o de un hackeo al sitio del Gobierno.MX.
No. La respuesta a la resolución del Parlamento Europeo se gestó en un viaje y consintió del enojo del “community manager” de la Presidencia —que, para todo fin práctico, se llama Jesús Ramírez— y del propio mandatario federal, AMLO.
Tan burda, ruin, de mal gusto y desinformada que muchos de los mismos correligionarios de Morena en un principio renegaron de la misiva.
No es la primera vez que el Parlamento Europeo envía un llamamiento de esa naturaleza a nuestro país. Si no me equivoco, la última fue cuando condenó de forma enérgica las “inaceptables desapariciones forzosas de los 43 normalistas de Ayotzinapa”. Así, contando la última resolución, son ocho veces que el cuerpo deliberativo europeo se ha pronunciado de esta forma sobre México.
Todas las veces se ha expresado preocupación por la situación de los derechos humanos y la mala gestión gubernamental al respecto. La primera fue sobre la rebelión en Chiapas (20 enero 1994), Aguas Blancas Guerrero (1995), los asesinatos de mujeres en México y América Central (2007), la escalada de violencia en México (2010), Ayotzinapa y la que se dio esta semana. Y en todas las ocasiones, el gobierno de México respondió a los llamados de mejor o peor forma.
Quienes más publicitaban las mismas era la oposición, hoy trastocados en gobierno. Y resulta que ahora, de pronto, ya no las soportan.
La 4T podrá decir que, al menos por lo que a los normalistas de Ayotzinapa se refiere, que el Estado —entiéndase por este, Enrique Peña Nieto— estuvo detrás de la tragedia. Que hoy es distinto.
Me apena contrariar a los apologistas del régimen, pero ni el Estado fue el culpable de la matanza de la escuela normal, por un lado, y todo indica que existe contubernio entre el crimen organizado y la Cuarta Transformación, por el otro.
Concentrémonos en el tono de la respuesta: esta fue rechazada, incluso por simpatizantes del régimen, por grosera, desproporcionada y abiertamente equivocada. Luego, algunos de ellos recularon de la manera más bochornosa posible.
Las redes sociales mostraran su bipolaridad y la poca entereza que tuvieron en mantener su postura. Prefirieron tragarse lo indefendible.
Si tanto quieren a México (que no) y si tanto respetan a López Obrador, deberían de tener el valor de decirle que la regó.
Peor su cambio de opinión muestra un miedo absoluto a contradecir al presidente. Actitud más proclive a una dictadura que a un gobierno democrático; hablo de lo que se da entre los defensores y creyentes de la 4T.
Por cuanto a la forma, ya dijimos que la respuesta de la Presidencia de la República es un compendio de faltas al respeto y loas a López Obrador.
Pero pasemos al fondo. La carta de respuesta carece de argumentos sobre lo sustantivo que señalan los legisladores europeos: del tema de la seguridad de los periodistas y de la preocupación al respecto de la libertad de expresión no se dice NADA.
Bravata sin contenido que solo sirve para exponer el enojo de ser mencionado como el país más peligroso para ejercer el periodismo (dato duro e incontestable).
El primer mandatario de nuestra nación se queja de un supuesto desconocimiento del Parlamento Europeo sobre México. Pues bien, quien desconoce ya no solo de México sino también por lo visto de ese cuerpo colegiado es López Obrador.
El Parlamento Europeo cuenta con el respaldo del segundo mayor electorado del mundo. Hablamos de 375 millones de votantes con 705 representantes de toda la Unión Europea. Dicho cuerpo legislativo es encabezado actualmente por Roberta Metsola, cuyo lema es “in varietate concordia” (unida en la diversidad).
Dicha cámara se conforma por socialistas, demócratas, cristianos, republicanos, y todo un crisol de ideologías. Rara vez votan al unísono en un sentido. Llamarles borregos es equivocado.
Y que en estas estamos, a ver si algo le aprende nuestro presidente a su esposa, la historiadora. Es una falta de respeto que AMLO nos llame colonia. México NUNCA fue una colonia; fuimos virreinato de España. Adicionalmente, hay varios países europeos que no tienen ningún tipo de inversión en México y muchos que, teniéndola, están tratando de desinvertir y salir de un país conducido por él.
Supongo estoy olvidando que López Obrador le habla a su público, el nacional, y que esta es una treta más para caldear los ánimos además de distraer la atención de la ciudadanía de lo que realmente ocurre en nuestro desastre de país.
En todo caso, la respuesta al Parlamento Europeo es un signo inequívoco de la falta de pericia y desconocimiento del momento en que atraviesa el mundo en su conjunto. Y quien festine esta respuesta vive en una época ya ida, donde la violación a los derechos humanos no eran monitoreados por todos (agentes internos y externos; por estructuras monolíticas y colegidas) y en todo momento.
Es también reflejo del aislamiento del inquilino de Palacio. Ni siquiera consulta a los expertos —entre ellos a su Canciller— en el tema.
López Obrador le ha faltado el respeto a la investidura presidencial. Sí, la afrenta a la urbanidad y diplomacia no solo fue a los europeos; fue a la investidura presidencial, a él mismo y a todos los mexicanos.
El pandillero que tenemos como mandatario, gritando ‘falta de respeto’, no tiene empacho alguno en responder haciendo exactamente eso mismo.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero