Joe Biden tiene 80 años de edad y va por su segundo periodo como presidente de Estados Unidos. Hay consenso acerca de que ha hecho bastante bien su trabajo. Menciono lo anterior porque la edad avanzada, por así llamarla, no afecta negativamente a quienes se dedican a la administración pública o privada.
Es la razón por la que empieza a ser vista como muy positiva la posibilidad de que Santiago Creel sea candidato presidencial de la alianza opositora.
Ayer dijo Francisco Garfias en Excélsior: “La fuente asegura que el que se perfila para ser candidato presidencial de Acción Nacional —y de la Alianza— es Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados”.
Leí ese comentario y pregunté a gente que conoce bien al PAN, y la respuesta que obtuve fue: “Debe ser Creel, ya que Lilly Téllez, a pesar de su popularidad, no tiene ninguna experiencia administrativa. Y Margarita Zavala no ha terminado de reconciliarse con el panismo al que en 2018 abandonó y combatió”.
Militantes del PRI me dijeron lo mismo: “Santiago es el más adecuado candidato presidencial de la alianza; Lilly deberá intentarlo después, ya que deberá primero probar su capacidad en un cargo en el poder ejecutivo, y Margarita, por la personalidad de su esposo Felipe Calderón, sería rechazada por las bases priistas”.
Parece haber consenso entre dirigentes de oposición acerca de que debe desarrollarse todo un proyecto de mercadotecnia durante 2023 para hacer crecer la imagen de Creel, cuyos activos políticos superan a sus pasivos, pero…
La única duda es si Creel tendrá la capacidad de operación política que se necesita para evitar que le pase este año lo que ocurrió en 2005, cuando con todo a su favor dejó que Calderón le arrebatara la candidatura presidencial.
A las diligencias de oposición no preocupan los números en las encuestas de Creel, que de plano no impresionan. Ello porque, la verdad sea dicha, no hay priistas o panistas que arrasen en las mediciones de preferencias electorales.
En el PAN las mejor posicionadas son Lilly Téllez y Margarita Zavala, y en el PRI la ventaja la tienen Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid y Alfredo del Mazo, pero las estadísticas de todas estas personas son, por así decirlo, muy bajas: lejísimos de los porcentajes logrados por las corcholatas de Morena, como la líder Claudia Sheinbaum y el segundo lugar Marcelo Ebrard.
Por lo demás, hay que subrayarlo, por pequeñas que sean las cifras electorales de Santiago Creel, están suficientemente cerca de las de Lilly o Margarita. Así las cosas, un buen trabajo de marketing político pondría a Creel en competencia en su partido, el PAN, que por lo que se sabe es el instituto político que nominará al candidato presidencial de la alianza.
Lo anterior porque son priistas la candidata del-PRI-PAN-PRD en el Estado de México y el candidato de la misma coalición en Coahuila.
El PAN aceptó entregar este año todo al PRI a cambio de que en 2024 la alianza nomine a panistas para buscar la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y, también, la presidencia del país.
Si la oposición prepara ya a Santiago Creel para ser candidato presidencial en 2024, ¿a quién ve para la jefatura de gobierno capitalina? Hay varias opciones, pero la más competitiva, creo, sería Xóchitl Gálvez, senadora panista.