Irreverente

Les platico:

Me encanta discernir e incluso debatir con quienes profesan ideologías diferentes a las mías.

En los espacios donde publico mis columnas defiendo el derecho de los que disienten de mis opiniones.

Pero hay algo que no tolero: la mala ortografía o el simiesco “lenguaje” de los memes que “adornan” los posts de quienes se pasan media vida y la mitad de la otra subiendo textos y trozos de información que a duras penas pueden leer, porque quien escribe con horrores ortográficos lee de igual manera.

Las columnas más leídas de hoy

Con esos especímenes, me ocupo de dedicarles una réplica, pero no dan para más, porque creen que la buena ortografía es solo para los funcionarios públicos.

Se equivocan.

Flora intestinal procesa sus expresiones

La mala ortografía revela la nauseabunda flora intestinal que procesa sus “ideas” o las de otros, cuando copian textos que no son suyos.

Y digo flora intestinal porque escriben con tal cantidad de errores gramaticales, de tiempos y de expresión, que pareciera que de párvulos no pasaron en su instrucción escolar, de la cual algunos presumen.

Imagínense, algunos hasta ponen sus nombres con el prefijo de Dr.

Flora intestinal, porque no alcanzan a procesar ideas con el bistec que tienen de cerebro. Viven para y de la panza, no dan para más.

Y se defienden diciendo que como no son figuras públicas no tienen obligación de escribir respetando las reglas ortográficas y gramaticales de la lengua que muy apenas balbucean.

Heces verbales o escritas

Claro que no son figuras, y de públicas solo tienen su aparición en los chats donde excretan sus heces verbales o escritas.

Son sus momentos de una notoriedad que glorifican en la andanada de posts con que surten a los chats donde toleran sus veleidosas expresiones.

Aluden que sus valores están por encima de su ortografía y que por eso pueden llenar sus excreciones -que no expresiones- con todos los errores que sus intestinos expulsan por salva sea la parte.

Pío Baroja, Jorge Luis Borges, el mismo Miguel de Unamuno, decían que la ortografía refleja el alma de cualquier persona.

Y advertían -cada uno en su tiempo- que un error gramatical u ortográfico le quita sustento a lo que se diga o escriba.

Porque también al hablar se cometen errores gramaticales.

Por una ideología con corrección gramatical

El ignorante de la ortografía y la gramática puede presumir hasta de ser un consumado ideólogo.

Eso no lo salva.

Como tampoco salva a las “caperucitas rojas” que se dejan comer por el lobo Moreno y hasta las gracias le dan: “Haber’ cuando vuelves para que me comas otra vez”, le imploran, y el lobo les responde con la buena ortografía que él sí tiene:

”A ver’ si mejor tomas clases de ortografía. En la Secretaria del Bienestar hay becas”.

CAJÓN DE SASTRE

”Se tenía que decir y se dijo”, remata la irreverente de mi Gaby, pitorreándose de una de las frases de moda en tantos chats que se han vuelto viles y deshilachados chales…

PD. Esos de la mala ortografía no son de los de “a pie”, son de los descalzos.