Los tiempos electorales son ideales para la desinformación y para utilizar temas, como la aviación, llevándolos al terreno de las narrativas de que en este gobierno “todo se hace mal”, con la mera intención de que la oposición gane votos; usar así a la aviación, es algo que francamente me parece deleznable.
Empezando porque la industria aeronáutica -independientemente de quién esté en el poder- es una actividad estratégica para el desarrollo del país; por ello a todos debería interesarnos que sea exitosa, para que nos vaya bien, a todos.
Pero mis buenos deseos se ven empañados por la realidad, en la que una hambrienta oposición utiliza de la manera más ruin el tema aeronáutico. Dejemos a un lado las cifras que indican franca recuperación después de la pandemia de Covid, y enfoquémonos en que está puesta la lupa en la evaluación que realizó (a inicios de año) la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Por supuesto toda la semana, tanto en medios tradicionales como alternativos, se han publicado notas con el bulo, porque eso es, de que México está a punto de regresar a la categoría 2, porque el gobierno inepto de la 4T reprobó.
De entrada, la aseveración es falsa, porque la OACI no degrada a ningún país del mundo. Debemos recordar que la autoridad que degradó a nuestro país fue la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés), y que se recuperó la categoría 1 después de arduos trabajos.
No es la primera vez que nos degradan de categoría como país. Con Felipe Calderón nos degradaron a categoría 2 y en lugar de resolver todos los hallazgos por parte de la FAA, lo que hizo fue dejar todo “con alfileres”, y el gobierno de Peña Nieto de plano nadó de muertito durante todo el sexenio, porque uno de los puntos donde la FAA solicitó claridad, fue en la propia autoridad aeronáutica, concretamente que dejase de ser dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), y se convirtiera en una agencia independiente.
No fue hasta el 2019 que con el actual gobierno se creó la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). No lo hizo Calderón, y mucho menos Peña, sino hasta la presente administración se hizo todo el trabajo que implicó pasar de ser una dirección a una agencia.
Muchos creen que con la llegada de la 4T todas las dependencias (hablo de las de aviación) llegaron con gente nueva; temo desilusionarlos, hay mucha gente de sexenios pasados enquistados en estas dependencias, los mismos que impiden que se hagan cambios importantes dentro de ellas.
Ahora sí, dicho lo anterior continuemos. La Revisión Universal de Seguridad (USOAP) que se llevó a cabo fue para verificar la capacidad que tiene nuestra nación para hacer funcionar la aviación, en cuanto al tema de seguridad operacional. Tenemos que esperar a que nos den los resultados de manera oficial, y hasta el momento esto no ha ocurrido.
Sobre el supuesto boletín de la OACI, la propia oficina regional de Norte América, Centro América y el Caribe no han confirmado su veracidad, pero todos los medios que se dedican a la aviación se fueron “como gordas en tobogán”, antes siquiera en cuestionar si el documento es real.
Y es que un rumor como este sirve perfectamente para la narrativa electorera de la oposición, de señalar que no hay ningún interés del actual gobierno en el tema aeronáutico, aunque en los hechos esta administración ha sido la primera que ha puesto manos a la obra para arreglar todo lo que dejaron de hacer en sexenios anteriores. Y eso no es nada fácil, acabar con las inercias es lo más complicado.
Nunca antes se había volteado a ver la aviación, sobre todo a entender la importancia de la soberanía aérea, y entablar un diálogo con los actores, que no ha sido terso, pero sí se han escuchado las distintas voces. No me dejarán mentir, cuando el gobierno puso en la mesa el tema del cabotaje, se hicieron reuniones, foros y mesas de discusión en los que distintos actores expusieron los peligros del cabotaje para la soberanía aérea del país.
Al grado que el tema se retiró de la reforma a la Ley de Aviación. Créanme que en otras administraciones jamás se había tenido ese nivel de diálogo, al contrario, cuando el gobierno de Peña Nieto salió con un proyecto de apertura de los cielos, si no se llevó a cabo no fue por el diálogo (porque no lo hubo), sino porque a dicho gobierno le dio flojera y dejó morir lo referente a la apertura de los cielos.
Así que, en los hechos, en el mundo de lo tangible no hay nada, absolutamente nada por parte de la OACI, y la supuesta degradación. Lo que sí es una realidad es lo que informó la AFAC junto con el Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), en el sentido de que a la fecha se tienen verificados en un 95% las radio ayudas aéreas que existen en el país. Esto lo dieron a conocer a inicios de la semana a través de un comunicado.
Hoy la aviación nacional se sigue fortaleciendo; no es para nada menor el hecho que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se encuentre en quinto lugar a nivel global en cuanto a puntualidad se refiere, y se tenga a Aeroméxico como la línea más puntual del mundo (en el mes de abril); eso no es “por obra y gracia del espíritu santo”, sino del trabajo de un montón de gente profesional, y pocas veces reconocida.
Como podemos observar, no nos van a degradar a categoría 2 y cuando salga el documento oficial de la OACI sobre el resultado de la Revisión Universal de Seguridad (USOAP), hasta ese momento se podrá discutir si hemos cumplido con todas las disposiciones de seguridad de dicha entidad, y qué es lo que nos falta por hacer, hacerlo a ciegas es solamente especular; que quede claro.